Regalo

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Estar sentados en la azotea de la escuela, no es exactamente lo que imaginaba, no era un sitio exactamente cómodo, pero ella sonreía demasiado, su vida era completamente feliz, al menos eso lo deslumbraba, ella no dejaba de contagiar la alegría, yo no podía resistirme, al parecer estar con ella era un regalo.
Ella vestía una falda muy linda, en realidad era el uniforme, pero ella lo vestía y era ese plus que le daba.
Ella se acercó un poco a mi, estábamos sentado de frente a él sol, si alguien nos viera por atrás, nos vería a contra luz así ella no sufriría de pena al estar con el "raro".

-¿Como te sientes? -pregunta.

Realmente le interesaba ¿Por qué tanto interés? Yo no podía dejar de mirarla ¿esto será un sueño?
Ella me miro confundida ¿Por qué tardaba tanto? Es fácil responder esa pregunta con mentiras, para que las demás personas no se preocupen por ti, pero ella quería que todo fuese sincero, la sinceridad cuesta y mas cuando realmente hay dolor.

-No se responder esa pregunta, lo siento. -Dije.

Había fracasado al decirle, sin embargo, ella no reaccionó mal.

-Lo entiendo, cuando quieras desahogarte, hazlo. -ella tomó mi mano y me miro.
-No quiero que te pase nada ¿entiendes?

¿Qué mierda esta pasando? Me pregunté, acaso estoy en una realidad alterna, donde realmente le importo a las personas.

-Te seré sincera, no me gusta ver que las personas sufran de soledad, yo lo sentí mucho tiempo, mis padres se separaron, no estuve con ninguno durante mucho tiempo, me intente refugiar y hubiera deseado que alguien hubiera hecho lo que estoy haciendo, tener amigos en situaciones así es lo mejor que alguien puede hacer ¿cierto?

Yo me quede paralizado, no podía creer que Lanna haya sufrido lo mismo que yo, una vida de soledad.
Yo solo acerqué su cabeza para hacer que se recargara sobre mi hombro, quería sentirme acompañado aún más .

-¿Quieres ir a alguna parte? -Pregunté mientras ella cerraba los ojos.

-cualquier parte sería excelente. -Dijo

-¿puedes darme tu número? -Dije mientras sacaba mi celular.

Ella se rio un poco, lo dije en un tono tonto, estaba nervioso, jamás había pedido un número de teléfono a nadie, mucho menos a una chica.

-Claro, no es problema alguno. -Dijo con agradable tono de voz.

Ella tomó mi celular y anotó su número, ella era así, siempre lo fue.
Ese era mi regalo, el destino quería algo de mi, yo no quería desaprovecharlo.
De mi mano comenzaba a brotar ese tatuaje de la daga sobre un craneo, para mi era normal, ella no lo noto, puse mi mano sobre el tatuaje y el día continuo.
El día numero uno es el que mas se recuerda, el que mas duele, pero esto solo es el inicio de una historia, esto no era nada comparado a lo que venia.

¿Qué ocurrirá? un poco predecible puede ser pero esto no es exactamente una historia de amor, míralo desde el punto de vista de hasta que punto llega alguien por el amor.

Sin AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora