NOTA: Una disculpa, tengo un bloqueo mental y no se como seguir con la historia, espero que en un tiempo mas me vengan a la mente algunas ideas y poder mejorar la historia.
Un día llego Adrián a mi mente y empecé a imaginar su historia, fantaseando...
El lunes comenzó y por alguna razón me desperté muy temprano, sentía cierta emoción que no conocía, tal vez porque hoy iba a conocer gente nueva y esperando que me fuera mejor en esta escuela o por alguna otra razón, pero aproveche para meterme a bañar y empezar a prepararme para mi primer día.
Comencé con mi ropa interior color blanco, incluido el bra que a pesar de que no lo usaba muy seguido no me costaba mucho trabajo abrochármelo, seguido por la falda azul, la blusa y decidí usar las mallas negras, claro, sin olvidarme de mis zapatillas. Intente peinarme de la misma manera que lo hizo mi madre, no me quedo completamente igual, pero sin duda se veía mucho más femenino que como normalmente lo traigo ya que no suelo peinarlo mucho o darle forma.
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Agarre mi mochila y baje a desayunar con mis padres, al llegar a la cocina se me quedaron viendo, pero no porque iba con solo ese uniforme, sino porque se acaban de dar cuenta que les habían dado el uniforme equivocado. Después de verme me preguntaron si me sentía cómodo con ese uniforme o si quería que me consiguieran el uniforme masculino, pero me sentía muy bien vistiendo así y no quería hacerlos ir por el otro uniforme después de todas las cosas que tuvieron que hacer para poder cambiarme de escuela, también mi madre hizo el comentario que bien podría pasar como su hija.
Sin decir nada más sobre el tema y después de desayunar mi madre me llevo a la escuela y me acompaño hasta las oficinas para terminar los ajustes finales sobre mi inscripción, y una de las secretarias de la escuela al verme sonrió y me llevo a mi nuevo salón en donde ya estaban todos mis compañeros y mi maestra. La secretaria le paso una nota a la maestra y me paso al frente del salón diciendo que sería su nueva compañera Adriana y me pidió que hablara un poco de mí. Yo me presente, les comenté que venía de otra escuela en la misma ciudad y termine corrigiendo a la maestra diciéndoles que mi nombre es Adrián y que soy un chico que considera que la ropa no tiene género. Al decir eso el salón se quedó mudo ya que no esperaban que su nueva compañera realmente fuera un chico.
La maestra me mostro mi nuevo lugar en donde a lado se encontraba Marcelo, un chavo muy serio y poco social, solo volteo a verme me lanzo una sonrisa de bienvenida y regreso la mirada a su lugar, del otro lado se encontraba Jimena, ella fue más efusiva, me enseño una sonrisa muy amigable y me dijo que me veía super linda para ser un hombre y decidió hablarme en femenino, realmente no me molesto en lo absoluto, incluso aunque claramente me presente como hombre esperando que fuese tratado como tal a pesar de mi forma de vestir, El que Jimena me hablara así me hizo sentir bien.
Fue un día extraño a lo que normalmente estaba acostumbrado, creo que la gente toma más en serio la ropa por su género que yo, intenté un par de veces entrar al baño de hombres, pero en ambas ocasiones me mandaron al de mujeres incluso después de aclararles que era un chico, pero simplemente es un baño así que decidí entrar el de niñas como si nada, el trato en general también diferente, me dejaban pasar primero y la gente era más amable conmigo de cómo estaba acostumbrado.
En el receso entre clases Jimena me invito a comer con ella, y sin dudarlo empezó a preguntarme el por qué me estaba usando el uniforme femenino, incluso se dio cuenta que llevaba puesto un bra a lo cual me pregunto el por qué usaba si no tenía la necesidad real de usarlo. Yo simplemente le explique lo que había pasado y que no era algo nuevo, aunque tampoco fuera común para mí el usar ropa de mujer, pero al hacerlo sentía que todo tenía que ir en armonía y el usar el bra lo consideraba como parte del outfit completo, creo que lo entendió completamente, y mientras le explicaba todo eso agarro mi mano y empezó a pintarme las uñas, me dio curiosidad por saber cómo se verían y deje que lo hiciera. Al verlas como se veían empecé a pensar que las cosas que se podrían considerar femeninas me estaban empezando a gustar más de lo que esperaba.
El día termino y mi madre paso a recogerme a la escuela, ya en el carro me pregunto que como me había sentido con mis nuevos compañeros y le comenté que muy bien, que fue algo distinto a lo que esperaba y que incluso había hecho una nueva amiga y le enseñé mis uñas a lo que mi madre solo me sonrió. También me pregunto sobre el uniforme ya que solo tenía un juego y necesitaría tanto el de deportes como un par de uniformes más, le comenté que usar la falda fue lindo y que podría acostumbrarme a vestir así, fue cuando voltee de reojo al asiento de atrás y ya había dos juegos de uniformes femeninos en el asiento. Era como si mi madre supiera desde un principio que uniforme iba a querer usar.
