Mi Jefe •|• Capítulo cuatro ♡

542 69 3
                                    

Comprobé una vez más el número de piso y número en los mensajes, saque las llaves abriendo la puerta asome la cabeza un poco viendo todo realmente ordenado y olia delicioso. El perfume de este tipo era realmente mi perdición entre con cuidado cerrando la puerta detrás de mi

- Dante, Diablo - solté algo alto escuchando varias pisadas voltee hacia donde provenían - mierda

(Dante)

(Diablo)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Diablo)

Ambos me miraban comenze a caminar lentamente ambos se acercaron, me quedé quieta dejando que ellos me olieran

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ambos me miraban comenze a caminar lentamente ambos se acercaron, me quedé quieta dejando que ellos me olieran

- Quien de ustedes es Dante - solté haciéndo que el pequeño Doberman ladrara lo acaricie con un poco de temor mire a el otro - así que tu eres Diablo pero si eres un mazita

El otro ladro al parecer no le gustó que le dijera mazita, acerque mi mano con un poco más de confianza se dejó acariciar sonreí un poco más confiada. Realmente no era como me habían dicho suspire un poco aliviada

- Bien alguno sabe dónde guardan las correas - solté haciéndo que ambos se sentarán okey creó que eso fue estúpido - me veo estúpida definitivamente, veamos

Comenze a abrir las puertas pero no era lo que buscaba, subi a el segundo piso abri la puerta principal era una habitación era realmente linda los tonos neutros le venían bien. Cerré la puerta abri la pequeña puerta viendo correas así como el alimento de los perros

Tome los collares y las correas cerré la puerta con un poco de dificultad, los perros se movían mucho empujandome les puse el collar junto a la correa tome un par de pelotas bajamos las escaleras abri la puerta saliendo cerré y asegure la puerta. Corrí un poco ya que ambos eran realmente grandes y pesados

Por suerte conocía New York como la palma de mi mano y lo lleve a el parque central, la gente se me quedaba viendo como si fuese un bicho y no lo entendía hasta que vi que se trataba de los perros. Falta decir que todos se alejaban ya que ellos ladraban haciéndolos alejarse

Los solté haciéndo que ambos se agarraran saltando les lanze la pelota, solté una risa cuando ambos chocaron trayendola de regreso una vez que ambos se cansaron regresamos a el departamento caminando. Subimos a el elevador una vez que llegue a el piso entramos a el departamento les quite la correa

Mi Jefe© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora