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Ahora mismo podíamos ver al pecoso en el patio de la casa de Kim, el pecoso estaba en pose de loto viendo hacia el frente seriamente

Así viéndose como no había nada frente a él, pero de un momento a otro todo el ambiente cambio a uno más tenebroso, el cielo rojo como la sangre, el suelo oscuro como la noche y frente al pecoso, estaba tsuka parada vie cómo con una sonrisa en el rostro

Ella seguía viéndose igual que la vez que murió, como una niña de ocho años con el uniforme blanco y la mancha de sangre en su pecho, pero solo una cosa había cambiado

Ahora ella tenía partes de masa negra y ojos rojos esparcidos en su cuerpo dándole una apariencia algo bizarra, pero eso al pecoso no le importaba, solo la miraba neutral como siempre y ella con una sonrisa hacia la misma pregunta que ha hecho desde que empezó a aparecer en la mente del pecoso

Tsuka: eres feliz? ( Pregunto viendo con una sonrisa al pecoso)

Y como siempre, el pecoso espero un momento antes de contestar, eso solo para ver la reacción que hacía tsuka cuando izuku no le contestaba la cual era siempre una cara enojada y muy alterada y era cubierta por la masa negra en su totalidad

Cuando se ponía así todo el entorno del pecoso empezaba a alterarse también, en las paredes, suelo y incluso en el cielo, se abrían incontables ojos rojos que miraban directamente a izuku y también salieron las manos oscuras que lo amarraban de to...

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Cuando se ponía así todo el entorno del pecoso empezaba a alterarse también, en las paredes, suelo y incluso en el cielo, se abrían incontables ojos rojos que miraban directamente a izuku y también salieron las manos oscuras que lo amarraban de todos lados, así que cuando ella se ponía así, solo podía calmarla cuando respondía

Izuku: no ( dijo con la mirada neutra)

Eso siempre calmaba a tsuka quien volvía a la normalidad, pero cuando regresaba a la normalidad su cabello amarillo como la mantequilla se volvía negro como la noche y sus ojos azules como un safiro, se volvían rojos como la sangre y le mostraba una gran sonrisa diciendo

Tsuka: ya veo, jaja, no te preocupes, no te preocupes, yo estoy aquí ( dijo con una enorme sonrisa)

Después, llegaba y abrazaba al pecoso con cariño y lo acariciaba como una madre a su hijo, él por supuesto que no hacía nada, ya estaba acostumbrado a verla todos los días y también se había vuelto automático responderle lo mismo, realmente no le ...

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Después, llegaba y abrazaba al pecoso con cariño y lo acariciaba como una madre a su hijo, él por supuesto que no hacía nada, ya estaba acostumbrado a verla todos los días y también se había vuelto automático responderle lo mismo, realmente no le importaba, así era ella

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