Capítulo 9. No hagas eso

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Lin Ji se quedó congelado durante dos minutos después de recibir el mensaje de Jiang Che, y aunque su cara estaba sonrojada y su corazón latía con fuerza, no sabía cómo responderle.

Con el paso del tiempo, la somnolencia de Lin Ji casi había desaparecido y aunque miraba su teléfono con los ojos bien abiertos, Jiang Che no envió ningún otro mensaje de texto. Lin Ji pensó que Jiang Che se había quedado dormido y estaba indeciso sobre si debía responderlo o no, porque en realidad no sabía si le gustaba Jiang Che. De hecho, aún no le había gustado nadie, así que no sabía qué debía sentir en ese momento.

'¿Me gusta?... ¿Puedo considerar estos sentimientos como "gustar"?'

'Si le pregunto directamente, ¿se enfadara?'

Después de tanto pensar, Lin Ji finalmente decidió enviarle un mensaje de texto para darle las buenas noches, y de esa forma también evitar sutilmente la pregunta de si le gustaba o no.

'Bueno... Mientras pueda ser responsable de mis acciones, eso es suficiente.'

Eso fue lo que pensó Lin Ji, ya que siempre fue hábil para evitar sus propios sentimientos.

Cuando tecleó las palabras "Buenas noches" y estaba a punto de enviar el mensaje de texto, su teléfono vibró en su mano y las palabras "Jiang Che" aparecieron en la pantalla con un pequeño icono sobre ellas, así que los ojos de Lin Ji se abrieron de par en par y con pánico, atendió la llamada.

[—¿Estabas durmiendo?] —Jiang Che miró fijamente el techo de su habitación en penumbras, bajo deliberadamente su tono de voz y después de no hablar durante mucho tiempo, su voz sonaba susurrante y tenía el magnetismo característico de un hombre adulto: [—¿He perturbado tu descanso? ¿Amiguito~?]

Lin Ji estaba tan cautivado al escuchar el sonido de su voz que tardó mucho tiempo en captar las palabras deliberadamente provocadoras de Jiang Che y cuando abrió la boca, estaba tan excitado que se le quebró la voz: [—Ah... Yo.... Yo no.... Yo no he podido dormir....]

[—... ] Aunque no podía dormir, Jiang Che todavía se sentía ciego en la oscuridad y en ese momento, cuando escuchó la voz de Lin Ji, no pudo evitar reírse: [Pff... Jajaja... Bueno....]

[—... ]

Como Jiang Jihai seguía en la habitación de al lado, Jiang Che no se atrevía a reír con mucha libertad, así que solamente pudo morderse la mano y meterse bajo las sábanas para soltar una carcajada: [—Jajaja, ¿Por qué tartamudeas? ¿Acaso soy tan espantoso?]

[—Lo... Lo siento.] Lin Ji se sonrojó y se cubrió la garganta, porque después de hacer el ridículo delante de Jiang Che, él incluso quería estrangularse a sí mismo.

[—¿Por qué te disculpas? No quería molestarte, pero realmente eres adorable~]

[Hmm... Bueno...] Lin Ji no era bueno comunicándose con otras personas, y mucho menos para hablar con Jiang Che. Aunque llevaba mucho tiempo intentando encontrar algo de lo que hablar, no sabía qué decirle a la otra persona y su corazón no dejaba de latir como loco.

[—Entonces... Con respecto a esa pregunta de hace un momento, ¿yo te gusto?]

Con la guardia baja, el corazón de Lin Ji se volvió presa del pánico y antes de que pudiera recuperar la compostura, Jiang Che lo había agitado de nuevo. Sin embargo, para los oídos de Lin Ji, las palabras de Jiang Che eran como la pregunta de si quería abrazarlo con su cuerpo desnudo.

[—Yo... no lo sé.] Lin Ji sostuvo el teléfono en una misma posición hasta que su mano se puso rígida y no se atrevió a moverla: [—Tú... No hagas eso... N-No me estés coqueteando así....]

[—¿Eh?] Jiang Che se apresuró a colgar el teléfono después de escuchar esas palabras, luego se quedó aturdido durante tres segundos y soltó una gran carcajada: —¡Jajaja! Jajajaja.... Maldición, ¡como puede haber criaturas tan adorables en el mundo!

En ese momento, Jiang Che se rió tanto que le dolió el estómago y las lágrimas humedecieron las comisuras de sus ojos. Cinco minutos después, Lin Ji envió otro mensaje de texto que Jiang Che ya no se atrevía a leer, pero al final no pudo resistirse a echarle un vistazo.

["No estés triste, y no le hagas esa pregunta a nadie más."]

Durante un período de tiempo, Jiang Che casi se había olvidado de que ahora era hombre desconsolado por una ruptura amorosa, ¿acaso se había reído demasiado?

'Bueno, no importa, fue muy divertido.'

La tranquila noche se prolongó y una suave melodía rítmica fluyó hacia el corazón de Jiang Che.

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-Al día siguiente-

—Jefe, ¿todavía va a ir al banquete de la familia Jing está noche?

Una voz masculina resonó en los oídos de Jiang Che, mientras que él seguía enfocado en su teléfono y tenía una sonrisa malvada en el rostro: —¿Por qué me llamas "jefe"? Llámame "hermano"~

—Jefe. Dijo el secretario Wang, con una sonrisa malhumorada que parecía haberse convertido en habitual: —No soy su pequeño amante.

Sólo entonces Jiang Che volvió en sí, ya que anoche se había burlado de la pequeña belleza y aún lo recordaba.

Ohhh... Xiao Wang eres tú. Jiang Che agitó la mano y se echó hacia atrás para colocar sus largas piernas sobre el escritorio: —Habla.

El secretario Wang no tuvo más remedio que repetir de nuevo lo que ya había dicho: —¿Todavía va a ir al banquete de la familia Jing esta noche?

—La familia Jing. —Jiang Che murmuró y con sus dedos dió unos cuantos golpecitos sobre el escritorio: —¿La familia Jing no era presidida por el Sr. Jing? No creo que vaya a haber gente hermosa en esa reunión, así que no voy a ir, tengo una cita esta noche~

—¿Otra cita? ¡Pero la familia Jing es muy prestigiosa! Si pierde esta oportunidad, no sabría decirle cuándo será la próxima vez que podrán reunirse. —El secretario Wang parpadeó, luego se aclaró la garganta y dijo: —Jefe, la señorita de la familia Jing ha vuelto de Holanda y he oído que ella es tan hermosa que *muack* *muack*.... ¡Simplemente increíble! ¡Ahhh~!

—¿En serio? ¿Tan hermosa que *muack* *muack*? Dijo Jiang Che, mientras elevaba una de sus cejas: —Entonces, ella puede esperar un poco... Tengo una cita con otra persona, y no me estás pidiendo que la cancele, ¿verdad?

—... El secretario Wang sonrió dos veces en su mente y se sacudió el sudor de la cara: —Entonces saldré y arreglaré este asunto por usted.

—Pequeña belleza. Jiang Che se recostó en su silla y cerrando los ojos, susurró: —Aquí viene el hermano~

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