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"Reconozco ese suspiro, está noche, la muerte le juega a alguien un truco, cuyo nombre ni siquiera conoce."
Rey de espadas
POV Yuuki Chishiya y yo habíamos terminado aquel juego, debía pensar en algo nuevo, caminábamos en dirección a otro campo de juego, ambos íbamos tomados de la mano pero por un momento paramos, Chishiya soltó mi mano por un momento, lo mire con confusión y el sonrió. - Mira esto... - mire como camino hacia un parque infantil - ¡¿Te quedarás ahí?! - preguntó con cierta emoción en su voz mientras se sentaba en uno de los columpios, sonreí al igual que él y camine hasta su lugar, me senté a su lado en otro de los columpios, al parecer estos seguían en un buen estado - Te voy a ganar - comencé a columpiarme una y otra vez así llegando más alto que él - ¿Ah sí? Eso veremos - se columpió al igual que yo mientras ambos reíamos - ¡Mira! Estoy volando - reí mientras estaba en el punto más alto al que podía llegar el columpio, ambos nos divertíamos al hacerlo - ¡Mírame, te estoy ganando! - Chishiya hablo con cierta emoción llegando al punto máximo que daba el columpio - ¡Esto se siente genial! - reí una y otra vez mientras dejaba que el columpio siguiera su propio rumbo, este bajaba la velocidad poco a poco al igual que el columpio de Chishiya, voltee a verle y este sonreía mientras me miraba con un pequeño brillo en sus ojos - No me mires así... - voltee a otro lado sonrojada - ¿Así cómo? - pregunto aún con una sonrisa - Con esa mirada, pareciera que estás muy enamorado de mi - intenté ocultar mi sonrojo al igual que mi sonrisa - Eso se debe a que lo estoy, sabes... - suspiro mientras mi mirada se dirigía a verle, este volteo hacia el cielo - desde el momento en que llegaste a mi vida, mis días grises pasaron a llenarse, pues tuve una nueva luz en mi vida... - sonrió y soltó una pequeña risa - Jamás... Bueno, nadie me dijo eso - me quedé sorprendida ante sus palabras, sonreí y me levanté de aquel columpio y me acerque hacia el para abrazarle, este correspondió abrazándome con fuerza - agradezco tus palabras, Shiya... - suspire dejando ir aquel pensamiento sobre su muerte - vamos, tenemos que seguir nuestro camino, ya casi amanece - quise alejarme pero su abrazo no me dejaba - No quiero irme aún... - respondió con un tono casi inaudible - Está bien - acepte quedarme mientras comencé a acariciar su cabello, estaba algo enredado y seco, aún así seguí acariciandolo.
Amaneció mientras nosotros dos aún seguíamos en el parque, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo entero lo que provocó un espasmo, Shiya lo noto y dirigió su mirada hacia mí, acaricio mi mano con delicadeza mientras me miraba con atención. - Es hora de irnos, Yu - se levantó sin soltar mi mano buscando algún camino para iniciar - Está bien cariño - comencé a caminar al lado suyo - El próximo juego es de diamante - hablo después de algunos segundos - Lo sé - respondí - ¿Qué harás? No puedes arriesgarte - me respondió de vuelta mientras caminábamos, nuestras manos aún no se soltaban - No lo sé... buscaré a los chicos, deben estar con vida aún, son lo suficientemente inteligentes para sobrevivir - expliqué mi idea - Vamos a separarnos entonces... Ya veo - su mirada lucía algo triste, recordé aquel recuerdo donde el estaba herido, solté una lágrima inconscientemente, él pareció no darse cuenta - No puedo dejarte solo... No ahora - le respondí - no quiero hacerlo, no quiero que sea la última vez donde nos veamos con vida - mi voz se cortaba al hablar, sentía un nudo en la garganta - Estaré bien, te lo aseguro - me respondió de vuelta, se detuvo y dirigió su mirada hacia mí - ¿Q- qué te asegura eso? - pregunté dejando mis lágrimas caer una por una, sentí como tomo una de mis manos y la acaricio con delicadeza, dirigió su mano libre hacia mi rostro y con su pulgar limpio las lágrimas que anteriormente comenzaron a salir - Tengo una persona a mi lado que me dió la experiencia suficiente para saber que estaré vivo - respondió a mi pregunta con seguridad y una sonrisa de oreja a oreja - Uh... - me quedé sin una respuesta para darle - Te amo - Chishiya hablo con sinceridad y me quedé procesando aquella palabra que sonaba tan irreal pero a la vez fuerte, no sabía que decir, no supe que era el amor realmente hasta que lo conocí, era un sentimiento tan cálido, fuerte y acogedor - Yo también - respondí de una forma tan sincera, me di cuenta que realmente amaba a este hombre, logro que mi corazón se sintiera seguro, logró que aquellos ojos tristes de los que todos hablaban tuvieran un brillo, un brillo que solo le pertenecía a él - Jamás lo olvides, Yu - sonrió pero aún así su rostro lucía triste, el siguió acariciando mi mejilla con delicadeza, con una de mis manos sostuve la suya y la bese mientras poco a poco la alejaba de mi mejilla, comencé a caminar mientras el solo se quedaba parado - ¿Qué esperas? Vamos - solté sin más - Tú deberías ir por otra dirección - me respondió confundido - Te dejare en la zona de juego y después me iré -le respondí de vuelta y sonreí - Supongo que está bien - me miró aún más confundido pero sonrió y seguimos caminando tomados de la mano.
El camino fue largo pero entretenido, estando a su lado me sentía muy bien y seguro, pero era hora de dejarle ir, estábamos a pocos metros de aquel lugar, el tenía que entrar para jugar y yo tenía que irme, por fin llegamos, me quedé parada unos segundos esperando a que el me dijera algo, sentí sus brazos abrazarme por detrás y su rostro tocar mis hombros - No quiero dejarte...- su voz se escuchaba apagada y entrecortada - Entonces no te vayas - respondí - no me dejes sola - suspire intentando que mis lágrimas no salieran - Tengo que hacerlo - respondió - No es necesario, podemos seguir este juego juntos - hablé y mis lágrimas comenzaron a salir, tenía miedo, demasiado - No, no podemos... Quiero creer en eso pero no podemos - respondió, notaba como él quería llorar pero no podía - Entonces no hay otra opción... - suspire y voltee a su dirección haciendo que nuestras miradas chocarán - No mueras... Por favor - dije con una voz entrecortada, varias lágrimas se deslizaban por mi mejilla mientras sentía mi nariz arder, unos dedos pulgares detuvieron aquellas lágrimas - Tranquila, estaré bien - respondió el peli blanco mientras limpiaba mis lágrimas con delicadeza - ¿Nos volveremos a ver? - pregunté - Eso tenlo por seguro - respondió y beso mi mejilla - Entonces, hay que seguir ambos por nuestro camino - trate de sonreír aún sabiendo la realidad que se acercaba - No quiero pero eso es lo que se debe de hacer... - Chishiya respondió - Entra, es tu turno - le respondí de vuelta, me beso por última vez y entro al campo de juego
POV Chishiya Tenía miedo... No quería perderla de ninguna forma, ni su amor, ni a ella... Tenía miedo, no quería dejarla sola, sería muy egoísta de mi parte dejarla sola por no arriesgarla a jugar una carta de diamantes, no quería despedirme y mucho menos ahora, entre al terreno de juego, voltee a verla por última vez pero ya se había ido, mi corazón y alma no se sentía tranquilo, la ansiedad recorría mi cuerpo, cualquier cosa que le pasaría me sentiría culpable de por vida, si ella moría mi alma también lo haría, su sonrisa me daba vida y su felicidad era la mía, no podía dejarla así como así pero... Ya no había vuelta atrás, si salía de esta zona de juego moriría, una vez dentro no se puede salir, así que el futuro decidiría lo que pasaría con nosotros... Aún así, yo quiero un futuro con ella, así que haré todo lo posible para protegerla e intentar estar juntos.
POV Yuuki Cada uno había seguido su camino, el destino ya había elegido lo que pasaría, segui mi camino para encontrar a los demás, un dolor de cabeza surgió y este cada vez se hacía más doloroso, escuchaba varias voces llamándome mientras varias sirenas de ambulancia se escuchaban alrededor, el sonido era molesto al igual que aquel pitido en mi oído izquierdo, cerré los ojos mientras llevaba una de mis manos a mi oído intentando que el sonido parará y junto a este el dolor...
- ¡La paciente no responde! - se escuchó una voz que jamás había escuchado - ¡No tiene pulso! - le respondió alguien a aquella voz - ¿Qué fue? - pregunto otra voz - Un intento de suicido, una sobredosis - respondieron - Bien, esto debe funcionar ¡Despejen! - grito aquella voz, algunos segundos después sentí una fuente eléctrica recorrer mi cuerpo entero junto a un escalofrío - ¡Recarguen y otra vez, despejen! - hablo aquella voz de nuevo y al instante sentí aquella fuente eléctrica recorrer mi cuerpo otra vez, mi alrededor se distorsionaba poco a poco, cambiaba de escenarios una y otra vez mientras sentía mi cuerpo helado.
Aquellos escenarios parecían ser de un cuarto de hospital, lleve mis manos a mi cabeza desesperada por aquello - ¡Basta! - grite de dolor - ¡Ya basta! - la sangre dentro de mi cuerpo se sentía caliente, sentía fuentes eléctricas recorrer la mayor parte de mi cuerpo, mi corazón latía muy rápido y sentía punzadas en la cabeza.
[...]
Después de aquella situación trate de controlarme, seguí caminando, a este paso parecía una vagabunda, no me había bañado ni comido, seguí caminando y a lo lejos mire una tienda de conveniencia, me acerque y para mí sorpresa aún no la habían saqueado, sonreí al ver los estantes aún llenos, busque productos que no necesitaran calentarse y revise la caducidad de estos, tomé varias botellas de agua y todo eso lo deje en una bolsa, salí de aquella tienda y camine en dirección a Shibuya, esto sería un camino muy largo por seguir, podría tomarme muchas horas o incluso días...
