Capítulo Único

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A los 16 años jamás pensó que su vida cambiaría por completo, él estaba enfocado únicamente en ser un ninja impecable y grandioso, pero su amigo Knuckles lo convenció de unirse a un grupo de detectives que estaba formando, y luego de insistir tanto y tanto, finalmente logró convencerlo.
Fue ahí donde lo conoció, y una vida completamente nueva para él comenzó.

Tan grande y fornido, con escamas tan verdes como el césped y colmillos tan filosos como feroces.
"Bastante atractivo" pensó el camaleón. Pero no se interesó mucho, solo lo veía como el molesto cocodrilo ruidoso que también era parte de su equipo.
O al menos eso pensaba en aquel entonces.

Los años pasaron, Knuckles se había ido completamente con Sonic y Mighty desapareció junto a Ray sin dejar ni un rastro. Solo quedaban los tres oviparos más divertidos y únicos que la ciudad podía conocer.
Subsistiendo como podían, con los pocos trabajos de detective que les pedían, hasta el cuello de deudas, pero aún así eran felices.

—¡Ahí va! —gritaba la tierna abeja mientras jugaba con una bola de periódico viejo y unas latas desgastadas.

El camaleón se encontraba en un rincón de la agencia meditando como acostumbraba, pero se desconcentraba un poco cuando las latas caían al suelo y hacían aquel ruido molesto.

—Bah, solo otro día como cualquier otro —suspiró Vector mientras se recargaba completamente sobre su silla y subía el volumen en sus audífonos.

Espio salió un poco de sus pensamientos y ahora su concentración se dirigía completamente a su jefe. Le encantaba verlo desde ese ángulo, se veía tan imponente que pensaba: "si algún día estoy en problemas, si mi vida esta en peligro, ojalá él llegue a rescatarme" y su rostro se sonrojó suavemente.
Esbozó una pequeña sonrisa, se sentía feliz de tenerlo a su lado, esos sentimientos románticos que estaba reprimiendo hace un tiempo, había comenzado a aceptarlos poco a poco y se sentía feliz por eso, le gustaba mucho esa cálida sensación de enamorarse.

La puerta de la agencia comenzó a ser tocada, por lo que los tres detectives se pusieron atentos, Charmy voló para abrir la puerta.

—¡Cream! —Saludó a su amiga y la recibió con un fuerte abrazo.

—¡Buenos días Charmy! Iba hacia al parque, pero venia a preguntarte si también quieres ir —entró a la casa y su madre entró detrás de ella.

—Buenos días muchachos —saludó con amabilidad la coneja de mayor altura.

El corazón de Vector comenzó a latir más fuerte y su rostro se sonrojaba intensamente.

—Señorita Vanilla... —se levantó de su asiento y corrió torpemente a saludarla, sentía las piernas de gelatina y no dejaba de tartamudear. —Es todo un placer tenerla en nuestro humilde hogar —tomó su mano suavemente y besó su dorso.

—Oh Vector... Eres un completo encanto —rió con dulzura y su rostro también se sonrojaba.

Fue entonces donde se dio cuenta.
Sus sentimientos jamás serían correspondidos.
Y no es que Vector fuese precisamente heterosexual, era porque alguna vez tuvieron una calida conversación donde Vector le confesó que veía a Charmy como un hermano pequeño, casi su hijo, mientras que a él lo veía como un hermano de casi su misma edad, era su mejor amigo, la persona con la que siempre podria contar, su mayor confidente. Ahora las palabras se repetían una y otra vez dentro de su mente y lo estaban torturando.

Su mente comenzó a dar vueltas, su respiración se agitaba, sentía como sus manos estaban temblando, un escalofrío recorrió su cuerpo y su pecho empezaba a sentirse invadido de... Algo.
Salió corriendo tratando de subir las escaleras, pero en el camino comenzó a toser y soltó algunos pétalos de color amarillo brillante, se asustó pero continúo corriendo.

Flores para la boda [Vecpio Hanahaki One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora