Contenido: lemon
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Me desperté sudando, acalorada
Deseaba simplemente quedarme en la cama, pero no, tenía que ir a patrullar junto a Cyno
Hice mi rutina diaria sin problemas, aunque me sentía mas sensible de lo normal
Le di un último toque a mi par de orejas y cola y salí de mi casa
La noche llegó y yo estaba que apenas podía mantenerme en pie
Al estar a punto de caerme, Cyno me sostuvo en sus brazos
–Oye, ¿estas bien? Te llevare con Tighnari– preguntó
Lo miré, viendolo más atractivo de lo que ya era. Este me puso en su espalda, empezando el camino
Mi cola iba de lado a lado al igual que suspiraba pesadamente en la oreja de Cyno, produciéndole escalofríos
No tardamos mucho en llegar gracias a su velocidad
El peliverde al vernos se sorprendió
–Cyno, _____, ¿que os trae por aquí? ¿Que le pasa a _____?– preguntó acercándose
–No lo se, por eso vine a preguntarte y que la revisaras. Esta demasiado cariñosa– dijo mientras yo pasaba mis manos por su pecho y abdomen
Tighnari simplemente fue a mi lado, tocando mi cola y algunos puntos clave de mi cuerpo, comprobando su teoría
Al tocar lo mencionado, yo soltaba bajos gemidos en el oído del peliblanco
–No hace falta, ya se lo que le pasa. Ven– dijo sonrojado
Este nos llevo a una caseta apartada de todas, donde nadie pasaba por ahí
El Gran Juez me dejo en la cama, ahora mirando a Tighnari
–¿Y bien?–
–Está en celo. Lo que les pasa a los animales de vez en cuando. Lo mejor es solucionarlo lo antes posible ya que tardaría días en quitarse. Solo que no se si estas dispuesto a eso– explicaba con un gran rubor en las mejillas
–Ya veré. Gracias, Tighnari– agradeció
El mencionado se fue de ahí pitando, estaba avergonzado de pensar lo que pasaria allí
Cyno se sentó al lado de ella, mirándola pensativo. No sabía que hacer
–Cyno, por favor– dije suplicando mientras gateaba hacia él, quitando su gorro
Me puse detrás suya, dejando suaves besos en su nuca al igual que pasaba mis manos por todo su torso, apretando mis pechos contra su espalda
Este se mantenía estático, no sabia si acceder. Estaba en un momento debil, por lo que pensaba que se iba a aprovechar de mi
Después de todo yo era su mejor amiga y compañera de trabajo
Mis besos pasaron a su mandibula, hacia su oreja
–Cyno, no aguanto más– susurré, sintiendo como se tensó
Con mi mano giré su cara, haciendo que me mirara a los ojos. Miré sus labios, deseosa de probarlos
Me quité la parte superior de la ropa, quedando en sujetador y mis pantalones apretados
–______ no-– fue interrumpido por mis labios
Poco a poco fui subiendome a el, sosteniendome por sus fuertes hombros
–¿Acaso prefieres que me vaya con uno cualquiera, o con Al Haitam, por ejemplo?– dije rozando sus labios
Eso parece que fue la gota que colmó el vaso
–Claro que no. Tu eres mía– dijo claramente molesto por mencionar al escriba para luego devorar mis labios
Sus manos pasaban por todo mi cuerpo, aprendiéndose todas sus curvas
Sus besos bajaron a mi cuello, buscando el punto dulce. Una de sus manos se dirigieron a mi cola, acordándose de lo sensible que era
Al acariciarla a su gusto, hizo que soltara gemidos en su oreja
Moví mis caderas sobre su regazo, notando el gran bulto. Mi mano se puso en este, acariciándolo por encima de la ropa
Cyno, al ver que quería sacarlo de la ropa, rápidamente me tumbó en la cama con él entre mis piernas
Quitó mi sujetador, dejando libres mis pechos. El peliblanco admiro mi aspecto por unos segundos, haciendo que sonría levemente
Paso su mano desde mi mejilla, bajando lentamente por mi cuello, pecho, abdomen y muslo
–De verdad eres preciosa– murmuró para seguido inclinarse y masajear mis pechos
Los gemidos de mi parte eran imprescindibles, fuertes y agudos gracias a lo sensible que estaba
–Cyno, por favor, te necesito ya– supliqué mirándolo
–Como desees– dijo mientras me quitaba los pantalones junto a las bragas, imitandose con su ropa
Ambos estábamos desnudos ahora, el chico se posicionó en mi entrada
Se inclinó para darme suaves besos por toda la cara mientras introducía su miembro
Arañaba su espalda mientras soltaba gemidos largos. Al estar entero, este entrelazó sus dedos con los mios, a los lados de mi cabeza
Empezó a moverse, recibiendo fuertes gemidos de mi parte
–Cyno, más– decía su nombre en muchos de los gemidos, haciendo que este vaya cada vez mas rápido
Él soltaba gruñidos y jadeos en mi oreja, pareciéndome lo mejor que han escuchado mis oídos en mucho tiempo
Le hacia mimos con su boca a mi oreja, y con sus manos ahora libres, una masajeaba uno de mis pechos y la otra me sostenía por la cadera para profundizar sus embestidas
Estaba en un punto que no podía mas, era un desastre. Mi baremo de placer iba a explotar si recibía placer por todas partes
La mañana siguiente
Me desperté gracias al sol que entraba por las rejillas de madera que había en la ventana
Sentí como acariciaban mi espalda suavemente, obligándome a mirar mi amante
–Buenos días– dije relajada, dándole un beso en la mandíbula. Se veía majestuoso
El sol dándole en su adormilada cara, ahora también en sus dorados ojos ya que los abrió para mirarme
–Buenos días– me devolvió el beso ahora en la frente –¿Realmente no te importa lo que paso ayer?– preguntó ya que quería quitarse la duda cuanto antes
Me apoyé en mi codo para ahora con mi mano libre quitar varios mechones de su cara. Le mostré una dulce sonrisa
–Claro que no. Prefería que fueses tu a cualquier otro. Además, me venía de lujo ya que quería hacerlo desde hace tiempo contigo– confesé, riendo levemente
–Yo también– también confesó levemente avergonzado, mirando a otro lado, lo que me sorprendió
–Vaya, el Gran Juez queriendo acostarse con su mejor amiga y compañera de trabajo, que novedoso– me burlé pasando mis dedos por su clavícula
–Callate– se mostró aun más avergonzado atrayéndome a él con sus brazos, haciendo que me ría
Ambos nos miramos en silencio, con unas pequeñas sonrisas
–Te quiero, Cyno– dije rozando sus labios
–Yo más– dijo para finalmente juntar nuestros labios en un dulce y largo beso
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