Model Husband // kookv

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La búsqueda de un esposo perfecto

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— Debes casarte, es impropio que estés soltero a tus treinta años y estes dirigiendo una revista que el mundo lee mensualmente como si fuera la mismísima biblia...— mascullo su madre con aquel tono que tanto le disgustaba escuchar —... los dirigentes y asociados quieren ver al gran y hermoso Jeon Jungkook casado y estable... daría una imagen muchísimo más sobria de la que ya tienes y serías un símbolo de estabilidad luego de pasar tus veintes en escándalos necesarios para mantenerte relevante...— acercó la copa de su vino a sus labios perfectamente delineados y pintados—... te doy de aquí a mitad de año para verte junto con alguien sino...— dio un sorbo al amargo y dulce líquido antes de dedicarle una de esas miradas frías a su único hijo—... despídete de tu cargo como director de R&G, Jungkook — advirtió, de forma tan filosa y venenosa, como la maldita serpiente que era.

Kim Namjoon, el editor en jefe de la revista, lo miró sobre sus gafas donde Jeon terminó encontrándose con sus ojos de dragón, los cuáles estaban llenos de sorpresa y miedo después de escuchar el relato de su jefe, quien se encontraba bebiendo whisky como condenado sobre su escritorio, una escena que solo se daba cuando Jungkook estaba muy molesto y apunto de acabar con el mundo, si se lo proponía en serio.

Bueno, era de esperarse. La señora Jeon era una mujer de armas a tomar, no por nada su creación máxima y monstruosa, era esta bestia de la perfección que tenía frente a sí.

Aquella mujer extremémosle poderosa en el mundo, aun creía que mantenía el control total sobre su único hijo, no siendo consciente de que gracias a él aun esta en la posición en la que se encuentra hoy en día y ya no es más la mandamás de la familia, pero al parecer, seguía asumida en su idea de arreglar la vida de su progenitor lo suficientemente bien para que esta fuera "perfecta", y no un absoluto desastre escandaloso como fue la de ella junto a su ex esposo y padre de Jeon Jungkook.

Namjoon se quitó sus gafas para restregarse sus ojos con los dedos mientras soltaba una risita amarga entre sus labios.

Realmente, él apostaría todo su patrimonio a que Jungkook se hubiera quedado soltero toda la vida, y era netamente porque es un ser despreciable que merece estar solo por aquel carácter del demonio que se carga, y todos, hasta él, sabían que no había ser humano capaz en la tierra que pudiera soportarlo y amarlo con todos sus (grandes) defectos.

— Estas jodido— murmuró el mayor, volviendo sus ojos hacia el hombre—... se que no serás capaz de tener citas para conocer alguien porque no tienes tiempo y se también que absolutamente nadie te gusta... más que tu mismo— lo último lo susurró, pero Jeon Jungkook lo escuchó claramente, pero no lo negó, porque era así.

El pelinegro suspiró mientras se rascaba el costado de su cuello, queriendo deshacerse de esa estupida camisa que lo estaba asfixiando en estos precisos momentos.

— Se que soy una mierda, Namjoon... no tienes que recordármelo siempre— murmuró suavemente — Pero no te negaré la razón que tienes porque es verdad...— se encogió de hombros y se enderezó en su silla —... por eso... lo mejor sería realizar un matrimonio por contrato...— anuncio su plan a uno de sus mejores amigos, quien quedo aún más estupefacto al escuchar semejante mierda salir de la boca de su amigo—... escogeré a algún modelo que se me haga lo suficientemente lindo como para ser digno de ser mi pareja y lo haré firmar un contrato donde se estipulara que estaremos casados durante toda la vida... pero que no espere absolutamente nada de amor y cariño por mi parte... porque no se lo daré.

Kim lo miraba como si estuviera hablando chino en estos momentos.

Lo miró de arriba hacia bajo, buscando algún indicio de que Jeon estuviera bien y consciente sobre la estupidez que acababa de decir, pero se decepcionó en demasía al notar que su amigo estaba bastante seguro de sus palabras y que no se arrepentiría de absolutamente nada de lo que estaba diciendo en este mismo momento.