Monarquía Perfecta. ||au kookmin||.

Capítulo I: Harry Potter y los mimos de Yoonie

Hoy por fin finalizaba el último proyecto de Jung & Kim Company del año. Meses de trabajo pero había valido totalmente la pena. El nuevo platillo tenía encantados a los comensales del evento y pronto a todos los clientes de la compañía. El nuevo platillo de hamburguesa pastrami fue todo un proceso laborioso pero rindió perfectos resultados.

Trabajar para una compañía de comida instantánea y franquicias de restaurantes no era fácil, pero era algo que le encantaba tanto que no importaba la hora, siempre estaba dispuesto a trabajar. No era su meta ni sueño pero, sí le apasionaba.

Entró a la empresa luego de estudiar gastronomía y fue abriendo camino. Actualmente con treinta y dos años había logrado escalar poco a poco y ya tenía un muy buen puesto siendo reconocido por otras empresas. Tenía contrataciones para eventos exclusivos y de vez en cuando entrevistas. Era algo famoso por sus increíbles habilidades tanto en la cocina como en otros campos laborales, siendo que no únicamente estudió gastronomía, él estaba preparado para su futuro puesto, pero aún no era momento.

El evento se llevó a cabo en el salón principal del The Indigo Resort, el cual pertenece uno de los socios de la compañía donde trabaja. Todo hasta el momento iba bien y estaba controlado, atendiendo comensales y compartiendo con empresarios interesados en el platillo.

A lo lejos logró distinguir a uno de los jefes de una gran empresa, Lee Chowol, vicedirector de Lee's company. Intentó reclutarlo en más de una ocasión, lástima que su empresa era de mente tan estrecha para alguien tan libertino como él. El viejo no paraba de hacer señas exageradas y fruncir el ceño, todos sus empleados parecían espantados. Se acercó a saludar, no quería disturbios en el evento.

— ¡Les dije que tuvieran todo preparado, son unos inútiles! ¿Qué les costaba hacer algo tan estúpido como eso? ¿Acaso no tienen cerebro? – Al parecer el equipo había cometido un error o al menos eso reclama Lee. Siempre causaba un desastre y culpaba al que primero podía, lástima, hoy era turno de ellos.

— Señor Lee, qué gusto verlo aquí – Interrumpió Jimin, llamando la atención y deteniendo el sermón.

— ¡Oh! Jimin, querido, qué gusto, muchas gracias por la invitación, ha sido todo un espectáculo probar esa delicia que preparaste. Disculpa si mis empleados hicieron mucho ruido, han cometido un estúpido error, no son más que incompetentes, me disculpo en su nombre – dijo Lee haciendo una reverencia, frunciendo el ceño hacia sus empleados.

— Vamos señor Lee, si era tan estúpido el problema ¿por qué no lo resolvió usted? Ya los chicos han de tener bastante trabajo, ¿Cierto? – con una gran sonrisa se dirigió a los empleados que no sabían cómo reaccionar ante tal situación. Nadie le había hablado así a su jefe. – Para la próxima ayúdelos un poco, después de todo usted debe orientarlos. ¿Todos comieron? – preguntó viendo a el equipo de Lee's company. Todos negaron a excepción del vicepresidente – En un momento les traerán su comida – volteó a ver al presidente Lee, este lo veía con pánico por su reacción, después de todo era un alfa común – Vicepresidente Lee, por favor esté más al cuidado de su equipo, hasta yo cometería un error estando hambriento y más en un evento de comida, no sea insensato.

— Aah, sí, sí, a la próxima supervisaré mejor, discúlpeme. Hablando de otra cosa, Señor Park, recuerde que estamos interesados en una colaboración con usted, aunque, si se quiere unir a nuestra empresa sería aún mejor, sabe que nuestras puertas están abiertas.

— Estoy al tanto señor Lee. Lamento no poder seguir con la plática, pero me necesitan en la cocina.

— Está bien, ha sido un gusto charlar con usted, hasta luego. – Luego de una reverencia de parte de ambos, Jimin se hizo camino a la cocina, su estómago lo necesitaba allí, no había comido en la mañana por los nervios pero ahora había una que bestia que rugía en su estómago con hambre.