Creías que serían inseparables Joseph y tu después de contraer matrimonio pero te vas dando cuenta de que no es así.
El matrimonio es un trabajo en equipo y no todo es mágico, depende de ustedes de seguir y luchar por su amor eterno o dejarlo morir.
Los días pasaron volando y llegó el día tan deseado, el estreno, ya me habían avisado con anticipación que era de gala, habría demasiada gente incluyendo reporteros y fans.
Le pedí a Erika y Alejandra que me ayudaran con el maquillaje y vestido, ellas encantadas me ayudaron para sentirme como alguien famosa, alguien que estuviera a la altura de Joseph.
Mi vestido era ligero, de un color lila mostrando un hombro y con una pequeña apertura cerca del pecho.
Joseph optó por irse completamente de negro, estaba guapísimo.
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Erika: -Dándole los últimos toques a mi cabello- Deslumbrarás esta noche querida
Tu: Gracias a ustedes -regalándoles una sonrisa sincera-
No podía dejar de verme en el espejo, me sentía hermosa y con suficiente valor para esta noche.
Me despedí de las chicas y me encaminé para encontrarme con Joseph.
Justo estaba cerrando la puerta de la caravana cuando da la vuelta y me ve sonriendo en la espera de él.
Joseph sonrió timidamente y se acercó a mi, me extendió su mano para que la tomara.
Joseph: Estás bellísima -dándome un tierno beso en los labios- ¿Listos? -Acariciando mi estómago-
Tu: Estamos listos -Dándole un leve apretón en su mano-
Caminamos el pequeño tramo donde ya nos estaban esperando los diferentes choferes para llevarnos al evento.
Maya: ¡Mírate! Robaras las cámaras esta noche
Tu: -Nerviosa- No que terror -haciendo una mueca de horror-
Maya: Pues yo digo que si y más con este guapo acompañante que tienes, debo decir que se ha convertido en toda una celebridad ya
Nos interrumpieron avisando que ya era hora de subir a las camionetas. Como todo caballero Joseph me ayudó a subir y después él quedándose a un lado mío.
El camino había sido normal hasta que nos acercamos al lugar del evento, había tráfico y varias personas al ver la fila de camionetas negras trataron de llegar a nosotros pero gracias a la excelente seguridad no pudieron.
Tu: ¿Cómo te sientes?
Joseph: Algo nervioso -secándose el sudor de sus palmas en su pantalón-
Tu: Solo sé tu mismo
Se detuvo la camioneta era momento de bajarnos, esta vez no era el estacionamiento, esta vez bajaremos enfrente de todos para que nos resivan en la entrada.
Conté hasta tres en mi mente para controlar mi respiración acelerada, abrieron la puerta haciéndome dar un brinco del susto.
Las luces de las cámaras estaban sobre nosotros, casi era imposible ver, los gritos de los fans eran ensordecedor, solo vieron a Joseph bajar de la camioneta y comenzaron a gritar como si no hubiera un mañana.
