Cap. 3 - Amor/Odio

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Hechizos, Pócimas y Brujerías.

Los días al lado de aquel rubio eran cálidos, él siempre se preocupaba por darle lo mejor, ponerle su espacio al lado de su cama, comprándole juguetes y consintiéndola todas las noches al llegar a casa después del trabajo. Lo que más le gustaba a Hinata eran los mimos que ese rubio le daba sobre sus orejas y su barbilla, amaba los días en los que él se quedaba en casa y juntos miraban algún programa por la tv.

Cap. 3 - Amor/Odio.

Le agradaba estar con él, se había convencido de que él era muy buena persona y como tal, también se merecía lo mejor, por lo que ella se había convencido de estar a la altura de aquel noble chico.

Un fin de semana, el rubio llegaba a casa más temprano de lo normal, por fuera se escuchaban risas y alguno que otro coqueteo. Él se adentró trayendo consigo a una rubia despampanante. La chica de ojos celestes como los de él, entró al departamento y tan pronto como pudo, empezó a analizar todo lo que estaba a su alrededor.

- Siéntate y ponte cómoda. - Había dicho el ojiazul a su acompañante mientras le sonreía y se dirigía hacia la cocina.

- Veo que vives muy bien... - Comentó la rubia con un poco de asombro, al poner su bolso al lado de ella y sentarse en uno de los sillones de la sala.

Hinata veía aquella escena y tan pronto como pudo, se acercó a la rubia para analizarla más de cerca.

- ¡Tienes un gato! - Chilló cariñosamente la de ojos celestes mientras acariciaba a Hinata.

- Es gata. - Respondió el rubio muy sonriente.

- Su pelaje es peculiar. - Comentaba la chica. - ¿Cuánto te costó? - Preguntó curiosamente.

- No... de hecho la recogí de la calle. - Contestó alegremente el ojiazul.

- ¡Iugh! - Exclamó la rubia parando rápidamente las caricias que le daba a la felina y pronto se apartó de ella con cara de asco y disgusto. Esa acción hizo que Hinata se enfadara. - Ha de tener pulgas. - Murmuró limpiándose las manos con algún desinfectante que tenía en su bolso.

- ¡Hey! - Maulló Hinata sumamente indignada. - ¡Seguramente has de tener más pulgas tú, que yo! - Gruñó ofendida.

La rubia se había parado de su lugar y fue hacia Naruto, quien servía dos copas de vino tinto.

- ¿No te parece increíble que Sakura nos haya presentado y hoy estemos aquí? - Preguntaba la rubia sensualmente a su compañero.

- Si, Ino... me alegro de haberte conocido. - Respondía el rubio dándole una copa. - ¿Quieres que veamos juntos alguna película? Preguntó al chocar ambas copas.

La rubia tomó el vino y tan pronto como le dio un trago sin quitarle la mirada al rubio, dejó la copa aún lado y luego puso sus brazos alrededor del cuello del ojiazul.

- Tengo una mejor idea... - Susurró mientras empezaba a besarlo.

A lo lejos Hinata miraba muy furiosa aquella escena. Tenía miles de años como para percatarse de la clase de mujer que era aquella rubia.

Odiaba de sobremanera lo que veía, ellos se comían a besos y poco a poco ella empezaba a despojarle la camisa al rubio.

- ¡Oh no! No harán nada mientras yo esté aquí. - Pensó muy celosa y furiosa, le había caído en la punta del hígado aquella mujer, por lo que corriendo hacia la habitación del rubio, se subió a la cama de éste y solo esperó a que ellos entraran.

Dieron pasos torpes hasta llegar a la habitación, ambos estaban casi semidesnudos. La chica estaba en ropa interior mientras que el rubio tenía su pantalón a medio abrir. Ino estaba de espaldas sobre la cama mientras seguía besando desenfrenadamente al ojiazul... pero pronto sintió un rasguño en una de sus nalgas descubiertas.

- ¡Kyaaa! - Gritó ella muy asustada, separándose rápidamente del ojiazul.

- ¡¿Qué pasa?! - Exclamó el rubio algo asustado.

- ¡Ese maldito animal me rasguñó! - Gritó ella señalando furiosamente a Hinata.

El ojiazul miró hacia su mascota y pudo notar que estaba enojada, sacaba los colmillos y gruñía amenazantemente a ambos, jamás la había visto en ese estado.

- ¡Saca a ese animal de aquí! - Chilló Ino muy enojada, el ojiazul quiso tomar el cuerpo de Hinata pero ella gruñó aún más furiosa.

- ¡Ni te atrevas a tocarme! - Gruñía en su interior mientras tiraba un rasguño al aire.

Los ojos de Naruto se toparon con los fieros ojos de la felina y luego suspiró pesadamente como entendiendo sus pensamientos.

- Ino, será mejor que veamos una película. - Comentó el rubio, buscándole una solución al problema.

- ¡¿Qué?! - Exclamó ella muy molesta. - ¡¿Me estás diciendo que prefieres tener a este animal sobre tu cama que a mí?! - Gritó muy ofendida.

- Ino...

- ¿Sabes qué? ¡Cállate, no te quiero volver a ver! - Exclamó recogiendo sus ropas y saliendo de ahí muy furiosa. Hinata la veía alejarse mientras internamente se estaba riendo por la travesura que había hecho.

- ¡Ino!

- ¡No vuelvas a hablarme! ¡Perdedor! - Dijo dando un gran portazo hacia la puerta.

Naruto quedó devastado, había perdido la oportunidad de estar con aquella hermosa mujer, se sentó al borde de la cama derrotado y frustrado mientras respiraba profundamente para calmarse. Hinata quien había provocado todo eso, se le acercó tímidamente para consolarlo.

- Perdón... - Maulló tristemente al ver a su amo en ese estado. - Pero ella no te convenía, créeme. - Decía restregando su cuerpo en el antebrazo del ojiazul para que éste la perdonara.

Derrotado y sin más que pudiese hacer, Naruto acarició cariñosamente a su mascota. No había entendido su comportamiento pero si de algo estaba seguro, es que quería a esa felina y tal parecía que ella también tenía un cierto y extraño cariño hacia él... un tipo de amor-odio quizás.

Continuará...

Como dije, me tomaré con calma este pequeño fic

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Como dije, me tomaré con calma este pequeño fic. Por lo que los caps no serán muy largos pero (quiero creer) que si constantes. ¡Gracias por los comentarios y el apoyo que me dan y le dan a este fic! ¡Los quiero mucho!

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