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A regañadientes tuvo que contar la historia donde un berrinche suyo, terminó de nuevo en un viaje entre dimensiones, quedándose nuevamente como un chico inestable e inmaduro que no es merecedor de llevar un cetro entre sus manos, porque es un peligro andante e irresponsable.
Sí, tuvo que aceptar todo aquello frente a la persona que más detestaba en ese pueblo. Y lo peor no era tener que aceptarlo, sino que tuvo la nula oportunidad de defenderse de los comentarios que recalcaban su ineptitud. Aunque eso no era lo que le molestaba más, sino que ahora tenía que soportar el ambiente empalagoso que se respiraba en dicha habitación.
“Zorman A” —Como él mismo se había denominado— había mostrado un pronto interés por Drako, —bastante obvio, por supuesto— le miraba atento, escuchaba cada palabra de este y no dejaba de suspirar cada que tenía la oportunidad.
El hechicero ya estaba harto de todo aquello, y más porque no tenía la oportunidad de recalcarle a Zorman A que ese chico estúpido, no era su esposo. No lo era, pero parecía no reparar en ello, es más, debería meterle una denuncia por fijarse en alguien diez años menor que él ¿Cuántos años tiene Zorman? ¿Treinta y seis? ¿Y Drako? ¡Veinticuatro! Sí, es una terrible diferencia de edad.
Quizás la cara de asco con la que se mantenía desde que terminó de relatar su error, podría darles a entender su disgusto, pero muy lejos estaba de la realidad.
Tanto Drako como Zorman no le prestaban la mínima atención, el pelirrojo hablaba con tono jovial sobre su matrimonio y vida de casado. Recién había entrado en el tema y Juan estaba que vomitaba.
—Ya, ya, ya. Nadie quiere saber los detalles. — Interrumpe, muy abochornado por lo explícito que estaba siendo el pelirrojo. —¡Ya!
—Pero yo sí quiero saber. — Comenta el azabache, claramente interesado en el tema.
—Pues yo no. — Golpea ambas manos sobre la superficie de madera. —¿No tenemos trabajo que hacer? ¿No se supone que tienes que volver con tu verdadero esposo? — Recalcando las últimas palabras mira al pelirrojo.
Zorman termina de beber su té y mira al menor. —Sí, será fácil. Creo que puedo tomarme un descanso.
El hechicero tuvo que aguantar las maldiciones que almacenaba en su pecho, no podía gritarlas por más que quisiera, porque la mirada inquisidora de Zorman lo mantenía al margen.
Por otro lado, Drako estaba más que fascinado al escuchar la historia del otro Zorman. Saber que en un mundo muy lejano tenía una vida de casado junto al chico de sus sueños, le despertaba una grata felicidad. Quería escuchar cada detalle para al menos tener esa satisfacción de imaginar. No pedía más.
—No, hay que trabajar ya. — Levantándose de la silla, toma rumbo al laboratorio de Zorman. Sus ánimos iban empeorando cada minuto.
El peligro suspiró, escuchar a ese Juan lo agotaba. —Bien, Drako. Tengo que trabajar. — Se levantó de su lugar y el azabache le imitó.
—Les puedo ayudar.
Zorman sonríe complacido, le estaba tomando mucho cariño a este Drako, tal vez porque le recordaba a su esposo cuando era joven. Tenían más parecido de lo que esperaba.
—Claro, Drako. — Ah, como le incomodaba tener que llamarle por su nombre. —¿Podrías hacerme un favor y traerme un libro? No encontré ninguna copia por aquí, así que supongo que los tienen almacenados.
Drako asiente varias veces. —Claro ¿Qué título necesitas?
El pelirrojo lo pensó dos veces, requería muchos títulos que el otro Zorman no tenía en biblioteca, pero se limitó a elegir los que libros que siempre usaba de apoyo. Los quería para dejarlos a disposición de “Zorman B”, así le ayudaba de forma indirecta.
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† Un Voto De Por Medio † Drako & Zorman ✟ Zormako ✟
Fanfic⭔ Hay muchos errores que puede cometer alguien tan propenso y distraído como lo es el hechicero. Y lo peor es verse involucrado en una rabieta de este. Zorman, ajeno a las circunstancias, termina siendo enviado a una dimensión a la que antes Juan ha...