- oye mocoso... ¿Eres Asta?- cuestionó un hombre que apenas llegaba.
Asta se dió la vuelta y apunto con Asteria, pero la sangre perdida era tanta que se desmayo.
- creo que lo es- el hombre encendió un cigarro y tomo al pelicenizo cómo si de un costal de papas se tratase.
- no seas tan grosero, sus padre nos dijeron que lo cuidemos como si fuera nuestro hijo- recriminó una mujer rubia que apenas llegaba.
- si, si- pronunció el hombre mientras cambiaba la manera en que cargaba a Asta.
Varias horas después: unidad de observación y cuidados intensivos del ejército de la ciudadela 2.
Lentamente el pelicenizo abría los ojos, encontrándose con un techo blanco frente a sus ojos, el sonido de una máquina estaba sincronizado con su corazón.
- Ma... Má- pronunció débilmente Asta estirando su mano.
Al momento de estirar la mano se dió cuenta que Asteria no estaba.
- no, no- pronunció el pelicenizo con preocupación.
- regla 1 de un wyrm, la vasija nunca debe quedar sin vigilancia- recordó Asta.
Al instante, el pelicenizo se levantó con violencia de la cama, los dispositivos se alteraron y empezó a sonar una alarma, el suero intravenoso en su brazo se salió dejando un pequeño rastro de sangre.
Al instante dos doctores y una enfermera entraron a la habitación.
- llamen a los altos mandos, despertó- gritó la enfermera antes de cerrar la puerta.
Los tres trataban de inmovilizar a Asta pero era condenadamente rápido y fuerte para alguien con su edad.
- así que así juegan los wyrms- pronunció el hombre que había recogido a Asta con anterioridad mientras apagaba su cigarro en el cenicero de la entrada de la habitación.
- señor Yami se levantó y estaba a punto de escaparse- explicó un doctor limpiando el sudor de su frente con un pañuelo.
- algo quiere para estar así- pronunció el pelinegro con sencillez.
- déjeme...- mientras decía eso el pelinegro tomó al pelicenizo de la cabeza.
- listo así está mejor, ahora, ¿Que es lo que quieres mocoso?- cuestionó el pelinegro.
- mi vasija- pronunció Asta tratando de zafarse.
- traigan la espada- ordenó el pelinegro.
- pero señor Yami...- la mirada de Yami decía claramente que no aceptaba réplicas o contra argumentos.
- si señor- la enfermera salió de la habitación.
- listo, ya van a traer tu espada, ahora cálmate, respira y prométeme que si te suelto no vas a correr- pronunció Yami poniendo al pelicenizo en la cama.
Cómo pudo Asta asintió a modo de respuesta, y fiel a su palabra se quedó sentado cuando la mano del pelinegro dejó su cabeza.
- bien, ahora dime, ¿Si eres Asta?- cuestionó Yami.
El pelicenizo asintió cómo respuesta a la incógnita.
- entonces, yo me llamo Sukehiro pero la gente de por aquí me llama Yami, ese es mi apellido, ¿Cuál es el tuyo?- pregunto Yami.
- Staria, pero me gusta mi nombre así que llámeme Asta- explicó el pelicenizo.
- muy bien Asta, me gusta ese nombre- claramente el pelinegro se estaba quedando sin ideas.
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Casa del esplendor
Fanficlos demonios yacen contenidos en objetos, cuidados por aquellos que pertenecen a la casa del esplendor, su símbolo de la máscara dorada los reconoce