El último encuentro (messichoa)

Engaño mental

Esos segundos que Ochoa se había quedado callado le dieron indirectamente a Lionel una respuesta, una respuesta incorrecta, pero eso él no lo sabía. Guillermo en verdad le quería decir que no, que la verdad no le importaba que dijeran los demás, que no sabía porque había dicho la estupidez de antes, tal vez fue un impulso de "idiotez", tal vez fue porque en ese momento no se sentía muy bien emocionalmente, siendo sinceros, el no tenia la menor idea de porque había dicho lo de antes pero en ese instante solamente quería decirle que anhelaba estar a su lado pase lo que pase, que no le importaba nada lo que pensaran las demás personas, que si ambos estaban juntos todo estaría bien, quería decirle todo eso y más pero en ese momento no encontraba las palabras correctas para decirlo, por eso se había quedado callado

Mientras tanto Lionel estaba malinterpretando ese momento de total silencio, en el que lo único que se escuchaba eran los sonidos de las calles de Qatar en la noche, el argentino pensaba que ese silencio era una forma de decirle "si, la verdad si me importa y demasiado" y para ser honesto esa hipótesis le había dolido, le había dolido como nadie tendrá idea, antes de ese silencio el pensaba que Ochoa sentía lo mismo por el pero había demostrado lo contrario, estaba comenzando a creer que todos estos años de relación habían sido totalmente falsos, que todo lo que en algún momento pensó que su lindo ricitos sentía por el era un vil y cruel mentira, pero se estaba equivocando, tal vez eran los nervios los que lo hacían pensar así, tal vez la simple idea de que la persona que amaba no sentía lo hacía ponerse demasiado paranoico, pero en ese momento lo que pensaba era lo único que el creía que estaba correcto

— Entiendo —dijo el argentino con un tono algo notorio de tristeza y decepción en su voz, comenzó a respirar hondo para lograr hablar sin que su voz se quebrara— perdóname —tomo una pequeña pausa para respirar, realmente le estaba costando mucho trabajo hablar sin que su voz se escuchara rota— perdóname por haber estado interrumpiendo tu vida desde hace ya tiempo con nuestra relación, te prometo que después de este día no te volveré a molestar, no te molestare nunca más —al final, no logro retener lo que pudo ser un leve sollozo pero termino siendo un sollozo un poco más fuerte al no dejarlo salir de su boca, mientras hablaba su voz empezó a quebrarse poco a poco, su vista ahora se encontraba borrosa ya que sus ojos se habían vuelto cristalinos, estuvo respirando hondo para evitar empezar quebrarse pero parece que no sirvió de nada

¿Todo había sido falso? se cuestionaba Lionel internamente, estaba comenzando a creer que todo lo que vivió con Guillermo fue una mentira, esos lindos recuerdos que formaron juntos, esas promesas que se hicieron, todas la veces que le dijo que lo amaba, esos momentos que compartieron juntos, esos momentos tanto buenos como malos que vivieron juntos, todos los besos que le había dado, todas las pruebas que siempre le dio para que supiera que lo amaba y que su amor era de verdad, ahora todo lo que vivieron juntos parecía completamente falso, unas cuantas gotas de agua cargadas de tristeza y nostalgia salieron lentamente de sus ojos, el estaba con la mirada algo perdida observando el piso, pensó que el contrario no se daría cuenta de que había comenzado a llorar y que si por alguna razón notaba que estaba llorando le importaría muy poco o nada, pero para su mala suerte el número 13 de la selección mexicana lo volteo a ver, pero aunque lo haya volteado a ver de reojo logro notar esas gotas de agua que el argentino estaba intentando retener sin mucho éxito en esto

Al escuchar lo que dijo el contrario y verlo soltar esas lagrimas Guillermo se dio cuenta que el número 10 de la selección argentina estaba sacando conclusiones equivocadas, por fin se decidió en decirle a Lionel que estaba equivocado, que su relación es lo mas lindo que le ha pasado en toda su vida, que en ningún momento se llego a sentir mal o incomodo con la relación, quería negar todo lo que el argentino había dicho anteriormente, solo que todavía no lo tenía muy bien planeado, así que se dispuso a hablar y empezar a decirle lo que saliera de su corazón— Lio yo no quise —hubiera continuando hablando si no fuera porque el contrario lo interrumpiendo abruptamente