Omegle - Taekook AU

Capítulo Especial: Omegle-Taekook Au

📍In nomine patris et filii spiritus sancti

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Taehyung se dirigió hasta donde la señora Jeon le indicó, en busca del chiquillo.
Al encontrar la puerta dada con una foto pegada de quién sabe quién era ese hombre, tocó dos veces.

En el preciso momento que ésta abrió, su mejilla ardió de la manotada que recibió.

Taehyung llevó su mano hasta el moflete rojizo, sobándola por sí solo, alzando la vista hacia el causante de tan leve dolor.

—Que pena me hiciste pasar allá abajo -pronunció el menor, con un hilo de furia —¿Por qué decir eso frente a mis papás?

El castaño arqueó ligeramente sus cejas ¿pena? Auch, eso dolió un poco.

El corazón de Jeon palpitó más rápido cuando el hombre de saco y corbata que tenía al frente le vió con ojos de depredador.
Corazón que dejó de latir en el segundo que el mayor ingresó a la habitación.

Jungkook retrocedió tres pasos, pero en cuestión de segundos tenía a Taehyung casi encima de él.

-Es la verdad ¿Y qué? -demandó con grave voz.

En lo que llevan de días conociéndose, jamás había notado ese estado de tenencia sobre el hombre. Algo que a Jeon le empezaba a agradar.

Se sintió tan pequeño, débil e inocente.

Mientras que al frente, tenía al tipo más apuesto que haya visto, pero precisamente aparentaba ser más superior y dominante que en su versión de perro loco, como sus amigos lo llamaban.

Y eso le empezaba a gustar.

-¿Sábes? -cambió el tema, debido a la tensión- La ventaja de haber escuchado a mis ídolos, es el resultado que se obtiene cuando ponemos en práctica cada verso de sus canciones.

El castaño, que quizá ahora aparentaba un cambio de look de cabellera negra profunda, bajó un poco la cabeza para observar mejor el rostro de Jungkook:

Precioso; a pesar que la luz amarillenta de la pequeña lámpara hacía compañía.
Bello; ante esos pequeños labios rosados semi abiertos en los que pensaba cada que se tocaba.
Lindo; observar como esos ojos de bambi viajan hasta su boca e imaginan mil cosas con ellos.

-¿Por qué eres tan bonito, cielo? -preguntó con delicadeza al inclinar la cabeza hacia su costado- ¿Por qué tan bonito y mío, bebé?

Todas las palabras bonitas que se podían describir estaban presentes en cada parte del muchacho.

Se imaginó todo lo que podía hacer esa noche. Todo lo que le podía hacer sentir, quizá la noche tendría que durar más horas para cumplir cada uno de sus deseos.
Las mil cosas que puede hacer con él.

Ya no quería imaginar más.

El castaño metió una mano bajo la camiseta informal que llevaba Jeon, tocando el abdomen definido que aquella noche probó por primera vez y se sentía tan bien gracias al shot que escurría hasta su boca.

Delineó unos cuántos cuadros marcados y la sacó, llevándola hasta los tatuajes que resaltaban en su brazo.

-Cuando los ví aquella vez que nos estábamos masturbando en línea -comentó- No dormí esa noche pensando en cómo se verían rodeando mi cintura mientras posiblemente estaría dándote la mejor de las cogidas.