Hechizos, pócimas y brujerías. - Fic.
Cap. 2
Por mucho tiempo vagó en busca de alimento y agua, la guerra había estallado entre los países de la Tierra y el Agua, siendo el Agua el más afectado, pues ninguna nación quiso volver a hacer tratos con el rey, ya que pensaban que volvería a defraudarlos. Aquella desconfianza por parte de las demás regiones, hicieron que el rey se volviera loco y empezara una cacería de brujas y gatos. Él estaba convencido de que aquella bruja llamada Kurenai lo había maldecido. Los aldeanos empezaron a caer en la histeria y cada que podían cazaban a los felinos, el miedo poco a poco se estaba apoderando de ellos.
Hinata murió una vez... o al menos eso había creído. El pavor de ser capturada y puesta en una bolsa, para después amarrarla a una piedra y ser lanzada hacia la profundidad del río, había calado dentro de su ser. Por un momento rasguñó aquella bolsa, pero no se rompía. Sintió su cuerpo mojarse y ser hundida en aquella obscuridad profunda y fría...
Un pescador vio aquella bolsa y pensando en que fuera oro, abrió de ella y brotó el cadáver de un gato negro.
- Pobre animal. - Se dijo y luego botó su cuerpo hacia la orilla. Tenía la intención de sepultar a aquel cuerpo, pero después de pescar algo lo haría, se dijo.
Hinata recobro la consciencia y tan pronto como vio a aquella persona de espaldas, se echó a correr. Estaba asustada, mojada y con hambre... por la eternidad tuvo que vagar.
Había presenciado la muerte de su padre a manos de los aldeanos, que lo culpaban por las "maldiciones" que les ocurrían a ellos.
Presenció la boda de Matsuri con el príncipe de la Tierra... algunos aldeanos decían que le había dado alguna pócima, pues nunca se esperaron que aquella plebeya pudiera casarse con aquel apuesto príncipe. Hinata les había dado la razón, pues aún tenía presente aquel líquido verdoso que le había tirado encima el mismo día de su boda. Sin duda Matsuri era una bruja muy poderosa en la creación de pócimas.
Vagando por esos días buscó a Kurenai, pero nunca la encontró. Se había enterado por rumores de la gente, que ese mismo día de la boda la habían matado por profanar aquella iglesia.
Hinata lloró mucho su muerte, estaba desbastada y con el corazón hecho añicos... Kurenai había sido su nana, su confidente y su única amiga. Su muerte le había dolido profundamente.
Obligada a vagar por el mundo, pasaron los años y con ello los siglos. Vio la transformación de las aldeas a ciudades, vio morir a mucha gente, tuvo miles de dueños a los que amó, los que le daban comida, alojamiento y caricias. Estuvo ahí cuando las naciones se unieron para crear un único país. Y presenció cómo los medios se transformaban para facilitar la vida de las personas. Vio y vivió mucho como una gatita, que pronto se le fue olvidando aquel hechizo.
Ya no buscaba a ningún dueño que deseara que fuese humana, solo deseaba el calor de un hogar.
- ¡Estúpido Akamaru! - Se dijo lamiéndose las patitas.
Su más reciente pelea había sido con un perro que poseía su actual dueño.
- ¡Guauf! - Ladró aquel perro blanco queriendo seguir la pelea.
- ¡¿Quieres que te rasguñe maldito?! - Maulló fuertemente Hinata.
¡Basta los dos! - Gritó su dueño. - Tamaki, ya no puedo seguir así. - Le dijo a su esposa. - La gata solo quiere pelear con Akamaru y yo ya estoy harto. ¡Tenemos que llevar a alguno de ellos al veterinario! ¡No podemos seguir así! Y si me lo preguntas, prefiero que Akamaru se quede.
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Hechizos, pócimas y brujerías.
Fanfic[𝗡𝗮𝗿𝘂𝗛𝗶𝗻𝗮 𝗙𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰] - ¡Un momento! Ese color de pelo no es normal... Tampoco es normal ese color de ojos... si estuviera loca diría que es Hinata... ¡Pero no estoy loca!... - ¡¿Hinata?! - Se supone que los hechizos de amor son los más...