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Los días pasaban hasta ser viernes otra vez, lo mismo de siempre, el joven de cabellos rosas había terminado su jornada de trabajo, sin nada de pendientes, todo resuelto y cuando iba a recoger su saco del perchero... El teléfono sonó.

El solo suspiró mientras que mostraba una muy leve sonrisa, pensando en como la situación, a pesar de obvia y algo predecible, parecía que ella aún lo tomaba muy por sorpresa.

Se dirigió a su escritorio, tomó el teléfono y habló -Solo déjala pasar Yu-.

-Disculpe Sakutaro-Sama pero el doctor Tsuna-Sama me llamó de último momento. Me dijo que le notificara que mañana en la mañana hay una reunión con el y Shozune-Sama, me dijo también que llevara los informes de este mes- Habló desde el otro lado del teléfono.

-A-ah S-si si si, muchas gracias- dijo algo perplejo al no escuchar lo que tenía pensado escuchar. -¿E- eso es todo? Yumi-San?- Expresó de forma ''neutral''.

-Mmm~... Si, eso es todo Sakutaro-Sama- Respondió mientras veía la agenda de su superior.

-Ah ok~ -Habló confundido.

-Disculpe Sakutaro-Sama- Dijo antes de que el ojijade colgara el teléfono.

-¿Si?- Exclamó un poco ansioso.

-Disculpe que lo diga pero... La señorita Naruko no vino como siempre- Dijo algo preocupada -.

-A-ah~ ¿Si? no me había dado cuenta~-.

-¿Quiere que la llame?-.

-No no no-... Ahem~ Quiero decir... No, está bien, yo... la llamaré después~-.

-E-está bien Sakutaro-Sama-.

Después de que el de perlas jade colgara, miró el reloj que colgaba en la pared, le parecía raro. esta era la primera vez que ella no venía, pues, desde que el hacía sus pasantías para la universidad, ella sin falta iba a visitarlo, a la misma hora, en el mismo día. Tomó su celular para revisar si ella le había enviado un mensaje o al menos una llamada pero no... su buzón estaba vacío.

-... ¿Debería llamarla?- Pensó en voz alta pero su ego fue más fuerte que el. -¡Agh! ¿Porqué le doy tanta importancia? Solo no vino y ya!- Expresó fastidiado mientras tomaba su saco y abría la puerta -Me estoy ahogando en un vaso de agua, por dios!- Dijo entre dientes, cerrando su puerta.

El joven de cabellos rosas caminó hasta la puerta principal del hospital, mientras veía los e-mails de sus pacientes en su celular.

- Nos vemos mañana Yumi-San- Exclamó inmerso en la pantalla.

-¡Disculpe Sakutaro-Sama!- Gritó no muy fuerte desde su escritorio.

-mmm?- miró su secretaria.

La mujer de ojos color canela y de ya mayor edad veía al de ojos color jade con preocupación lo que no pasó desapercibido por este que empezó a sentir el mismo sentimiento hasta que la mujer habló -¿Ya... Ya habló con la señorita Naruko?- Habló en espera de una respuesta.

Al parecer, la falta de presencia de mencionada señorita había sorprendido a la secretaria hasta el punto de preocuparse por su bienestar y congestionarse porqué no había venido como normalmente lo hace.

Sakutaro pensó e intentó armar bien sus palabras, pues no sabía que decirle, ni siquiera se había dignado a escribirle a la rubia, haciéndolo sentir un poco culpable.

 -Pues...- carraspea-... No... No pude contactarla... P-pero tal ves solo se le atravesó algo y no pudo venir- Intentando calmarla.

-¿E... Está seguro?... Es que, tengo un mal presentimiento~-.

Los 3 PasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora