Cabello rubio. 1/2

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Quizás no era coincidencia.

Esa cabellera rubia en forma de picos sobresalía ligeramente por encima del respaldo del sofá. Ese cabello tan conocido para él.

Inevitablemente su cuerpo se detuvo en seco. Lo más probable es que Kacchan estaba dormido, pues no se había movido a causa de su presencia.

Miró hacia los lados, nadie estaba cerca.

Un paso más al frente, minimizando la distancia entre Kacchan y él.

Lo meditó un poco, estaba dormido, ¿verdad?

Entonces si lo hacía lo más probable es que ni siquiera lo notaría.

La idea de Kacchan enfurecido dirigiendo explosiones a él lo hizo estremecer. Aún así, era una oportunidad casi única.

Ya estaba decidido.

Su brazo, dudoso, se estiró en su dirección.

Hasta que aterrizo entre esa melena de apariencia salvaje pero, suave.

El sonrojo en sus mejillas y una pequeña sonrisita se le escapó.

Era una sensación agradable, cómoda. Tan familiar.

Solo fue un recuerdo.

Uno tan bonito y preciado para él.

Esa época en la que eran niños, y nada en su relación era problemático. El quirk de Kacchan aún no había surgido.

Ni él sabe cómo su memoria es capaz de ser tan buena cuando es relacionado a su mejor amigo de la infancia.

Recuerda dormir junto a él. Abrazados, no por frío ni por miedo. Porque era lo que ambos querían.

Recuerda que por postura e inercia, su nariz acababa enterrada entre esas hebras de cabello rubio. Olfateando su aroma a shampoo y a caramelo quemado.

Dormía tan cómodamente.

Quizás fue por el recuerdo tan nostálgico.

Y el deseo de recrearlo.

Antes de poder pensarlo, ya se había inclinado a él.

Tan despacio como pudo, su rostro se posó sobre su cabeza. Hundiéndose en el rubio, sintiendo la sensación de cosquillas en su nariz. Inhaló.

Olor a shampoo y caramelo.

Idéntico, aunque la diferencia de años era abrumante.

Se retiró tras eso, nervioso y avergonzado por su egoísta comportamiento.

Aprovecharse de Kacchan entre sueños para cumplir su anhelo tan tonto.

Lo que él no sabía

es que Kacchan

en ningún momento había estado dormido.

Se había despertado ni bien la cercanía había aumentado.

Kacchan recordó el mismo momento.

Porque Kacchan también tiene buena memoria.

Se dejó ser.

Tampoco entendía el por qué.

Lo único que él entendía

era la sensación de cariño que lo había invadido.

Así se sentía cuando era niño.

Lo que sentí por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora