⪩ 5 𖠇 capituló𓂃

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Presente.

— Entonces, vendré a recogerte a las dos para ir a la cita. — dijo Riki. El auto estaba aparcado fuera de un edificio de tres pisos, la fachada del local era bonita, los tonos cremosos y cafés decoraban la entrada, además de plantas que le daban un toque sencillo y elegante al lugar.

— La cita. — repitió JungWon.

— Si. La tercera. — dijo el rubio emocionado. Frotó sus manos y colocó una mano gentil sobre el vientre del mayor. Una sonrisa apareció en su rostro. Estaba emocionado, emocionado por el bebé.

— ¿Wonnie, estás bien?— El mayor salió del trance que no había notado, estaba metido.
 
— Si... Solo que tuve un sueño raro anoche. — mintió a Riki y sintió culpa. No podía darle el JungWon al que estaba acostumbrado. Se veía como él, pero no era él.

— He oído de esos. Mi mamá dijo que son sueños de embarazo. — Soltó una risa y miró por la ventana del auto. — Pero ¿Estás seguro de que estás bien?

— Lo prometo. — dijo el peli morado, inclinándose para dejar un beso en la mejilla del mayor. Estaba a punto de alejarse para tomar la manija y abrir la puerta, pero entonces, Riki le tomó de la mano y lo atrajo hacia su cuerpo.

— ¿Te vas así? ¿Eso es todo lo que tengo del precioso papá de mi bebé?

JungWon abrió la boca para decir algo pero el rubio rompió la distancia y acunó su rostro para unir ambos pares de labios. El cuerpo del mayor se relajó ante el toque ajeno, como si ya estuviera familiarizado al toque del menor; y pudo sentirlo cuando sintió a su corazón martillear contra su pecho. La boca de Riki era suave y su lengua exploraba la del mayor con familiaridad. La mano que estaba acariciando una de sus mejillas bajó al mentón, después Riki mordió su labio inferior y JungWon dejó escapar un jadeo.

— Nos vemos a las dos. — susurró el rubio — Ten un buen día, Soulmate. Te amo.

— Igual yo. — JungWon se separó con una sonrisa dibujada en el rostro y salió del auto.

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Las primeras horas no fueron tan fáciles para el chico. Después de que Riki se despidiera de él y se asegurará de que entrara a la tienda, su mente se vio envuelta en un dilema. No sabía lo que debía hacer en primer lugar.

Pero por suerte, un vago recuerdo llegó a su mente, uno dónde tuvo que remplazar a su hermana en su trabajo; ella trabajaba en una cafetería. Tal vez no era lo mismo, pero si que podía sacar provecho de algo de lo que aprendió.

Limpió los lugares indicados, sacó los postres de los refrigeradores y los acomodo en sus respectivos lugares (suerte de que en los estantes tuviesen pegados los nombres de los postres que debían ir allí).

Poco después llegó una persona al lugar para llevar un pedido de galletas que ya había encargado y dejado pagadas el día anterior. JungWon solo recibió la notita y entrego el paquete al señor, suspirando de alivio al no tener que usar la caja registradora o cualquier otra cosa.

Mientras estaba sentado esperando a que alguien más llegará, el peli morado había navegado por internet en la computadora del lugar, revisando sus redes sociales y los archivos de empleados para recopilar algo de información. Suerte que sus contraseñas no habían cambiado.

Al parecer el JungWon de este mundo si había terminado sus estudios de preparatoria en América, pero en consecuencia, al mudarse a Seúl, había aplicado para la universidad del sur en vez de la del centro. En este lugar curso la carrera de gastronomía, tomando al parecer un taller de baile y música; y fue en este mismo dónde conoció a Nishimura Riki, quién era un año menor que él.

afterglow  𖠇  𝐰𝐨𝐧𝐤𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora