- Pero Corderito... ¡Qué boquita tan linda tienes!
- Es para chupártela mejor, Lobito.
✿; Todos los créditos de la historia a @Pandita_1313
❝꽃❞ - 𝐂𝐎𝐍𝐂𝐋𝐔𝐈𝐃𝐀
╭──────••❀••───────𖤲🌻·ૈ ུ۪۪⸙
- ̗̀๑ Segunda parte...
Despertó, en medio de la oscuridad infinita, su corazón latiendo sin control y su espalda sudando frío. Todo había sido un sueño.
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Al día siguiente, apenas asomó el Alba, JungKook ya se encontraba preparado para emprender el camino final hasta la casa de su abuelo YoonGi. Apagó las cenizas restantes de la fogata y dejó que el humo ascendiera y se mezclara con el viento.
El sol se asomaba al horizonte dándole la bienvenida al día que estaba por transcurrir. Por suerte, aparentaba ser un día cálido sin oscuridad diurna, pero el tiempo era impredecible, nunca se sabía que irregularidades se podían presentar. Al mismo tiempo, nunca se estaba libre de tinieblas del todo, pues la amenaza más temible era la que se cernía sobre su pueblo que era azotado por los lobos con sus garras y dientes despiadados.
Y volvió su pesadilla. La noche anterior el lobo regresó... en sus sueños. Fue tan real que aún le daba escalofríos pensar en aquella lengua tórrida y mojada deslizarse por su pie, rodear su ombligo. Las palabras "Eres mío, corderito..." no dejaban descansar a sus pensamientos. Se propagaban, como un virus. Era casi agobiante las sensaciones que le erizaban la piel. Por el Lobo. Por JiMin.
Suspiró, necesitaba superarlo, necesitaba con urgencia y desesperación arrancarlo de su mente, de su alma, de su corazón. Le enfermaba, sentía una obsesión por él. No era para nada sano, estaba infestado de aquel animal salvaje.
Ahora los senderos eran claros y precisos frente a sus ojos. En aquella parte del bosque comenzaban a irritarle las ramas que se atravesaban constantemente en su camino, y las cuales tuvo que esquivar, acompañado de muchos obstáculos más, todo para poder llegar finalmente al lugar donde se alojaba su abuelo. En lo más recóndito de la arboleda lóbrega y enigmática.
Las ramas dejaron de tronar bajo sus pies, pues su abuelo siempre se preocupaba por mantener su patio en perfecto estado. Los frondosos pinos dominaban en el lugar, verdes e imponentes, perversamente silenciosos, como todo el ambiente que lo rodeaba. Era relajante estar allí, lejos de las penas y constantes gritos de los familiares por sus parientes asesinados. Entre las sombras tétricas del bosque lograba conseguir paz absoluta. Aquel lugar se veía aún más lindo de madrugada cuando los rayos del sol se colaban entre la espesura, es allí cuando la luz oculta cosas que el bosque aún no quiere revelar.
Sus piernas se movieron ágilmente hasta establecerse en la entrada de la mirada de su abuelo. Se sorprendió al ver el jardín con estás puntiagudas que se dibujaban en todo su esplendor, como una fortaleza. Lo curioso es que no estaban localizadas a mucha altura, con un pequeño salto, el lobo lograría adentrarse a la propiedad.
Un pequeño pájaro que ahí estaba salió volando apenas notó la presencia del pelirrojo. Éste siguió su camino y observó como desaparecía en el cielo hacia la línea del horizonte. ¿Por qué el lobo no podía desaparecer así de su vida?
—¡JungKook, cariño! —Su abuelo YoonGi le saludó energéticamente, con un grito que probablemente resonó en kilómetros a la redonda en forma de eco. Sus ensoñaciones se vieron interrumpidas de inmediato y, alzando su mirada, se encontró con la alta y delgada figura de su abuelo.