Está historia se centra sobre Fausto un Shapeshifte que viene de otra dimensión con ayuda de su reloj y desgraciadamente termina en una Cyberdimensión haciendole imposible escapar de esa dimensión, por lo cual a su mala suerte se encuentra en una gu...
Fausto se despertaría en medio de un basurero estando arriba de varias bolsas negras de basura y miraba a su alrededor mientras intentaba recordar lo que había pasado.
Fausto: mmm... Ahg... ¿Dónde estoy? ¿Será el cielo? ¿Y porque huele tan mal?
En lo que salía Fausto del basurero decidió cambiar de forma siendo su forma femenina, miraba el lugar siendo muy futurista a excepción de que no había automóviles, solamente gente transportandose por medio de unos tubos transparentes.
Fausto: Vaya... Hasta este lugar yo quisiera quedarme, aunque debo abandonar este lugar...
Volvió a pulsar el botón negro y al hacerlo el reloj digital empezó a emitir una voz la cuál le advertía que si viajaba a la otra Cyberdimension sería más peligroso.
Fausto se había quedado confundida por la advertencia del reloj, intentaba averiguar si estaba descompuesto aquel artefacto.
Fausto: ¿Cyberdimension? Este estúpido reloj me mandó a otra dimensión aleatoriamente.... No puede ser... Todo esto me pasa por no leer el manual, creo que será mejor moverme y ver cómo es el lugar en esta Cyberdimension... ¡Y también dejare de hablar sola!
Se quedaría callada comenzando a explorar varios lugares mientras miraba algunos locales de comida, ropa y para dormir en un hotel.
Llevaría 3 hrs caminando y le empezaría a dar hambre, dándose cuenta que el dinero que ella tenía no servía en esa Cyberdimension, por lo que solamente tendría 2 opciones: robar o pedir limosna.
Sería tan predecible la decisión de Fausto, elegiría robar a estar sentado por más tiempo esperando dinero. Por lo cual ya había fijado su objetivo siendo una chica que estaba caminando por la misma calle en la cuál se encontraba Fausto.
Aquella Chica se miraba físicamente como alguien de 15 años, teniendo su cabello corto y de color verde, el color de sus ojos eran rojos y notoriamente tenía ojeras, en sus manos sostendría un oso de peluche.
La pobre niña no sabía que iba a hacer asaltada, Fausto solamente tenía una sonrisa sabiendo que sería fácil robarle a una niña aunque sea algo de dinero por lo cual empezaba a cruzar la calle.
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Fausto: Dame todas tus cosas o me veré obligada a lastimarte
Diría eso mientras ponía una navaja de hielo cercas del cuello de aquella niña.
Pasaron 3 segundos y Fausto se empezaba asustar un poco porque la niña no se movía y mucho menos hacía ruido pensando en que la había matado del susto.
Fausto: Dame todo lo que tengas de valor o te mataré, no estoy de bromas
Al terminar esas palabras la niña con una gran velocidad y fuerza agarro a Fausto de la mano derecha donde tenía su navaja y con mucha facilidad pudo levantar a Fausto para después tirarlo al suelo haciendo un pequeño cráter en el suelo.
