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「☆」;;Hogwarts, 1971

「☆」;;Hogwarts, 1971

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1 de septiembre de 1971, 10:45 a.m, Ophelia Lounge se encontraba despidiéndose de sus padres a punto de abordar el tren hacía Hogwarts, su primer año en el colegio de magia y hechicería.

— Recuerda, no importa la casa que se te sea designada, te amaremos sin importar eso, no te metas presión.

Matthew Lounge, su padre, era un Magizoologista muy reconocido dentro del mundo mágico. Por supuesto que si pisabas la casa de los Lounge, era más probable que te reciba un escarbato a un integrante de la familia.

— Lo sé, padre, estoy confiada de la casa que tendré, sin presiones — Y no mentía, nunca se había sentido tan segura en toda su vida, si había algún Lounge que arruinaría la descendencia Ravenclaw, no sería ella.

Ophelia se aferró a Meredith, su gata, el único de sus animales que tenía permitido traer al colegio.

— Desearía que la abuela esté aquí — Dijo cabizbaja en un susurro casi inhaudible

— Lo sé mi cielo — Comenzó su madre — Te prometo que estará aquí para recibirte en vacaciones.

Lena Lounge era una excelente aurora que trabajaba dentro del ministerio de magia. Conoció a su esposo en una investigación de magos tenebrosos y sus "mascotas" altamente peligrosas. Se volvieron muy unidos durante su pequeño trabajo, por lo que siguieron en contacto, enamorándose plenamente el uno del otro.

Ophelia admiraba a sus padres y su relación. Como estos encajaban a la perfección y a metros de distancia podrías percibir su puro amor.

Abrazó a sus padres y sin esperar más, se subió al tren, dejando su equipaje a los trabajadores, exceptuando un bolso donde llevaba su túnica y dinero.

La primera impresión que tuvo del transporte fue que era muy cálido, niños de diversas edades corriendo de un lado a otro. Una sonrisa se apoderó de sus labios. Meredith asomó su cabeza por su bolso, el cuál tenía un hechizo de expansión, para luego dar un leve maullido

Ophelia trató de buscar un compartimiento vacío, lo cual fue un poco difícil, pero lo consiguió. El tren arrancó y una corriente de felicidad se sintió por su cuerpo, disfrutaría al máximo sus siete años en el colegio.

La gata saltó y se acostó a su lado en el asiento, al instante quedó dormida bajo las caricias de la chica. Su sueño solo duró cinco minutos, ya que unos suaves golpes se sintieron en la puerta de su compartimiento, seguidos de la puerta siendo abierta.

FALSE GOD - SIRIUS BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora