En la tierra media, por debajo de las montañas del sur, existía el reino helado, lugar de las criaturas llamadas Hadas, no eran enanos, no eran elfos, eran como los humanos, ellos eran de piel blanca como la porcelana, cabello largo color negro, alg...
En un día normal en el reino de Snowfrost, nuestra querida Miriel salió de su hogar para dar un paseo por el bosque, aquel lugar estaba cubierto de nieve y los árboles tenían tenían copos en sus ramas, acerco su mano a una rama para poder tocar la nieve, pero era muy pequeña para alcanzarla, haci que se subio con cuidado al árbol y sintió aquellos copos en el.
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Bajo del árbol con cuidado para caer en la nieve, empezo a jugar con la nieve y haciendo ángeles de nieve, pero lo que más le encanta del bosque es que su lugar favorito estaba más adelante, corrio y pudo ver el lago congelado cristalino y una pequeña cascada de donde salia el agua que parecía estar en un cuento de hadas.
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A ella le gustaba estar ahí ya que hay paz y tranquilidad además que los animalitos del bosque se acercan a Miriel, se le ocurrió una idea, y era visitar la cueva que estaba un poco lejos del lago.
Se decía que en esa cueva, vivía un enorme dragón de hielo, despues de la derrota del dragón Smaug, pensaban que era el único dragón, pero no era así, este era de color azul claro con escamas de colores, que en vez de escupir fuego...escupía hielo, pero este era diferente ya que el dragón de hielo pertenecía a la familia de la reina Elentari y le guarda cariño a la criatura.
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