XIV +18

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El tiempo se detuvo para Y/N, era un beso romántico. El corazón le latió con tanta fuera que podía sentirlo incluso en su cabeza. En la mente no aceptaba que alguien que no fuera Peter la besara, pero con T.K. no podía ni siquiera alejarse.

— Lamento haberte dejado a medias ayer, pero sí me dio miedo de que nos pudieran atrapar —las mejillas de T.K. se pintaron de rojo y los ojos de Y/N se abrieron grandes— pero si quieres podemos repetirlo ahora, la verdad es que sí quiero que continuemos con lo que hicimos. No te preocupes por tu novio, sé que él no se va a enterar de nada.

Los colores de la cara de Y/N desaparecieron en un segundo al escuchar esas palabras. Ahora todo le había quedado más que claro. Todo lo que le habían dicho era sexual.

Se había acostado con T.K. en un lugar donde al parecer podían atraparles, así que se detuvieron; pero ella no se quedó con las ganas y recurrió a Lucy. Por otra parte, podía pagar la renta con su cuerpo y lo más impactante era que, Peter era su novio.

— Vete de aquí

— ¿qué? ¿por qué?

— Vete ahora...

— Pero...

— ¡Vete! ¡Largo de aquí, ya!

Con toda la fuerza que logró reunir, sacó a T.K. a empujones del departamento y cerró la puerta.

— Y/N, no puedes seguir negando que tu novio es raro —a pesar de que se encontraba del otro lado de la puerta, escuchaba perfectamente— él me causa muy mala espina, yo puedo estar contigo y hacerte muy feliz.

Ya no dijo más, se recargó en la puerta y se dejó caer hasta el piso para abrazarse las piernas y tratar de no desmayarse.

En su cabeza rondaba una pregunta: ¿Qué demonios había pasado? Nada era lo que ella recordaba... las lágrimas se acumularon en el borde de sus ojos, pero su celular envió una notificación.

Se levantó del suelo y corrió hacía él. Al tenerlo con ella, notó que la notificación era un recordatorio de la universidad para que no olvidara entregar una tarea.

— ¡esto debe ser una maldita pesadilla! —esas palabras salieron casi como una súplica, como si por decirlo pudiera despertarse en la cama al lado de su esposo.

Corrió nuevamente a "su habitación", buscando algo que le confirmara que se encontraba estudiando la universidad, aunque rogaba con todas sus fuerzas que no fuera así. Sin embargo, se confirmó, encontró su mochila.

Se sentó en el piso de la habitación con un nudo en la garganta y millones de preguntas en la cabeza. Ya no sentía el paso del tiempo, ni siquiera el entumecimiento que empezaba a invadir su cuerpo por estar tanto tiempo en la misma posición. Sus ojos se quedaron clavados en algún punto del techo mientras su cabeza descansaba en el colchón de la cama.

El sonido de la puerta de la entrada llegó a sus oídos, pero no se movió. Ni siquiera cuando entró Peter y la llamó.

— Regresé, Darling —encontrarla en esa posición lo asustó— ¿Y/N estás bien?

— P-... cariño —censuró el nombre. Peter se acercó y se sentó a su lado.

Cuando estuvo a su lado, Y/N recargó su cabeza y dejó que este la rodeara con su brazo. Se dejó acariciar y acercó totalmente su cuerpo para con sus propios brazos, rodear a su novio. Aun sentados la diferencia de alturas era considerable. Pero no le importó, necesitaba alguien que fuera "conocido" aunque en realidad sí tuviera consciencia de la existencia de todos.

— cariño, ¿estás bien? —preguntó Peter con genuina preocupación.

— Yo... no lo sé —el "no lo sé" le salió con la voz cortada. Eso fue suficiente para Peter.

Cortó el abrazo y le levantó tomando a Y/N de las manos para obligarla a levantarse. Cuando se puso de pie, atacó sus labios. La besó y ese beso fue suficiente para que el vientre de ella cosquilleara, haciéndola apretar inconscientemente las piernas.

La llevó a la cama en medio del beso y la recostó para acomodarse encima de ella, justo entre sus piernas. Estando entre estas las acomodó mejor para que pudieran rozarse. Peter estaba más que preparado para la acción, lo cual sorprendió y encendió aún más a Y/N.

De los labios bajó al cuello, besando y regalando pequeñas mordidas que dejaban una leve marca. Por cada marca dejada, un gemido salía de la garganta de ella, un gemido de auténtico placer. Ese ligero daño recibido le causaba descargas intensas, casi rogaba porque lo hiciera más fuerte, pero no se atrevía.

Tomó entre sus manos el rostro de él. Lo miró por un momento, su rostro no era el mismo, había algo (muy independiente de las marcadas ojeras que se dibujaban bajos sus ojos azules) que lo hacía diferente. No lo podía explicar, pero era evidente.

Del rostro bajó la mirada, pasando por el cuello, el pecho, abdomen y deteniéndose en su miembro, estaban pegados de la cadera, pero era notorio que estaba erecto. Podía verlo y podía sentirlo y con mano derecha hizo el mismo recorrido que hizo su vista: cuello, pecho, abdomen y miembro, donde se detuvo. Lo acarició sin saber bien si era por excitación o por tratar de sentir que esa parte de él era real, para saber si todo era real.

Por su parte, Peter se dejó tocar, lo estaba haciendo como si fuera la cría de un gato, lo hacía con delicadeza y eso lo hacía mucho más estimulante, más delicioso. Casi como algo nuevo. Para dale más acceso a él, desabrochó su pantalón y lo retiró junto con su bóxer.

Ella al ver lo que él hacía, lo imitó quitando todo lo que ella vestía, su pijama, no se había cambiado en todo día, aunque tampoco era que hubiera tenido la cabeza para notar qué llevaba puesto.

Quedaron totalmente desnudos, y retomaron su posición. Ahora sus partes se tocaban aún más y eso era más excitante. Tanto que la cadera de Y/N desobedeció a su cerebro y comenzó a moverse de arriba abajo buscando que se rozara con Peter.

Él no dejó que ella esperara más, así que entró. Ya se encontraba lo suficientemente preparada, así que entrar fue muy sencillo.

Tenerlo dentro fue una sorpresa enorme, no recordaba que fuera así de... grande.

— ¿en qué momento creciste tanto? —preguntó susurrando, pero sí deseando saber la respuesta.

Peter solo rio, comenzando a moverse, parecía que ya se encontraba mejor, sino un poco más tranquila, lo que quería decir que estaba más que lista para la acción, así que su movimiento no fue lento, sino apresurado, pero no desesperado. El movimiento para darle placer a su Y/N.

Sabía cómo moverse, sabía dónde tocar, sabía perfectamente como hacerla llegar. Y ese conocimiento era más que agradecido por Y/N y se lo mostraba con sonoros gemidos que inundaban sus odios y taladraban las paredes, como si quisieran romperlas para expandirse por todo el mundo y hacer que este se enterara que solo Peter la podía hacer sentir de esa manera.

Salió de su interior y cambiaron de posición ella quedó encima de él, totalmente recostada sobre su cuerpo. Así que el trabajo de en las caderas fue fundamental. Los gemidos se unieron por la cercanía de sus rostros y no solo los gemidos, esa nueva posición elevó el placer en ambos, placer que los llevó al clímax.

Sin embargo, no fue suficiente esa sola sesión, durante toda la noche se rindieron ante ese íntimo contacto, se sometieron a los placeres que pedían sus cuerpos y no pararon hasta que el sueño rindió a Y/N.   

¿Qué fue lo que pasó? Fem Y/N x PeterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora