La vida de ensueño de Takemichi era vivir cómodamente en la casa de su abuela y preparar muchos panes dulces para alegrar a las personas.
Por obvias razones, su vida de ensueño NO era conocer extraterrestres que disfrutaban cazando a otro seres por...
N/A:Ooc (carácter fuera del personaje), Narrador poco confiable, Escenas cortas y rápidas.
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“Supongo que con esto será suficiente para mantener encendido el horno por un rato” Su murmullo fue únicamente escuchado por sus propios oídos en aquel extenso bosque ya que una gruesa bufanda roja cubría sus fríos labios resecos. De uno de sus bolsillos traseros saco un par de guantes los cuales rápidamente coloco en sus manos para cubrir sus ahora casi congelados dedos –los cuales estaban tintados de un rosa pálido debido a la temperatura–, junto con una cuerda con la que sostuvo unidos los trozos de madera que había leñado de los árboles viejos que por el clima cambiante habían muerto, y al darle el último nudo manteniendolos lo suficientemente ajustados lo cargo todo sobre su delgado hombro soltando un pequeño quejido.
Un maullido tembloroso le hizo detener todos sus movimientos y dirigir su oceánica mirada brillante al lugar de donde provino dicho sonido. Encontrándose con un pequeño gato negro como la noche que se acurrucaba sobre si mismo bajo el único árbol con vida el cual había quedado sin ninguna hoja que le vistiera.
“¿Estas perdido, pequeño meow meow? Debes tener mucho frío” Como puede se arrodilla y pasa sus delgados dedos enguantados en la cabeza del felino, paseandolos desde las orejas mullidas hasta el cuello dónde sintió un grueso collar de cuero.
“¿Excalibur? Vaya nombre para un pequeño bebé como tú” Da vuelta entre sus dedos la placa en busca de alguna dirección para obtener información de su dueño, solo encontrando otro nombre “Peke J... Creo que es mucho más fácil de pronunciar que Excalibur”
El viento frío le golpea de frente y no puede evitar estremecerse al instante.
“Supongo que el destino nos ha unido” Tomo al tembloroso minino y sin vacilar más lo acurrucó dentro de su chaqueta dónde se acurrucó contra su blando pecho cálido.
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“¡Peke j, ven aquí pequeño ladronzuelo! ¡Así es como te quería atrapar!” Con manos en la cadera y el ceño fruncido, Takemichi Hanagaki intentaba parecer intimidante frente al minino. Claramente, solo intentaba, ya que el puchero en sus labios rosas humectados no era de mucha ayuda en realidad.
“Meow”
“¿A dónde crees que llevas mi ropa interior?”
“Meow”
“Responde con sinceridad, jovencito”
“Meow”
”Tu, realmente...” Suelta un profundo suspiro mientras masajea su sien con frustración intentado borrar su ceño fruncido “Mira, Excalibur. El trato es: yo te alimento y tu me das compañía. No que me tomes mis— y se fue... Junto con mi ropa interior ¿Por qué recogí un gato? Debí comprar un pez dorado o un hurón, son lindos”
