Capítulo 2: Complejo de Cain

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Han pasado dos semanas desde aquel incidente.

En ese lapso de tiempo los ánimos de Mugman eran continuamente  más bajos. Cada vez que paseaban o hacían los recados del Abuelo Kettle, todos siempre saludaban o adulaban a Cuphead.

Desde antes de la metida de pata en el casino, Cuphead siempre fue muy popular. 

Desde que tenía memoria, los niños de su alrededor admiraban lo "valiente" que era la taza roja, todas las niñas de su alrededor estaban interesadas en el mayor, y todos los vecinos se fascinaban por su agilidad. 

Pese a que era un dolor de cabeza para los adultos, la taza traviesa siempre se salía con la suya. 

Mugman a diferencia de su hermano, era más cuidadoso y obediente. 

Pese a que hacía lo posible, siempre se metían en problemas. De hecho, por culpa de Cuphead es que estuvieron metidos en la situación que los llevo a enfrentarse al Diablo. Y con lo recientemente ocurrido se dio cuenta de que siempre fue su sombra.

Cuphead era el número uno, mientras que Mugman era el Número dos.

Todos estos pensamientos llenaron al hermano menor de rabia y frustración.

Frustración que solo se podía traducir en una sola palabra: Envidia. 

...

Un día Mugman decidió dar un paseo solo. Mientras el sol se escondía lentamente, todos sus amigos a su alrededor saludaban a la taza azul alegremente, pero solo eran ignorados o de plano obtenían un saludo frío.

Todo el mundo comenzó a notarlo, algo le estaba pasando. Ni siquiera Calamaria, su amor platónico, podía subirle los ánimos al hermano menor.

Caminó cerca de la enorme estatua que se encontraba en el centro de la ciudad. Forkington, un conocido de los hermanos, salió de una joyería con un enorme diamante en sus manos. Al contemplar la piedra preciosa, se percató del reflejo de la taza. Observo con más detalle su decaída cara y lleno de curiosidad, le preguntó:

-¿Por qué la cara larga chico azul? - pero el tenedor no obtuvo respuesta e insistió- Oye, es de mala educación ignorar a los demás cuando te preguntan algo.

-No estoy de humor Fork- Le responde fríamente sin verlo a los ojos.

-Menuda falta de modales- también noto la ausencia de su hermano mayor- ¿y dónde está tu hermano revoltoso y cavernícola?

-Mugman se detuvo un momento y respondió apático:

-Vine solo.

-Es muy raro verte solo, siempre estás pegado a ese neandertal como si fueras su sombra, siguiéndolo a todas partes a donde quiera que vayan.

Esa última respuesta lo lleno de rabia, apretó los puños y de un rápido movimiento, tomó a Fork de su celestina. 

El cubierto se paralizó del terror al ver sus ojos, el hermano, que era normalmente tranquilo y alegre, tenía la más potente ira en su mirada.

-No vuelvas a decir eso...- fueron las últimas palabras de Mugman, antes de soltar al tenedor pedante y marcharse del lugar. 

Fork a duras penas se puso de pie, sacudiéndose el polvo de su ropa, se dijo a sí mismo:

-Qué malos modales.

...

Mugman estaba muy molesto, demasiado. Para calmar su rabieta, decide ir al muelle.

La taza azul se sentó en la orilla y contemplo el atardecer del mar. Mientras admiraba el paisaje entre anaranjado y azulado, una voz femenina pero familiar, lo llamó:

Cuphead: ReflectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora