5 Veces (Aemond & Daemon)

CAPITULO 5

"¿Qué te trae por aquí?"

"¿Qué te trae por aquí?"

Aemond y Daemon estaban uno frente al otro, con los brazos cruzados.

"Bueno, yo pregunté primero", dijo Aemond con petulancia.

"Vine aquí para recopilar información", dijo Daemon con un brillo en los ojos.

"¿Qué tipo de información?"

"Eso no es asunto tuyo, sobrino", Daemon extendió la mano para colocar un mechón suelto del cabello de Aemond bajo su capucha, "Y yo tendría cuidado si fuera tú. Nuestra familia tiene un historial de meterse en problemas en burdeles. "

"Quieres decir que tienes la costumbre de meterte en problemas dondequiera que vayas".

Daemon se rió entre dientes.

"¿Se terminaron los desafíos para ti?" Aemond preguntó de repente cuando Daemon se volvió para caminar de regreso al castillo.

Daemon se giró para mirarlo.

"No estás sugiriendo que tengamos una competencia en un burdel".

"Podría ser. ¿Vas a escucharme?"

Daemon sonrió lentamente.

"Los términos son simples. Quien tenga más encuentros..."

"¿Sexual o violento?"

"Sexual", Aemond miró a su tío, "Espera, ¿te metiste en peleas en un burdel?"

"Sucede", Daemon se encogió de hombros.

Aemond trató de no sonreír y simplemente continuó: "Quien haya seducido a la mayor cantidad de personas al final de una hora, gana".

"¿Por qué una hora?"

"Porque", dijo Aemond, encogiéndose de hombros, "si estamos más tiempo, tu esposa podría hacerte preguntas sobre cuánto tiempo te lleva recopilar información".

Daemon lo miró especulativamente.

"¿Qué obtiene el ganador de este desafío?"

"Te lo haré saber más tarde".

Daemon se rió entre dientes, "Muy bien".

Extendió la mano y Aemond se la estrechó.

"Buena suerte, tío".

"No lo necesito sobrino"

Se separaron.

**

Aemond no tardó mucho en darse cuenta de que en realidad no quería acostarse con ninguna de las personas de aquí.

Bueno, eso era mentira. Había una persona en este lugar a la que deseaba, deseaba más de lo que nunca había deseado en su vida, y no podía negárselo a sí mismo por más tiempo.

Simplemente había algo en Daemon que se le había metido debajo de la piel. La forma en que se comportaba o la forma en que sus ojos siempre brillaban divertidos o cómo siempre trataba a Aemond como un igual. La forma en que parecía disfrutar de sus conversaciones y juegos, pero siempre se aseguraba de que Aemond nunca sufriera lesiones graves.

Bueno, excepto el incidente del dragón y Daemon no tenía la intención de que eso sucediera.

Sin embargo, un desafío era un desafío y Aemond no quería perder esta vez.

Rápidamente se le ocurrió una triste historia que resultó tan efectiva que motivó no a una, sino a tres prostitutas a venir a animarlo. Una triste historia sobre cómo fue atacado 4 contra 1 por sus sobrinos y primos y, como resultado, perdió un ojo.