Mugman y King Dice se dirigieron al casino.
Durante el trayecto, la taza tenía una duda que no lo dejaba tranquilo, y que le comía la cabeza una y otra vez. Mientras caminaba de tras del dado, se animó a preguntar:
-¿Por qué me elegiste?
El gerente volteó la cabeza para ver fijamente al hermano menor, que estaba lleno de curiosidad en sus ojos. El menor repitió fríamente la pregunta:
-¿Por qué me elegiste a mí y no a Cuphead?
-Simple reflejo- el más alto sonrío, mientras devolvió la mirada al camino-, nada especial.
-¿De qué hablas?
Mientras Mugman mostró algo de confusión, el morado comenzó su explicación:
-Veras Mugman. Hace mucho tiempo, antes de ser la mano derecha del diablo, era un pequeño niño relativamente normal, con una familia de mucho poder. Posiblemente sepas que los dados andamos en par, por lo que es normal que nazcan gemelos, ese es el caso de mi familia. Tenía un hermano gemelo, su nombre, Prince Dice.
"Prince era amado por todo el mundo, todos decían, Prince es el mejor. En cuanto a mí, no era más que la sombra de mi propio hermano, siendo este el consentido de mis padres, y el más popular de nuestra calle, lo envidiaba. Pasó el tiempo, a medida de qué crecía, mi envidia lo hacía igual, Prince se volvió un hombre exitoso, lleno de chicas lindas y toda clase de lujos, y a mí me toco ser la oveja negra de la familia."
"¿La peor parte?, que mientras yo era alguien estudioso y dedicado, Prince era u maldito vago que apenas movía su trasero"
"El colmó fue cuando Prince heredo la fortuna de nuestros padres e hizo toda clase de fiestas ruidosas en su mansión. Tenía que acabar con esto, y eso fue lo que hice."
Mientras King Dice contaba su historia, La taza prestó atención a cada detalle, estaba lleno de curiosidad. Cuando mencionó esa última frase, Mugs preguntó:
-¿Qué fue lo que hizo?
-Lo que hice después, acabe con mi propio hermano, tome un arma y le dispare en un callejón cuando estaba ebrio- confesó su crimen con tanta naturalidad.
Mugman se quedó tieso, no por el acto, sino por la forma en la que lo describe, lo decía con tanta formalidad y calma, sin una sola pizca de remordimiento, que hizo que la taza sintiera el más grande terror.
-¿Cómo pudiste? - Mugman miró a King dice detenerse- ¿Cómo pudiste matar a tu propio hermano?
-Era una molestia- se acerca a la taza- además, no importaba lo que hacia, siempre seria el segundo lugar. - le dedica una sonrisa a Mugman- cuando te vi en el muelle, frustrado de tu hermano, de cierta forma, era como verme a mí mismo en el pasado.
-¿Por eso me elegiste?- se cuestionó el mas joven.
-Eso y porque a diferencia de tu hermano, tú eres más listo.
Mugman se quedo pensando durante el camino al casino.
No podía entender nada de esto.
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En un túnel que el azul conocía perfectamente bien, llegan a un lugar oscuro y lúgubre, hasta que avanzando Mugman observa un sitio que fácilmente reconoce hasta en sus más profundas pesadillas: El casino del diablo.
Hace cuatro años, él y su hermano habían desobedecido al abuelo tetera, el anciano les advirtió jamás sobrepasar los límites de la isla. Quien diría que una simple curiosidad los condenaría casi a la servidumbre del diablo, de no ser porque lograron aprovechar la oportunidad de, no solo, salvarse a ellos, sino a los deudores.
Luego de todo este tiempo, aquí estaba de nuevo, delante del club del pecado que lo dejó tantas noches sin dormir.
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Lo primero que recibió el hermano menor al entrar fue una cálida bienvenida de parte de los empleados, empleados que a la vez eran los matones del temible King Dice.
Era sumamente extraño tener aquellos criminales que intentaron asesinarlo en el pasado, saludándolo y abriéndole los brazos, como si todo fuera olvidado.
Sin embargo, tenía el presentimiento de que algunos no olvidan.
El azul miró a detalle el club y comentó para sí mismo:
-Hace mucho que no visito el casino.
-Lo sé, ¿no sientes la nostalgia?- preguntó retóricamente el dado.
-¿Aun cuando tú y tu jefe casi nos matan?
El morado frunció el ceño, algo molesto:
-Esas son preguntas que no necesitan respuestas.
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King dice guio a Mugman por gran parte del casino hasta llegar a un amplio cuarto pequeño pero bien decorado.
Las paredes estaban tapizadas de rojo vino, el piso era de madera sólida con un armario a lado derecho de la entrada, tenía cuadros históricos decorando los muros, un espejo de cuerpo completo en el fondo y una cama elegante de sabanas de color escarlata. Encima del lecho, había un pequeño traje formal de color azul oscuro, la camisa era de un tono más claro y una corbata de lazo para acompañar el decorado.
La taza sin decir ni una palabra se acercó al tálamo, solo para ver más al detalle su nuevo uniforme, mientras el dado morado habló:
-Descansa Mugman, mañana tenemos mucho trabajo que hacer- con esto último cerro la puerta.
El hermano menor tenía muchas dudas en su cabeza.
Dudas que lo ponían en conflicto consigo mismo.
Nota: Lamento la tardanza pero estoy lidiando con un problema personal. Además de que ando trabajando en un cómic.
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Cuphead: Reflection
FanfictionTras la derrota del Diablo, Isla Tintero tuvo una época de paz y armonía, o eso era lo que creían los hermanos taza. Luego de un altercado con unos pandilleros, Mugman comenzó a tener un complejo de inferioridad. Después de todo, Cuphead siempre es...