Una larga noche

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El cielo parecía una bonita capa oscura, un hermoso manto que reflejaba pureza y bondad, como si el creador quisiera abrazar su bella obra de arte pero con delicadeza, sin querer dañar ni un mínimo detalle. El aire era frío pero no seco, no olía a nada, las personas parecían tranquilas a simple vista, cada uno con sus propios asuntos viviendo su propia vida, las luces artificiales facilitaban la vista de la cuidad, la celebración de año nuevo estaba en su punto, los fuegos artificiales aparecieron de repente en el cielo, perturbado la paz del paisaje nocturno pero al mismo tiempo resaltando su belleza. En el momento en que los colores de los juegos pirotécnicos se hicieron presente junto con sus fuertes sonidos fué cuando ella pudo recordar que día era ese.

Un sentimiento de nostalgia la invadió mientras observaba los fuegos artificiales, en un día como ese ella debía estar con su familia celebrando juntos, pero solo estaba ahí en una calle rodeada de extraños, viendo cómo todos estaban celebrando a su manera pero en definitiva con caras felices. Se levanta del suelo para continuar su camino sin rumbo, ni siquiera sabía dónde estaba, no tenía a nadie a quien acudir, no tenía nada para comunicarse, estaba sola y desprotegida.

¿Debería darme por vencida y regresar a casa? ¿Pero como lo haría? ¿Cómo reaccionaría mi familia después de lo que hice? ¿Cómo veo a mis padres a la cara otra vez? Seguro están molestos conmigo, seguro no me quieren volver a ver.

Los pensamientos negativos inundan su mente al pensar en volver a casa y aunque tuviera la voluntad de hacerlo no sabía cómo, ya estaba muy lejos.

Tenía hambre y estaba muy cansada, la herida en su hombro dolía mucho, por suerte ya no botaba sangre pero si ardía, su ropa estaba un poco sucia y ella ya empezaba a oler mal. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Tal vez semanas. Desde que salió de su casa su vida se puso de cabeza, hace un día se escapó de un hospital al que entró por un accidente automovilístico, pero sus "compañeros" no, aún no entendía como había sido la única en sobrevivir al accidente, la herida en su hombro fué lo único que le pasó. Tal vez se me dió una segunda oportunidad, tal vez solo tengo que ir a casa, tal vez solo tengo que arreglar las cosas pero eso no garantiza que todo sea mejor.

—Señorita. —Una voz masculina la llamó, ella sintió pánico pues ya llevaba un trauma por todo lo malo que había pasado desde que abandonó su hogar, ahora comenzaba a entender lo salvaje que podía ser el mundo pero al girar su cabeza ve a un señor obeso y de traje, se notaba preocupado pero mantenía la distancia por respeto a la joven. —¿Se encuentra bien? Está... —Busco las palabras con incomodidad, apartó la vista hacia el suelo. —Esta sangrando. —Finaliza con cierta vergüenza, notar ese tipo de "accidentes femeninos" no era de su agrado.

—¿Sangrando? —Habla muy seria pero sus ojos se abren de más al darse cuenta de que su entrepierna estaba mojada y no necesitó ver por qué, había llegado su periodo y la sangre se hacía notar en su pantalón de jean. Su rostro estaba rojo de la vergüenza ¿Cuánta gente más había visto? Quería vomitar de los nervios mientras miraba a los lados y tiraba de su blusa blanca hacía abajo como si esta fuera muy larga o pudiera cubrirla, sin embargo el señor obeso se quitó su saco para entregarselo con la intención de que de alguna forma se cubriera, no le importaba perderlo. Ella no dudó en tomarlo y lo amarró a en su cintura.

—Disculpe mi pregunta pero ¿Que hace una joven como usted... En estás condiciones? —Hace un ademán con ambas manos señalandola sin verse irrespetuoso. La pregunta podía ofender a cualquiera pero a ella no, no era descabellado pensarlo. Todas las personas del lugar iban acompañadas por amigos o familiares y con buena ropa conforma a la ocasión, pero ella estaba sola y su aspecto se veía descuidado aunque no al nivel de un indigente, y en su rostro se notaba la tristeza pura.

¿Que debería decir? ¿Que me escape de casa con un grupo de personas rebeldes que murieron en un accidente automovilístico y ahora estoy sola y desamparada?

InsaciablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora