Capítulo 1.

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La ciudad estaba tensa, no, la ciudad no; el país. Mi país atravesaba una situación muy dura, que estaría a punto de estallar. Era un martes cualquiera, pese a toda la tensión asistíamos a clase. Estaba ya en 5to año, el último, casi lista para ir a la Universidad.

El día pasaba con normalidad, observaba por las ventanas un denso humo gris a lo lejos. Mi mejor amiga, Solji, me sacó de mis pensares.

-Qué observas? - preguntó.

-Viste el horizonte?

-Sí, y?

-Ese humo

-Sí?

-Es pólvora - le comenté - En el centro deben haber rebeliones ya.

-Sí? Me mandó un mensaje mi mamá y que la cosa está ruda.

-Qué más da? Ya estaba por suceder.

Entre esa charla casual en la clase de biología se oyó un sonido seco, seguido de uno un tanto grave y pesado, para luego estar coronado por disparos; no disparos comunes, no. Eran disparos ordenados y con cierta táctica. Posterior a eso, gritos, incertidumbre.

-NO SE MUEVAN! - gritó histérica Isabel, la profesora de biología.

-QUÉ PASA, PROFESORA?!

-NO SE, NO GRITEN.

Vi a la profesora asomarse por la puerta, luego unos movimientos seguidos por un hombre fornido que se asomó al salón y dio una orden clara y precisa.

-TODOS BAJO LOS PUPITRES, YA! - ordenó.

La profesora salió del curso y nos quedamos los 30 alumnos solos, escuché un llanto, no sé de donde provenía.

-Qué hacemos? - preguntó un compañero.

-Quédense quietos, al parecer tomaron la escuela - le comenté.

Parecía imposible, pero todos acataron a aquel hombre fortachón. No aguanté la intriga y me paré a ver.

-Qué haces?! - susurraron.

-Nadie se levante, voy a ver algo - devolví ese pequeño comentario.

Lentamente me asomé por la parte de cristal de la puerta y los vi; hombres armados, pero no eran cualquieras, eran el Ejército Nacional. Uno me vio y rápidamente me devolví al pupitre. No pudieron preguntarme nada, ya que al instante llegó Isabel con la cara pálida.

-Necesito a la Delegada.

-SABRINA!!! - todos vociferaron, aquella chica estaba pasmada bajo su pupitre, presa del pánico y del miedo.

Nunca me pareció que ella fuera la Delegada, máxima autoridad del salón, tenía buenas calificaciones pero no era para nada líder. Para eso estaba yo, yo era la personalidad fuerte y líder.

Llevaba tiempo estudiando política paralelamente a la escuela, además, esa era la carrera que tomaría. Sabía muy bien que hacían esos funcionarios acá y sabía porque no estaba la policía. Era mi turno de tomar el liderazgo, enfrentar algo a lo que solo yo, al parecer, estaba preparada.

-Voy yo, Sabrina no está capacitada - dije.

-_____!! - alarmada Solji gritó - Tu eres loca? Cómo vas a ir?

-Necesitan a alguien que dé la cara! Aquí me tienen!

-Ven, _____ - me llamó Isabel.

Salí y me topé con un hombre joven, cabello Oscuro no muy visible bajo su uniforme y unos ojos cafés muy profundos.

- Los soldaditos de plomo. [ChanYeol&Tú.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora