—Se supone que cuando encuentras a un demonio, debes tenerle miedo, no esperar a ser føllado por él, Jungkookie —susurró alguien muy cerca de su oído.
Jungkook gimió y soltó una risa.
—Vamos, no eres real, no vas a hacerlo.
—Oh no, claro que voy a hacerlo. Y lo haré tan bien que vas a querer rogarme que me detenga cuando no puedas más con el placer.
—Sí claro —dijo Jungkook sacándose el peso de encima mientras se colocaba en cuatro y meneaba su desnudo trasero—. Vamos entonces. Hazlo duro para que no pueda olvidarte, demonio.
—Llámame Jimin.
Jungkook se rio mientras negaba.
—¿Cómo? ¿Tienes un nombre? —se burló—. Pensé que pedirías algo como "daddy", "señor demonio", "gran maestro" o cosas por el estilo —empezó a carcajear. Pero todo rastro de burla quedó ahogado cuando sintió un par de manos sostener sus nalgas y separarlas, dejando su entrada completamente vulnerable y expuesta.
—Oh cariño, ya estás tan húmedo, Tu pequeña entrada rojiza está palpitando, tan ansiosa de ser llenada por una enorme pølla. ¿Vas a soportarlo, Jungkookie?
Jungkook no respondió, solo comenzó a temblar levemente cuando algo que tiraba entre ser completamente frío y húmedo, comenzaba a masajear los bordes de su entrada.
—Esa fue mi lengua, Jungkookie. ¿Te gusta cuando lamen tu preciosa entrada, pequeño? ¿Quieres que te llene con mi lengua?
Jungkook asintió y pronto todo se redujo a sus constantes jadeos, al hipnotizante balanceo de sus caderas y los sonidos viscosos de la lengua del demonio lamiendo y føllando su agujero sin parar.
Al poco tiempo, Jungkook comenzó a restregarse en la cara del demonio, rogándole para que parara y comenzara a tomarlo. El demonio rio ante su desesperación.
—Insisto en que deberías tener miedo, no esperar a que te tome—. Jungkook lo envió a la mierda y quiso voltear a verlo, pero este no se lo permitió—. No, bonito, primero voy a hacerte completamente mío —le dijo con firmeza antes de empujarlo hacia abajo, para que Jungkook permaneciera así, inclinado, con la cabeza pegada a la almohada y su trasero elevado—. Eres tan precioso —susurró.
Jungkook intentó hablar, pero lo único que salió fue un gemido cuando sintió lo que parecían ser los dedos del demonio adentrarse a su intimidad. Se sentía increíble. Él siempre había disfrutado tanto de como los dedos, los vibradores o las miembros se deslizaban en su agujero.
La fricción, lo lleno que se sentía y el sucio sonido de todo ingresando y saliendo de su viscosa y húmeda entrada, lo estaban volviendo loco de sobremanera.
—Vamos, hazlo de una vez, métela, la necesito tanto —rogó Jungkook meciéndose contra los ya 4 dedos que invadían su interior.
—Tan desesperado y mandón —susurró Jimin con una sonrisa y deslizó sus dedos fuera.
La verdad estaba más que sorprendido de Jungkook. Había comenzado a averiguar sobre él desde el momento en que el sacerdote del pueblo lo había llamado. No había entendido por qué el señor llamaba a un policía, pero estaba agradecido por ello. Aunque también un poco intrigado de cómo era posible que un joven como Jungkook no estuviera asustado en absoluto de que él fuera un demonio.
Al principio, lo había puesto a prueba, usando sus oscuros deseos para hacerle saber que era real y que así se asustara, pero había obtenido una respuesta completamente diferente a la que esperaba.
Jungkook estaba realmente deseoso de que lo tomara y él simplemente no podía negarse. No estaba prohibido enlazarse con humanos, pero no era algo común. Es más, nunca, a pesar de ser un descendiente de Asmodeo, lo había hecho con un humano, mucho menos uno tan hermoso como Jungkook.
Siendo completamente sincero, tampoco había visto uno tan precioso.
Jungkook poseía una belleza de otro mundo. Era alto, musculoso, tenía uno que otro tatuaje, y a pesar de verse como un hombre capaz de derribar a una multitud con su fuerza, también parecía ser bastante adorable, o por lo menos eso había logrado observar en los últimos días.
Su apariencia era más cercana a la belleza que poseían los propios demonios. Su piel era blanca, suave y perfecta. Su cabello era negro y completamente sedoso, y joder, sus ojos, Jimin nunca habia visto nada parecido.
—¿Vas a hacerlo o no? —la voz de Jungkook lo sacó de sus pensamientos y se rio.
—Tranquilo, pequeño demonio desesperado —dijo mientras volvía a separar las nalgas de Jungkook para hacerse espacio y acercar la punta de su miembro.
Ni hablar de lo caliente que era el humano. Él nunca había estado con alguien así: con alguien que fuera tan sumiso y a la vez tan exigente. Ni se había sentido tan deseoso como lo estaba ahora de llenar el ansioso y escurridizo agujero de Jungkook con su pølla, para poder correrse dentro, llenarlo con su esencia y evitar que otros demonios se le acercaran.
Sin esperar un momento más, comenzó a deslizarse dentro de Jungkook, sintiendo como sus paredes lo apresaban entre sus calientes y a la vez húmedas carnes.
—Dios —gimió Jungkook.
Jimin gruñó.
—No digas su nombre o me enojaré.
—¿Qué dices? ¿Qué repita el nombre de Dios mientras lo haces? —soltó Jungkook divertido cuando Jimin lo embistió fuertemente.
—Ganarás una mejor føllada si dices mi nombre.
—¿Jimin? —susurró Jungkook con cierto toque de timidez cuando él empezó a acariciar sus caderas.
—Eso es, cariño.
Lo que siguió de eso fue la føllada más brutal de sus vidas. Jungkook gemía sin control, sintiendo a Jimin llenarlo en todos los lugares correctos, incluso podía jurar que sentía como el enorme miembro aumentaba su tamaño y rozaba constantemente su próstątą, para después ir más allá y golpear levemente su vientre. Era un miembro colosal, maldita sea. Ni hablar de lo bien que se movía en su interior; la manera en cómo se friccionaban sus carnes por lo apretados que se encontraban; el sonido constante de su trasero al chocar con las caderas del demonio; el balanceo de su propio pęnę; y los sucios sonidos de su viscoso agujero bordeado de sęmęn. Todo ello lo estaba llevando al borde.
Por otra parte, Jimin apenas podía tomar un respiro; la manera en cómo Jungkook lo apretaba, casi como si su entrada estuviera succionando su miembro; la forma en que este se deshacía en gemidos y gritaba su nombre cada que golpeaba su próstątą, o la manera en cómo se restregaba cada que sentía la más mínima pérdida de contacto; lo estaba volviendo loco. Eso ni siquiera era en lo absoluto normal. Iba más allá de cualquier fantasía demoníaca.
Muy pronto, cuando ambos no pudieron más, en medio de un montón de jadeos, Jungkook lanzó un gemido y empezó a correrse, apretando de paso la enorme pøllą de Jimin y haciendo que este gruñera y comenzara a derramarse dentro de él.
—Joder —soltó Jungkook al borde, sintiendo sus pulmones arder de tanto jadear, y su cuerpo elevarse de placer al sentirse completamente satisfecho. Sin tener oportunidad de decir algo más, pudo sentir como Jimin empezaba a salir de su interior. Sonrió débilmente y se quedó completamente dormido.
hola dios, soy yo de nuevo c:
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Tw15ted | Jikook 지국 © 2022
Fanfiction[ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ ᵛᵉʳˢⁱᵒⁿ] Cuando Jungkook, el jefe de policía, es enviado al Distrito de Minamitsuru para atender a una histérica mujer que dice escuchar gritos en una casa abandonada, espera muchas cosas, menos revivir sus más grandes, antiguos y retorcidos...