-Cortito
-Contenido: fluff...
–Bachira!– llamaba por el paseo al lado del gran lago hacia abajo
Estaba atardeciendo y yo estaba preocupada ya que Bachira no aparecía después de su entreno. Tampoco me contestaba los mensajes
–Este chico donde se habrá metido– miraba por todos lados hasta que vi, cuesta abajo del césped, debajo del puente, una pelota de fútbol
De inmediato baje, casi segura de que Bachira estaba allí
–¿Soy un bicho raro?– lo escuche decir casi susurrando
Y ahí lo vi. Estaba apoyado en la pared, acurrucado con sus piernas, abrazándose a si mismo, en la sombra
–No lo eres, Bachira– dije seria mientras me acercaba a él
Este me miró sorprendido, ya que no se esperaba que yo estuviese allí
Me senté a su lado, haciendo que me mire
Sin dudar lo abracé con fuerza, sorprendiendolo
–Tu eres increíble. No eres ningún bicho raro. Son ellos los imbéciles, que no saben apreciar tanto el fútbol como tu. Por favor, nunca mas digas eso. Me tienes a mi para lo que sea. ¿Entendido?– cogí sus mejillas, obligando a que me mire
El bicolor no cambiaba su expresión
Era un momento encantador, perfecto
Miré de reojo sus labios, cuales estaban levemente abiertos por la sorpresa
Me sonroje al pensar en lo que iba a hacer, pero era ahora o nunca
Me acerqué a su cara, depositando un suave beso en sus labios
Al separarme, junté mi frente con la suya
–Que nunca mas te escuche decir esas cosas o me enfadare contigo–
–_______...– dijo sin saber que decir
Al no ver reaccion en él, me entro la inseguridad y me aleje de el, volviendo a mi posición inicial y mirar al otro lado nerviosa
Después de varios segundos, una mano se posó en mi mejilla, haciendo que gire mi cabeza para mirarlo
Solo que al instante noté sus labios contra los mios
–Gracias, en serio. Te quiero– confesó Meguru mirándome a los ojos con una cálida sonrisa
–Yo mucho más, Megu– le mostré mi mejor sonrisa mientras me acunaba la cara
Minutos después, el bicolor se encontraba descansando en mi regazo mientras yo le acariciaba el pelo y le tarareaba canciones
La noche cayó, haciendo que finalmente nos decidamos por levantarnos
Como nos separamos físicamente, la fria brisa me dio de pleno y yo no iba muy abrigada ya que no tenia planeado esto
–Que frío– me quejé abrazandome a mi misma, esperando a que Bachira recogiera sus cosas, de espaldas a él
De repente sentí como algo me cubría, haciendo que mire hacia atrás
El contrario me había dado su chaqueta del fútbol
Mire su cara, cual parecía de un niño pequeño feliz al ver su juguete favorito. Por no decir que me miraba como mira a la pelota mientras juega, algo muy especial en él
–Megu, te vas a morir de frío así. ¿Estas seguro?– me preocupe nuevamente por él
–No pasa nada. Has echo mucho por mi hoy, además tu casa no queda muy lejos de aquí– respondió cogiendo mi mano contento
Sonreí al verlo tan feliz, me ponía de buen humor
Le di un suave beso para luego empezar nuestra caminata. Era silenciosa pero no incómoda
No tardamos mucho en llegar a mi casa, cual estaba iluminada queriendo decir que había gente dentro
–No quiero irme– dije delante suya, haciendo lloriqueos
–Ya es tarde, seguramente esten a punto de cenar y estén esperándote– dijo el bicolor sonriendo mientras me acariciaba la cabeza
–Ya pero quiero estar mas tiempo contigo– volví a lloriquear
–Nos vemos mañana en el instituto y hablaremos de juntarnos estos dias para pasar todo el día juntos, ¿vale?– me dijo
–Vale– le respondí mientras me quitaba la chaqueta y se la daba de vuelta
Este se la puso y me miró de nuevo
Cogí ambos lados de la chaqueta y lo empujé hacia mi para poder besarlo
Sus manos se pusieron en mi cintura, y mis brazos por su cuello
Al separarnos, este empezó a darme besos por toda la cara, repartiendo todo el amor que me tenía
–¿_____? Ven a comer ya– dijo mi hermano pequeño, asomado por la ventana al haberme visto
–Ya voy, un momento– dije sonrojada por como nos había visto
El niño se metió de vuelta, dejándonos solos de nuevo
–Bueno, me voy– dije soltandome de él, sin quitar la mirada
–Te quiero– dijo aguantando mi mano
–Yo te quiero muchísimo mas– le di un ultimo beso y ya me puse en frente de mi puerta –Nos vemos mañana– me despedí de el dándole un último vistazo
Finalmente cerré la puerta, haciendo que mi familia me bombardee de preguntas
En cambio, Bachira se fue de camino a su casa dando saltitos de la alegría
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