Permanent² | KookV

Capítulo 1

En su sueño, Taehyung estaba volando.

Volaba por un cielo salpicado de estrellas, haciendo acrobacias por las nubes como Aladín y Jazmín en la escena en la que cantan 'Un mundo ideal'. Pero en lugar de ir en una alfombra mágica, iba en el lomo de un inmenso dragón negro, a horcajadas sobre su ancho lomo, con sus escamas ásperas e increíblemente calientes contra sus muslos desnudos. Todo resultaba vagamente erótico y sensual, sobre todo porque el dragón le devolvía la mirada a través de unos ojos encapuchados, oscuros y sugerentes, llenos de una lujuria feroz, y era tan divertido porque sus ojos se parecían tanto- 

Pero, de repente, un pajarito esponjoso voló a su lado y le golpeó la mejilla con su ala peluda. (¿Peluda? Pero los pájaros no tienen pelo, tienen plumas.) Taehyung intentó apartarlo con la mano, queriendo quedarse a solas con el dragón, para ver si tal vez podrían volar aún más alto, más allá de la luna y hacia el espacio, donde solo estarían ellos dos...

Pero este maldito pájaro no lo dejaba en paz.

"Detente" dijo Taehyung, agitando sus manos hacia el pájaro. "Vete- "

Se despertó con una repentina sacudida y abrió los ojos para ver a Mono Araña cernido sobre él, con los ojos verdes entrecerrados y la larga cola negra moviéndose con fastidio. El gato le resopló y le volvió a dar zarpazos en la cara, con suavidad, pero con la insistencia suficiente para que Taehyung supiera que no iba a dejar que volviera a dormirse pronto.

Taehyung suspiró. "Eh, Mono Culo" Se levantó y rascó las orejas de Mono Araña, provocando un ronroneo gutural. "Supongo que tienes hambre otra vez, ¿eh?"

Mono Araña maulló con fuerza, lanzándole una mirada de sufrimiento que Taehyung interpretó como 'Te diste cuenta rápido, patético'.

"Vamos" dijo Taehyung, empujándolo suavemente. "Enseguida voy" Después de varios meses viviendo con su novio y su temperamental gato, había aprendido rápidamente que la mejor manera de manejar a Mono Araña era no consentirlo demasiado.

"Si haces eso, se aprovechará y se volverá aún más idiota de lo que ya es" había dicho Jungkook una vez. "No quiero que se convierta en uno de esos gatos malcriados y quisquillosos que siempre exigen comida a las tres de la mañana"

Así que Taehyung, en lugar de coger a Mono Araña en brazos y llevarlo a la cocina para servirle el desayuno a su majestad, lo echó de la cama, decidido a quedarse quieto al menos cinco minutos más para que el gato supiera quién mandaba realmente. Pero tal vez le daría a Mono Araña unas golosinas extra más tarde, para que no se sintiera demasiado abandonado.

Taehyung se estiró, bostezó y se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con el dragón negro gigante de su sueño. No era real, por supuesto, era el que estaba hecho de pigmentos negros y grises, el que estaba tatuado en la espalda de Jungkook. Pero había mirado el tatuaje tantas veces, lo había trazado con las manos, con la lengua, que creía que estaba destinado a aparecer en sus sueños. No necesitaba a Sigmund Freud para interpretar el trasfondo erótico que acompañaba al dragón de sus sueños ni para explicarse por qué se sentía excitado.

Se arrastró por la cama hacia su novio, que aún dormía; debió de haber rodado lejos de él en algún momento de la noche. Colocó sus labios sobre la temible cabeza del dragón y subió hasta el hombro de Jungkook, rodeándole la cintura con los brazos y acurrucándose contra él.

"Buenos días" susurró, acariciando el cuello de Jungkook. "Despierta, dormilón..."

Le respondió con un gruñido somnoliento y entonces la mano de Jungkook buscó la suya, la agarró y juntó sus dedos.

"Todavía es temprano, Tae" murmuró Jungkook. "Vuelve a dormir..."

Taehyung frotó su cara contra la espalda de Jungkook, entre sus omóplatos. "No quiero pasarme toda la mañana durmiendo" hizo un puchero. "Eso no es divertido"