Madre e Hija

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La semana siguió sin muchas novedades, me sentía muy cómodo en esa escuela, le gente seguía tratándome como mujer y hablándome en femenino, ya para el miércoles deje de intentar corregirlos mencionándoles que era un chico y acepte ser tratado como una chica más.

No había tenido mucho contacto o hablado más que algunas palabras con la mayoría de mis compañeros a excepción de con Jimena y con Marcelo. Jimena era algo rara, note que no hablaba con casi nadie, algo que se me hizo raro porque fue la primera persona que me hablo y se notaba como una persona muy social, pero parece ser que yo fui la causa de que se soltara a hablar tanto. Con Marcelo era algo distinto, se notaba que intentaba hablarme, pero siento que era muy tímido para hacerlo, Marcelo tampoco era una persona muy sociable, los primeros días lo vi solo durante el receso, hasta el viernes que le comenté a Jimena que había que invitarlo a comer con nosotros, y el acepto, aunque dijo muy pocas palabras. Pero ese mismo día me toco hacer una actividad con él en la clase y lo sentí mucho más libre, no hablamos mucho, pero fue muy lindo al decirme que me veía muy bien con el uniforme femenino y que se sentía feliz porque yo pudiera expresarme tal cual como quería.

El fin de semana llego, me desperté el sábado temprano y a la hora de vestirme tome mi ropa de chico normal, estaba viendo la tele cuando mi madre llego y me pidió que la acompañara a hacer unas compras, pero poco antes de salir le dije que me esperara unos minutos, subí rápido a mi cuarto y al pasar por un espejo y verme después de andar con ropa de chica toda la semana sentía que no me quedaba tan bien la ropa de chico, decidí tomar la falda y una de las blusas que tenía y así regrese con mi madre para ir de compras, ella al notar la ropa que llevaba solo dijo, "ya vámonos hija que se nos hace tarde", fue tan raro escuchar que me dijera "hija", solo sonreí y nos fuimos.

El fin de semana llego, me desperté el sábado temprano y a la hora de vestirme tome mi ropa de chico normal, estaba viendo la tele cuando mi madre llego y me pidió que la acompañara a hacer unas compras, pero poco antes de salir le dije que me esp...

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Entramos a varias tiendas que no conocía ya que son tiendas solo con ropa de mujer, al entrar mi madre me dijo que escogiera lo que más me gustaba ya que según ella me hacía falta ropa, empecé a ver la variedad de ropa que era mucho más a la ropa que encontraba en las tiendas para niños, vi muchísima ropa que me encanto desde el principio, tome algunas faldas, blusas, vestidos y shorts, y mi madre también llego con otro montón de ropa que ella había escogido para mí, también otros pares de zapatillas, unos tenis rosa y más ropa interior de niña. Creo que fue el momento en que me di cuenta de que mi vida estaba empezando a cambiar, también me gustaba mucho más como me veía con esa ropa.

Mi madre siempre había querido tener una hija y al ser hijo único no había podido disfrutar de ciertas actividades de madre e hija, pero con la forma en que se estaba dando toda esta última semana y antes de que algo pudiera cambiar o regresar a como era antes, mi madre quería aprovechar la situación y hacer todo lo que pudiera con su nieva hija que no haría normalmente con un niño. La verdad es que ni me pregunto si quería ir, pero después de comprar ropa mi madre me llevo directo a un Spa en donde nos atendieron como madre e hija, nos dieron un masaje relajante, mascarillas faciales, pedicura y manicura. Si bien sé que no es algo exclusivo de mujeres, usualmente suelen ir más mujeres por el servicio completo y la atención y hoy comprobé que realmente valía el gasto ya que me sentía mucho más fresca, relajada y mis manos se veían mejor que nunca.

Al terminar nos fuimos directo a la casa, cuando al llegar mi madre me pidió que me arreglara por que íbamos a ir a cenar en familia a un bonito restaurante, me dio una bolsa con un vestido negro y unas zapatillas con tacón bajo color beige, al ver lo que me dio me emociono muchísimo y lo primero que se me vino a la mente es que me iba a ver super linda con esa ropa. Llegando a mi habitación lo primero que hice fue empezar a acomodar las cosas en mi closet, toda la ropa de niño la deje en el lado donde solía tener la ropa de niña que casi nunca abría, hasta parece que mi closet había cambiado de género. Al terminar me puse el vestido y las zapatillas y me dirigí al cuarto de mi madre para que me ayudara con un peinado más femenino. Finalmente, cuando ya estaba lista, baje las escaleras y mi padre se encontraba abajo, al verme su primer comentario fue "Que hermosa hija tengo", solo me sonroje y seguí bajando las escaleras.

En el restaurante todo iba muy normal, nos atendieron como siempre y la comida fue muy buena, pero ya cuando estábamos en el postre llegaron unos amigos de la familia quienes tenían un par de hijos, Renata y Fabian

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En el restaurante todo iba muy normal, nos atendieron como siempre y la comida fue muy buena, pero ya cuando estábamos en el postre llegaron unos amigos de la familia quienes tenían un par de hijos, Renata y Fabian. Quiero aclarar que no hicimos un anuncio sobre mi cambio de vestir a nadie y tampoco creíamos que fuese necesario hacerlo y mucho menos habíamos hablado aun de si iba a ser algo permanente o iba a usar ropa mixta o simplemente era algo temporal. Regresando a los amigos de la familia al ver a mis papas se acercaron a saludarnos y al estar a punto de preguntar por mí, se dieron cuenta que la niña que estaba cenando con ellos realmente era yo, después de eso fue un silencio muy incómodo, se despidieron y se fueron lo más rápido posible. Aunque mi familia es muy liberal en muchas cosas como en el caso de la ropa, no todas las familias son así. Cuando nos fuimos me quede con una sensación algo extraña, hasta el momento todo mundo me había tratado bien y como si fuera una niña, aunque supieran que no lo era, pero esa reacción de los amigos de la familia y sus hijos me saco mucho de onda ya que no lo estaba esperando.

Adrián o Adriana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora