Capítulo 20

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Emma

- De verdad no sé qué hacer – dije.

- Tranquila, ve a hablar con él mañana... tal vez es algo bueno – me animo Rachel.

- Y si no es algo bueno seguro me quedo sin amigo, Rachel no puedo – dije al borde de las lágrimas.

- Tranquila, no va a pasar nada malo, a lo mejor solo quiere hablar de cualquier cosa – me intento animar.

- Mejor le digo que no tengo tiempo y no puedo ir a verlo – dije intentando buscar una solución sin la necesidad de hablar con él.

- No seas cobarde tampoco, solo ve y habla con él, aparte no estarás ocupada toda la vida y si el quiere verte puede insistir en verte en cualquier momento y en una de esas se aparece enfrente de tu casa, eso tenlo por seguro.

- Mejor lo ignoro y todo resuelto.

- Por favor, Emma, no lo vas a poder evitar toda la vida, estudia ingles en la misma universidad en la que tu estudias, es obvio que no lo vas a poder evitar toda la vida. Mejor ve y habla con él, si surge algún problema enfréntalo y ya está.

- Bien, iré a verle mañana, espero tengas razón y no sea nada malo o te juro que tú me tendrás que comprar un helado.

- Si algo sale mal lo primero que haría seria cómprate un helado y después darle su merecido al tipo ese.

- Esperemos que eso no suceda.

- Pero ya no me dijiste que te dijo la infeliz esa – dijo rodando los ojos.

- A, cierto, Rose – le conté todo lo que paso.

~

- Emma, pensé que me dejarías plantado – fue lo primero que dijo cuando me vio. Si supieras que considere demasiado el dejarte plantado.

- No lo haría – eres una mentirosa Emma. Consciencia cállate.

- Me alegra escuchar eso – sonrió, ¿Estoy en el cielo? Emma concéntrate - ¿Vamos por un helado? – Contigo hasta Narnia.

- Me encantaría – Ni dinero traes – Pero no traigo dinero.

- Yo pago – deja de ser tan encantador.

- ¿Estas seguro? – el asintió – Bien, gracias.

- Vi una heladería aquí cerca, podemos ir allí, si te parece bien.

- Si, me parece bien.

- Yo, tengo algo que preguntarte – dijo mientras nos acercábamos a la heladería, íbamos caminando.

- ¿Qué sucede? – Pregunte con duda.

- Te lo diré después de que acabes con tu helado.

- No me dejes con la duda – le suplique.

- Lastima, tendrás que esperar – dijo burlón.

- Me acabare ese helado en tiempo record – no me iba a dejar con la duda.

- Ya veremos – dijo juguetón.

Ambos pedimos un cono de yogurt, solo que el de fresa y yo de mora. Amo los helados, pero en ese momento lo que quería era saber que me quería decir, así que me comí ese helado lo más rápido que pude, también el cono.

- Listo, termine – lo voltee a ver.

- Eres rápida – me dijo dándole otra la mida a su helado.

- No me cambies el tema, ya dime – suplique.

- ¿Decirte que? – vi una pequeña sonrisita en sus labios.

- No seas malo, ya dime – proteste.

- Bien – alejo su helado de sus labios.

- Te escucho.

- Alguien me llego con un chisme y quiero saber si es verdad – se le notaba nervioso.

- ¿Y cómo voy a saberlo? – pregunte confundida

- Por que el chisme es sobre ti - ¿Sobre mí?

- Bueno, dímelo y yo te confirmare si es verdad – al instante el se torno serio e incluso aclaro la voz.

- ¿Es cierto que te gusto? – Demonios.

- ¿Quién te dijo eso? - todavía podía decirle que es mentira, no podría verlo al rostro si sabe que me gusta.

- Eso no importa, solo dime si es verdad – dijo con voz calma.

- Claro que importa, era secreto – tonta.

- Entonces es verdad – sus ojos divagaron por todo el suelo.

Me levante de donde estaba – Lo lamento, yo no controlo mis sentimientos y entenderé si no quieres hablarme – dije rápidamente.

- Emma, no quiero perderte – lo interrumpí.

- Me tengo que ir – comencé a tomar mis cosas.

- Emma, escúchame primero – dijo acercándose a mí.

- No digas nada – dije con ya todo listo para irme corriendo – hablamos otro día, gracias por el helado – sin más que decir y sin dejarlo hablar me fui corriendo de allí. Escuchaba sus gritos llamando mi nombre, me cubrí los oídos y seguí corriendo.

Mi celular sonaba, conteste sabiendo que iba a ser Johnny.

- Emma...

- Sigamos como estamos, por favor. No quiero arruinar la amistad por lo que siento. Solo finge que no sabes nada por favor.

- Emma, escúchame yo... - termine la llamada, no quería saber si me iban a romper el corazón. Apagué el celular para que ninguna llamada entrara y seguí mi camino a la casa de Alex. Johnny podía ir a mi casa, por lo tanto, lo vería y eso era justo lo que quería evitar.

Al llegar a casa de Alex toque el timbre - ¿Emma? – me vio extrañado.

- ¿Me dejas dormir aquí esta noche? - pregunte con los ojos hinchados ya que todo el camino había estado llorando.

- Claro, sabes que si – me dio espacio para entrar a su casa – Cuéntame que paso – dijo serio – tienes los ojos rojos e hinchados.

- No me regañes por favor.

- ¿Qué hiciste? – le conté todo.

———ghost of you———

Hola, hola
Otro capítulo, claro que si.

Nos leemos la próxima semana, chao.

De ocho a siempre (FINALIZADA) (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora