¿¡La Agencia Armada de Detectives son niños?!

¤Capítulo 2¤

Días después

[Dentro de las instalaciones de la Port Mafia]

— No ha habido rastros del chico tigre, ni de la agencia, ni destrozos por la ciudad por un buen tiempo — Comento Mori-San desde su escritorio mirando a algunos papeles mientras sus ejecutivos se encontraban tomando vino en el sofá de su oficina — Tal parece que ya resolvieron su problema, qué desgracia, y yo que quería cazar a un tigre salvaje —

— Jugar a la cacería, oye rintarou quiero un gato grande de mascota — Pidió Elise mientras seguía dibujando en las paredes de la oficina.

— Esta maldita Mackerel de mierda, bastardo. ¡Me va a escuchar! ¡Otra vez entro a mi departamento y boto todos mis vinos, Anee-san! — Se quejó chuuya algo borracho apretando su celular casi al punto de romperlo — No importa cuantas veces cambie la cerradura, sigue logrando entrar ¡Incluso logró hackear una cerradura digital! – y rompió su celular — Carajo —

— Chuuya, cariño. Ese es el quinto teléfono en este mes, si sigues así tendré que pedir que solo te den desechables y te descuenten tu salario— Hablo tranquila pero severamente la elegante mujer de cabellos rosados. El mencionado se encogió en el sillón sintiéndose avergonzado.

— Disculpa, Anee-san — tomo otro poco de su copa de vino — Pero cambiando de tema, Akutagawa nuevamente ha estado haciendo las cosas por su cuenta. Desde que se encontró con los de la agencia e informaron sobre que el hombre tigre anda incontrolable, parece estarlo buscando —

Aquello fue el interés del jefe — Oh, tienes mi atención —

— Mire Jefe, no se de donde lo saco, siempre ha sido imprudente y un lobo solitario en sus misiones, aunque era... tolerable. Pero, últimamente, ese comportamiento se ha vuelto incontrolable más cuando se trata de ese agente de la agencia, ese mocoso albino ¿Será natural...? — Tomó otro copa — Como sea, Parece más que solo una obsesión por la aprobación de ese bastardo —

— Akutagawa es un mafioso espléndido, muy solitario cuando se trata de hacer su trabajo, puede que su búsqueda nos de información más completa sobre lo que ocurre con la agencia — Pensó, aunque el pensamiento de que todo haya vuelto a la normalidad con los agentes, hay algo que no le cuadra. Y esa es la falta de rutina, su intuición no lo dejaba tranquilo debido a eso.

No se ha visto a nadie de la agencia hacer algún movimiento en los últimos cuatro días, seis desde el incidente del chico-tigre, y eso le intrigaba demasiado, ya que puede que la Port Mafia llegue a involucrarse en alguno de sus problemas.

— Algo me dice que las cosas no serán tranquilas por un tiempo — Comentó con calma Kouyo, mirando el cielo cubierto por pocas nubes.

Los tres continuaron hablando, aunque eran más quejas unilaterales de parte de Chuuya. — Ciertamente el comportamiento de Akutagawa me recuerda vagamente a Dazai de joven —

— Bueno, la Port mafia apenas se estaba recuperando de los desastres ocasionados por el anterior jefe, los miembros estaban un poco más descontrolados por esas fechas — Recordó la cabellos rosas — Además, dazai nunca le gustó recibir órdenes tuyas, Mori-san. Pero era calculador, no impulsivo —

Mori-san soltó un suspiro, ciertamente — Aunque bien entrenó a sus subordinados para saber acatar órdenes. Digamos que su influencia era algo contradictoria, no se de donde aprendió eso, ignorar las órdenes directas de su mentor — Se acarició la sien al recordar los incontables problemas y travesuras que dazai le causaba a propósito. Tan perdido se halló en sus recuerdos escalofriantes que no escucho el sonido del teléfono.

— Rintarou, Natsume-sensei está al teléfono — Aviso Elise con el teléfono de Mori en sus manos, el mencionado sintió como todo su cuerpo era invadido por un escalofrío mucho peor que el que le causaba su ex-subordinado.