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❝Deja mis lentes en su lugar.❞
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— Habla, Kasansky.
— Ice.
El rubio se sentó en la cama al oír el tono de vos la voz desesperado de Rory a través del teléfono.
— Drag, ¿Que ocurre?— preguntó refregándose los ojos.— ¿Estas bien?
— Lo siento, no quería molestarte. Enserio lo siento, pero Pete nunca llegó y sinceramente tengo miedo. Tu me dejaste aquí, no tengo en qué volver y hay un grupo de hombres que me pone nerviosa. No tengo mi auto ni dinero para regresar, ¡Ni se como regresar, estoy perdida!
— Drag, relájate. ¿Si? Dame un minuto voy a buscarte.
Al llegar buscó a Rory por todos lados hasta que algo en cabeza le dijo que estaría escondida, Tom se aseguró que nadie quedará en el baño de mujeres y entró, fue hasta el último baño y dio tres golpes en la puerta.— Drag soy yo.— la puerta se abrió rápidamente y unos brazos rodearon al piloto.
— Viniste.— exclamó asustada.
— Tu me llamaste.— susurró acariciando su espalda.— Siempre que me llames vendré, ¿De acuerdo?
— ¿Podemos irnos de aquí?— suplico.
— Si, pero primero té compraré algo para que cómas y te calmes,¿Ok? .— sonrió dándole un beso en la frente.— Y luego iremos a mi casa, porque si llego a despertar a Viper a esta hora me matará a mi y yo regresaré del más allá únicamente para matar a Maverick a golpes.
— Probablemente pase eso.
— Y para que sepas, el grupo de hombres... eran meseros.
— No te burles.
— No lo hago.— Cuando el miedo se esfumo y Rory se calmo, Tom la llevó a su casa para que descanse y ya mañana explicarle a Viper lo que ocurrió.— Siéntete como un tu casa, Drag.
— Me siento patética.— Ice río.— No te rías.
— Mides un 1,70 y eres 60 kilogramos de piel pálida y huesos. Es normal que te asustes.— respondió tranquilizándola.
— El sarcasmo y los libros son mi única defensa.
— Tengo que enseñar a defenderte.
— Creí que ibas a decir "Yo te cuídare."— río.
— Si, yo te cuidaré. Pero te enseñaré de todas formas.— sonrió antes de besarla.— Creo que ya debo ir a dormir.— susurro mirándola a los ojos.
— Gracias por cuidarme.— musito llevando las manos al cuello de Ice, sin pensarlo sus manos viajaron hasta la cintura de la castaña.
Rory tiro de él y lo besó sin pensar, un beso lento que pronto la noche tornó apasionado. Ice acabó con el momento que sus manos se metieron por debajo de la camisa de la ojiazul, los instintos le estaban ganando y no debía permitirlo.
— Lo siento yo...— Ice cerró los ojos, apoyando la frente en el hombro de Rory.— Yo solo... me deje llevar. Tengo que detenerme.
La ojiazul se alejó un poco y tomó las mejillas del piloto, lo miró un momento y luego lo besó.
— Está bien, quiero esto.— admitió sin despegar sus ojos de él.
— ¿Segura?— susurró sobre sus labios.
— Contigo no tengo miedo.
— Es que no quiero que te sientas presionada, y luego te arrepientas.— la miró a los ojos.— Yo quiero que sepas que te respeto... no quiero perderte por esto.
— Ya dijiste demasiado.— Rory tomó las manos de Tom que colgaban inertes sin saber que hacer por miedo a incomodarla y las poso en su cintura.
— Esto es como jugar con fuego, Drag. Podríamos quemarnos.
— Si nos vamos a quemar, que arda de una vez.
Tom apretó la cintura de la castaña contra su cuerpo mientras soltaba un gran suspiro y apoyaba su frente en la de ella.— No te voy a soltar más, ya no puedo... puede que sea egoísta, pero no puedo permitir que otras manos te toquen.
Rory puso sus manos en el cuello de Tom.
— Y yo no quiero que otras manos me toques.— dijo en susurro.— Quiero que seas el único hombre en mi vida.
— Y yo quiero serlo, quiero amarte.
Tom la miró a los ojos.
— Quiero amarte hasta el día de mi muerte.
[...]
Un gruñido se escapó del rubio al sentir que Rory intentaba levantarse de la cama.— Quédate aquí, Drag.— gruñó aferrándose al cuerpo de Rory para que no se levante.— Cinco minutos más.— suplicó escondiendo el rostro en su cuello.
— Por si no lo recuerdas, aún tengo que graduarme y hoy tengo un examen importante.— informó la castaña.— Y Viper despertará en media hora e irá a llevarme el desayuno y enloquecerá al no verme.
— Ay maldicion.— musitó por lo bajo.— Promete que te veré en la academia hoy.
— No puedo, en realidad no quiero verle la cara a Pete pero tengo que hacer algo hoy — dijo mirándolo.— Pero puedo venir a visitarte.
— Es un trato, trae al gordo Luis extraño a esa bola del pelos.— susurro cerrando los ojos.
— Nos vemos en la noche.
— Drag.
— ¿Si?— se regresó logrando ver a Tom boca abajo con los ojos cerrados.