[La imagen de portada le pertenece a sus creadores, los personajes son propiedad de Soriachi-sensei]
Sakata Gintoki se encontraba contemplando cómo caían las flores de cerezo, se sintió tan afortunado en ese momento de contemplar algo tan bello en ese paisaje de ensueño que simplemente era un parque conocido de Kabukicho, a sólo unas calles de la Yorozuya, el samurái de pelo plateado se encontraba inmiscuido en sus pensamientos.
Simplemente eran él y su mente, como la mayoría de las veces, pero esta vez no era su depresión, el trauma de las batallas pasadas y presentes o el recuerdo de siempre estar cubierto de sangre. En ese momento sus pensamientos eran todo lo que el hombre guardaba en su corazón: cómo en su afán de evitar lastimar a alguien se había cerrado al amor por tanto tiempo, pero claro, era más sencillo para él tener sexo con diferentes personas que ser honesto con sus sentimientos, de ahí la "regla" que se autoimpuso de no acostarse con la misma persona dos veces.
Gintoki siempre estaba cerrado al romance, el único "amor de su vida" era la chica del clima con la que tenía fantasías sadomasoquistas cada vez que podía, así se mantuvo durante varios años...Hasta que conoció a su alma gemela.
Claro que hubo destellos de vida sentimental durante años para el peliplata, a pesar de ser un samurái muy vago siempre tuvo suerte con las mujeres, era muy popular cuando era joven durante la guerra y lo fue ya de adulto cuando su nombre ya era conocido en los burdeles de Edo años antes de conocer a Shinpachi y Kagura. Sin embargo, contratar prostitutas y los amores de una sola noche que conseguía en los bares no terminaban de satisfacer a Gin, aunque nunca se abrió al amor sus sentimientos comenzaron a cambiar poco a poco.
Primero fue al conocer a Otae "la muñeca más loca que había conocido en su vida", aunque él mismo sabía que no iban a terminar juntos y que ella estaba enamorada del gorila acosador de Kondo Isao, ella le empezó a cambiar su percepción en las relaciones, quizás tener una pareja no era tan malo, Otae se procuraba por él y cuidaba de sus heridas físicas y emocionales, eran amigos cercanos y deseaban que el otro fuera feliz, era una ironía que su ahora prometido se haya convertido en una de las conquistas de una sola noche de Gin, el peliplata sonrió un poco ante lo gracioso de la situación.
Luego vino Sachan, la ninja masoquista que no dejaba de acosarlo ni aparecer en cada uno de los rincones de su apartamento, con ella estuvo a punto de casarse si no se hubiera enterado que todo era un engaño, tuvo miles de oportunidades para acostarse con ella, y no es que la ninja de pelo lila no fuera su tipo, la verdad era que no quería ilusionarla ya que verdaderamente no sentía nada por ella.
Hasta que llegó Tsukuyo, la Cortesana de la Muerte, después de salvarla en varias ocasiones, el peliplata sabía que ya no podía seguir ignorando su corazón. Tsukki lo tenía todo, era la pareja ideal para él: fuerte, hermosa, compasiva, sentimental. Gintoki creía que la rubia era todo lo que él no era y aún así la mujer estaba completamente enamorada del Jefe de la Yorozuya, era la persona que podía hacerlo verdaderamente feliz...Verdad?
- De verdad? - se preguntó para sí mismo Gintoki mientras observaba como volaban lentamente las flores de sakura. Una voz conocida lo hizo salir de sus pensamientos.
- Disculpe, Yorozuya Danna, pudiera invitarle un trago? - Ante la rasposa y conocida voz el peliplata sonrió. - Sería un honor compartir el sake con el samurái que salvó al Universo.
- Gracias por la invitación, señor, pero tendré que declinarla, mi novio es bastante celoso - dijo sin voltear a ver al contrario y con una media sonrisa en el rostro.
- Vaya vaya, me temo que tendré que insistir, no puedo dejar de apreciar su belleza incluso en medio del hanami. También sería interesante escuchar sus historias - respondió la aguardientoza voz. - Ese novio que menciona debe de ser temible para que le sea tan fiel, Danna.
- La verdad es que lo es, aunque también es muy valiente y apuesto - contesto Gintoki. - Es policía...
- En serio?
- Sí, le dicen el Vice-comandante Demoníaco, quizás ha oído hablar de él, es bastante atractivo y gruñón, tiene un pésimo carácter.
- Suena a que es todo un tsundere.
- Sí, pero es mi tsundere favorito.
- Deben de ser muy parecidos para llevarse tan bien.
- De hecho, nos llevamos mal todo el tiempo, ya sabe, las típicas discusiones de pareja pero se lo aseguró que sus ojos azules y su sonrisa son cómo de otro planeta.
El contrario se acercó para quedar a la par de Gin en el puente antes de volver a hablar.
- Suenas a que estás bastante enamorado, Yorozuya...
- También su cuerpo, especialmente su trasero...Es taaan aggghh quisiera estar atorado en él toda la vidaaaa - interrumpió el peliplata para un segundo después recibir un golpe en la cabeza con el mango de la katana del contrario.
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Las flores de cerezo, el amor y el sake se disfrutan al momento
Fanfiction[Post-canon] Al contemplar las flores de cerezo Gintoki reflexiona sobre su vida sentimental mientras es sorprendido por su amante.