~ Wyrm Kraekan, el humano que logró lo imposible, logró sellar al todos los demonios existentes en objetos llamados vasijas.
Todo con el único objetivo de salvar a su amada mujer, aún así ni sellado el poder del rey demonio y su casi interminable ejército demoníaco no sé alejó nada de su amada.
Ella murió, tiempo después Wyrm Kraekan también murió, con el tiempo, sus hijos crearon un gremio, llamándolo la casa del esplendor, cuya moneda era el honor, el oro y el licor.
Mucha gente, con el deseo de salvaguardar su mundo se unió a la casa del esplendor, pero para ganarse el derecho a portar siquiera una vasija, debías tener una voluntad increbantable para no ser tentado por el demonio en tus manos~
Un joven niño escuchaba con atención la historia que su madre le contaba.
- wow, ¡¿También tu eres así de fuerte mamá!?- cuestionó el pelicenizo.
- claro que sí mi querido hijo, no en vano somos wyrms, tu papá y yo somos así de fuertes, y confío en que tú serás el doble o el triple de fuerte que nosostros- respondió la peliplata.
- ¿Lo seré yávti?- volvió a preguntar el pelicenizo.
En la espalda de su madre, unos guantes abrieron sus siniestros ojos.
- así será, joven Staria- respondió una siniestra voz proveniente de los guantes.
- ahora duerme Asta, mañana recibirás tu vasija- pronunció la madre del pelicenizo.
- y necesitarás toda tu energía- pronunció yávti.
- ¡Sí!- gritó el pelicenizo girando en su cama y acostándose.
La puerta de su habitación se abrió un poco más dejando ver a su padre.
- papá, mañana verán que seré más fuerte que ustedes dos- pronunció muy animado Asta.
- claro que sí campeón, descansa- pronunció el padre.
- descansen, adiós Yumi- Asta giró y cerró los ojos.
- descanse joven Staria- pronunció el arco en la espalda de su padre.
La noche transcurrió con tranquilidad, en silencio y paz.
- ¡Mamá!, ¡Papá! ¡¿Ya me pueden dar mi vasija?!- cuestionó Asta saltando a la cama de sus padres.
- Asta, son las 7 de la mañana, duerme otro rato- pronunció su padre sin abrir los ojos.
- pero mi vasija...- antes que el pelicenizo terminara su frase, sus padres se levantaron.
- está bien te daremos tu vasija- pronunció su madre.
- ¡Siiiiii!- Asta salió corriendo a la sala a esperar.
- Yávti, Yumi, ¿Los sienten no?- cuestionó el padre del pelicenizo.
- si mi señor, están cerca tenemos menos de una hora- pronunció el arco.
- bien, tiempo suficiente- pronunció la madre de Asta.
El pelicenizo esperaba en la sala pacientemente hasta que sus padres salieron de su habitación.
Una caja de regalo de tamaño relativamente pequeño reposaba en las manos de su madre.
- aquí está tu primera vasija- pronunció el padre de Asta.
- wow, ¡¿Que es?!- gritó el pelicenizo.
- ábrelo- pronunció su madre.
Sin una pizca de delicadeza, el pelicenizo destrozó la envoltura encontrando una pequeña espada con un gran ojo en la parte donde la hoja y la empuñadura se unían.
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Casa del esplendor
Fiksi Penggemarlos demonios yacen contenidos en objetos, cuidados por aquellos que pertenecen a la casa del esplendor, su símbolo de la máscara dorada los reconoce