Descubrimientos oscuros

Capítulo 20

El resto del fin de semana transcurrió en una relativa calma mientras Harry se concentraba en su entrenamiento. Sabía que mucha gente lo habría llamado loco -lo cual estaba lejos de ser nuevo- por pasar su tiempo entrenando en lugar de disfrutar de un entretenimiento de alta calidad disponible, pero también sabía que a medida que se acercaba el final del año, las cosas de alguna manera iban a estallar en un desastre total, y esta vez, Por una vez, quería estar listo para ello.

Era tarde el domingo por la noche cuando salió de la Sala de Requisitos, exhausto, pero satisfecho con su progreso. La aplicación de combate de la transfiguración estaba llegando muy bien, y le estaba resultando más fácil lanzar hechizos no verbales en combate. Hoy, por primera vez, logró enviar una cadena de combinación de ocho hechizos sin interrupción, más rápido de lo que le tomó a un estudiante promedio lanzar un hechizo.

Pero todo ese entrenamiento pasó factura. Estaba demasiado agotado para seguir entrenando, más mental que físicamente, ya que no estaba acostumbrado a la tensión de manejar tantos hechizos juntos. Aún así, prefería hacer alguna actividad relajante en lugar de dormir. La única pregunta, ¿qué? O más exactamente, ¿quién?

Un turno más tarde, estaba en un rincón oculto en el pasillo, lo que le permitió sacar el mapa del Merodeador. Un examen rápido le mostró que Susan estaba en su habitación, al igual que Daphne. Era difícil explicarle a Susan cómo y por qué estaba en su habitación, pero es cierto que esto último era prometedor. Harry se preguntó cómo reaccionaría Daphne cuando demostrara que podía colarse fácilmente en su habitación, mostrando que incluso las cacareadas paredes de Slytherin eran ineficaces contra él.

Pero una mejor oportunidad llamó su atención. Hermione estaba en la biblioteca, esta vez ocupando una mesa en el medio, que no era su hábito habitual. Chica inteligente, pensó Harry con una sonrisa. Hermione estaba haciendo todo lo posible para evitarlo, todavía sorprendida por su propia reacción a su último tiempo a solas. No era tan buena como pensaba, por supuesto. Con sus habilidades mágicas mejoradas, el Mapa de los Merodeadores y su capa, acorralarla sola sería trivial, sin mencionar que todavía tenía acceso a su habitación.

Pero, a pesar de sus ventajas, la dejó tener éxito en su tarea. Era más divertido dejarla guisar en su propia confusión y aprensión, sabiendo que su creciente excitación haría las cosas menos claras para ella. Pero después de unos días de dejarla sola, una vez más era el momento de revolver la olla.

Podía entender por qué quedarse en medio de la biblioteca parecía una buena solución para Hermione, pensó mientras examinaba la situación bajo su capa de invisibilidad. Era domingo por la noche, y el lugar estaba lleno de estudiantes de las cuatro casas, lo que probablemente le hizo pensar que incluso si de alguna manera la encontraba allí, no había nada que pudiera hacer.

No es un mal plan, considerando que todavía estaba pensando que todo lo que sucedió fue una escalada accidental después de un par de malas decisiones. Ella no tenía idea de su compromiso con la situación, o sus capacidades ampliadas. Decidió poner este último en uso, caminando por la biblioteca mientras estaba bajo su capa de invisibilidad, lanzando hechizos de compulsión sobre la gente, principalmente para hacerlos salir de la biblioteca.

Los encantos de compulsión eran débiles para evitar la detección, apenas por encima de un tirón, pero afortunadamente, no se necesitó mucho para convencer a un grupo de estudiantes de hacer algo más que su tarea. Se aseguró de hacer que algunos de ellos se quedaran en la biblioteca, haciendo que se concentraran en su trabajo.

Sin embargo, hubo una excepción importante a la regla. Gregorio Goyle. Harry decidió que Umbridge merecía una distracción propia, por lo que se aseguró de implementar un profundo odio hacia Umbridge en la mente de Goyle, lo suficiente como para estar dispuesto a atacarla si la situación lo permite. No esperaba que sucediera demasiado, pero cualquier cosa que la distrajera de atacarlo sería útil, sin importar cuán fugaz fuera.