Parte 7 🪐

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2 años después

El omega se movía de un lado a otro jugando nervioso con sus manos, a veces mordía sus uñas o revolvía su cabello, todo por tratar de calmarse. Dios, no lo podía creer, quería pensar que los mareos y las náuseas se trataban de otra cosa y no de un pequeño cachorro comenzando a crecer en su vientre.

Pero habían tres pruebas de embarazo sobre su cama que no podía dejar de mirar, todas con dos rayitas marcadas dando como resultado positivo.

Soltó un largo suspiro y caminó hasta la cama tomando su teléfono entre sus manos marcando el número a quien tenía que darle esa noticia antes que a todos.

Quizás había estado asustado, con mucho miedo pero ahora pensándolo mejor...¡Un cachorro! ¡Estaba embarazado! Debía compartir esa noticia.

Trataba de manejar lo más rápido pero a la vez cuidadoso que podía con dirección a su casa, sin poder esperar a llegar a ese lugar y tomar entre sus brazos a su omega y darle muchos besos en su delicado rostro

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Trataba de manejar lo más rápido pero a la vez cuidadoso que podía con dirección a su casa, sin poder esperar a llegar a ese lugar y tomar entre sus brazos a su omega y darle muchos besos en su delicado rostro. Sus manos temblaban de la emoción acumulada en su cuerpo y no podía borrar la sonrisa que demostraba toda la felicidad que le había dado la noticia.

Un cachorro. Un hijo, su primer pequeño comenzando a crecer en el vientre de su omega, aún no sabía desde hace cuánto pero apenas recibió la noticia corrió fuera de la oficina y subió a su auto para ir con su pequeño.

Apenas logró parquearse afuera de su casa, prácticamente corrió hasta la puerta abriendo con sus llaves, lo cual le llevó mucho tiempo porque sus manos no dejaban de temblar.

Cuando logró olfatear el aroma a moras mezclado con un poco de canela haciéndolo suspirar, caminó hasta la cocina donde el aroma se  hizo más fuerte, y allí lo encontró, a su hermoso chico rubio de espaldas quien al darse cuenta de su presencia volteó mostrando su rostro sonrojado con sus ojos cristalizados.

– Heeseung...

Pero no pudo seguir ya que su pareja lo había tomado entre sus brazos juntando sus labios en un beso ansioso.

Jay había sentido desde hace unas horas gracias a su lado toda la felicidad que en esos momentos estaba sintiendo Heeseung, así que lo único que hizo fue pasar sus brazos por el cuello del mayor siguiendo el beso de una manera íntima, sintiendo toda la felicidad y sobre todo amor reflejado en ese simple beso.

– ¿Sabes que cada vez me haces más feliz, Jay? Te amo, cariño, te amo casa vez más.

Y el sonrió en grande al escuchar esas palabras y ver la gran sonrisa de Heeseung enseñando sus rosadas encías que lo hacían ver tan tierno.

Unos segundos después el tono del celular de Heeseung sonó haciendo que su alfa se separara de él para contestar.

– ¿Aló? ¿Qué pasó, papá? –. Vió como Heeseung tenía una expresión llena de confusión para después sonreír. – Me parece bien, porque Jay y yo tenemos una noticia que darles...está bien, nos vemos mañana...adiós papá, te quiero

Pero...¡Soy un alfa! ˢʰᵒʷʰᵒ/ʰᵉᵉʲᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora