Katsuki Bakugo, el príncipe heredero del palacio de Tōketsu.
Cansado por la responsabilidad, liberaba su estrés en la inmensidad del bosque Hünaeryn. Un quiebre en su vida lo llevarán a conocer a un eremita, el cuál cambiaría las cosas y su propósi...
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—¡MAMAAAAAAAA!!—
—¿¡QUE PASÓ!?— gritó asustada la mujer peliverde mientras se levantaba a toda velocidad de su cama.
—¡Buenos días!—
El chico se posicionó tranquilo y risueño al lado de la cama de su madre, quien aún se encontraba algo alarmada por el gran sobresalto que tuvo hace un momento.
—¿Ya te vas, Izuku?— Dijo más tranquila tomando agua del pequeño vaso que estaba encima de su mesita de luz. —¿No es muy temprano?—
—Lo sé, pero nos quedamos sin cosas para el almuerzo así que tengo que ir al pueblo otra vez. Te preparé el desayuno y ya regué tus flores.— ayudó a su madre a levantarse y caminó sereno hasta el umbral de la puerta. —Nos vemos luego, ¿sí?—
—Está bien, Muchas gracias cariño... Pero ten mucho cuidado, no llames la atención de nadie, ¿sí?—
—Si mamá, ¡nos vemos!— se abrazaron e Izuku corrió hasta alejarse bastante de la casa.
Izuku caminaba relajadamente por la orilla de un gran río, cantando y observando cada animal que había a su alrededor. Era temprano por lo que el chico no estaba apurado por ir a al pueblo, incluso preferiría evitar ir, pero desgraciadamente no le era posible.
Se detuvo en seco al observar un pequeño pez anaranjado y brillante nadando libremente por la orilla del lago. Izuku se hincó rápidamente al lado y sacó su cuaderno de dibujo. —Nunca había una carpa desde tan cerca.— Dijo entusiasmado dibujando sin casi sacarle la mirada de encima al pequeño pez qué parecía casi brillar por la luz del sol que chocaba en sus escamas.
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—Nunca me ha llamado tanto la atención este bosque, pero admito que es muy bonito. ¿No lo crees, hermano?— Dijo el pelirrojo sonriente con sus brazos posados detrás de su nuca.
—Igual, aunque desde que el joven Katsuki viene a este lugar no paran de pedirnos que busquemos frutas. Por qué no sólo podemos comprarlas en las fruterías del pueblo y ya?—
—Las frutas del pueblo y las del bosque son muy diferentes, si las cambiamos se darán cuenta rápidamente, más siendo el joven Katsuki de quien hablamos.—
