Paisajes En Tus Ojos ✧︎ Minsung

CAPÍTULO 9

POV: Minho.

Fue entonces cuando que volví a la realidad, la realidad en donde estaba con Jisung a mi lado caminando hacia la escuela.

Sentí gotas pequeñas resbalar por mis mejillas, estaba llorando, llorando por recordar la traición de mi vida. Me había quedado estático recordando todo.

Miré a Hannie, estaba mirándome preocupado. Cómo no iba a preocuparse si me había quedado parado como un idiota y para colmo, llorando.

—M-Minho Hyung... ¿Estás bien..? ¿Por qué lloras? — me preguntó, sentí una calidez limpiar mis lágrimas, eran sus manos. Sus manos tenían tanta calidez, eran suaves y lindas.

—Sí, estoy bien, sólo recordé algo... — le respondí soltando un suspiro, estaba cansado, sentía mi pecho pesado y mi cabeza se sentía mareada.

No sé en qué momento fue, pasó todo tan rápido que ni me di cuenta que caí desmayado en los brazos de Hannie en media calle.

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Comencé a despertarme, sentía que los mareos se habían calmado y la pesadez en el pecho había desaparecido.

Pero, ¡no estaba en mi casa!

Me levanté rápidamente en alerta, pero, reconocí dónde estaba, estaba en la habitación de Jisung, de mi Jisung. Supongo que no la reconocí muy bien porque apenas he estado en ella una vez.

Sentí un olor agradable, a tierra mojada, con un toque de vainilla, el último sabía que era el olor de Jisung.

Sentí un alivio en mi pecho, me sentía relajado. De pronto entró Jisung al cuarto con una plato de sopa en sus manos.

—Hyung, despertaste, mira, te hice esta sopa, es para que te mejores. — me dijo sentándose en la cama, tomé la sopa y lo quedé viendo, no había qué hacer exactamente, él me asintió en modo de "bébela".

—Tuviste un ataque de pánico, hyung, ¿cómo te sientes ahora? ¿Te sientes mejor? — me volvió a hablar.

—Sí... Me siento mejor, pero ¿por qué me trajiste a tu casa? — pregunté curioso.

—Bueno... Perdón, lo hice porque no sé dónde vives, y mi casa quedaba cerca de donde estábamos... Perdón por eso. — me respondió con una mirada triste, como si hubiera hecho algo malo.

—Jisunggie, no te preocupes, de hecho, agradezco mucho tu ayuda. — le respondí, sentí el olor a tierra mojada tan rico, me tranquilizaba.

—No hay de qué, hyung, bebe la sopa, te hará bien tomarla. —  me la dio con una sonrisa, esa que tanto quería.

Le hice caso y comencé a tomarme la sopa, estaba muy rica, la sopa era de pollo, una de mis favoritas.

Fue entonces cuando habló Jisung de nuevo.

—Hyung, no quiero ser un entrometido, pero quiero saber por qué lloraba... Digo, cuando te quedaste inmóvil, tu cara pasó de tener una amplia sonrisa a tener una expresión melancólica, no sabía exactamente qué estabas pensando en ese momento pero podía ver que no era nada lindo... — me dijo, era cierto, no era nada lindo lo que me había pasado.

—¡No tienes que contarme si no quieres! No quiero obligarte, mucho menos si es un tema que te pone mal... — se disculpó agitando sus manos en forma de negación, se miraba muy lindo, se miraba muy tierno siendo tímido.

—No te preocupes, ah, lo que pasa es que... — pausé un segundo pensando en si contarle o no — Antes de venirme a esta escuela, yo vivía en Busan con mis padres y pues en la escuela yo era muy popular que digamos, a muchos alfas les caía mal, y un día me encontré con dos de esos y me golpearon e insultaron, yo no quería insultarlos, no quería caer tan bajo como ellos lo estaban, pero me harté, así que los insulté tal y como ellos habían iniciado — tomé aire para después continuar —.Pero los hijos de puta no habían terminado, al parecer grabaron todo, no con un teléfono, sino con un grabador de audios. Al día siguiente todos los de la escuela se dieron cuenta y me expulsaron. Gracias a Dios mis padres estuvieron de mi lado y me creyeron, obvio, no hice nada malo y ni los golpeé. — terminé, Jisung era al primer amigo que le contaba todo, los únicos que sabían eran mi papá y mamá.

—Ay, hyung, lamento todo lo que te pasó... Quieres... ¿Quieres un abrazo? Perdón, no soy bueno con las palabras pero sí te puedo abrazar hasta que tú quier- — no pudo terminar su oración porque yo ya me encontraba abrazándolo, era tan cálido, era suavecito, hundí mi cara en su cuello, me daba tanta tranquilidad. Él lentamente fue correspondiendo mi abrazo, sentía su calidez en mi cuerpo, sentía su dulce olor a vainillas llenar mis fosas nasales.

—Gracias, Jisunggie. — susurré en su oído. Nos separamos y miré en su cara la sonrisa que tanto me gustaba.

—Te... ¿Te sientes mejor, hyung?

—Si, estoy bien gracias a ti.

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