┌────── ∘°❉°∘ ─────┐
ִֶָ𓂃 ࣪˖ ִֶָSantuario.་༘࿐
└────── °∘❉∘° ─────┘────୨ৎ────
⋆⭒˚。⋆Alyssa Salvatore⋆⭒˚。⋆
Por fin me permiten hablar en mi propia historia. Estaba comenzando a hartarme.
Si. Soy una Salvatore.
Crecí junto a Damon, gracias a él mi niñez es la mejor, desde que tengo memoria él se ha asegurado de mantener una sonrisa en mi rostro. Mi hermano.
—¿De verded le regalaremos la mansión? —Pregunte sentada en el pórtico mientras movía los pies
—Por ahora. —Respondió Stefan, se recargo a mi lado— Como única dueña podrá decidir quien entra y quien no, así estará más segura.
—Lyssi, ¿no hay manera de hacer un hechizo para localizar a Klaus? —Me pregunto Damon, mordí mi labio pensando y luego moví la cabeza en negación
—Necesitaría algo que le perteneciera al mismísimo Klaus para poder localizarlo. —Hable algo concentrada— Y si hubiera otra manera, no tengo ni idea.
Todos nos quedamos en silencio observando a la nada, todos habíamos pensado mil formas para poder localizar a Klaus pero ninguna idea funcionaba.
Era frustrante.
—¿Creen que la haya asesinado? —Murmuró Damon rompiendo el silencio.
Mire como Stefan frunció el ceño y se cruzo de brazos, yo agache la cabeza recordando a la chica. La extrañaba.
—¿Katherine? —Pregunto Stefan, mi hermano mayor asintió— Es probable.
—No. —Hable firme llamando la atención de los dos, negué varias veces con la cabeza— Katherine es la chica más lista que conozco, seguro esta bien.
—Pues la verdad, se merece que la hagan sufrir. —Dijo Damon, voltee a verlo en desacuerdo e iba a protestar pero en eso se había escuchado la puerta principal abrirse.
Los tres nos levantamos y nos acercamos.
—Gracias señor Harvi. —Se escuchó decir a Elena, el hombre de edad mayor pasó por nuestro lado y se inclino educadamente en forma de saludo, nosotros le sonreímos y lo miramos marcharse. Elena y yo entramos a la casa sin problema, nos detuvimos al escuchar a alguien toser falsamente, Elena se rió y se acercó a ellos—. Lo siento chicos, lo olvide por completo. Stefan, ¿quieres pasar a mi casa?
El mencionado esbozo una sonrisa triunfante y entro.
—Claro que si, con mucho gusto. —Habló el castaño en forma de burla.
Solté una carcajada en voz alta y me reí descaradamente frente a Damon, él en respuesta me saco el dedo de medio.
—¿Que edad tienes? ¿Doce? —Miró a Elena con cierta molesta.
—Igual que tú. —Contraataco la morena— Si te dejo entrar, ¿prometes obedecer a la dueña de la casa?
—Eh, deja me lo pienso. —Hizo una pausa dramática y luego sonrió— No.
—En serio Damon, yo mando, lo prometiste. —Se quejo Elena— Yo los guió ahora, sin engaños, ni agendas secretas.
El mayor volteo los ojos y se recargo poniendo una mano en el marco de la puerta.
—Si, claro. —Accedió al final.
—Ya puedes pasar. —Dijo por fin la palabra mágica, el pelinegro entró enojado y nos miró a Stefan y a mi.
Por nuestras caras estaba claro que nos estábamos burlando y nos fulmino con la mirada.
—Callense, idiotas. —Dijo ya que nos había pasado por al lado.
Solté algunas risas, Stefan y yo chocamos nuestras palmas para luego dirigirnos a la sala.
Agarre mi mochila del sofá y me acerque a Elena que ya estaba lista, Bonnie apareció y beso mi mejilla en forma de saludo.
—¿Ya están listas? —Preguntó
—Esperen.
—No creamos un santuario para que te vayas. —Dijo Damon acercándose a nosotras, rodeo mi cuello con su brazo y puso su cabeza sobre la mía.
—Si chicas, Klaus esta por ahí, no sabemos. —Nos recordó Stefan.
—Si pero, ¿donde? —Pregunto Elena— Nadie sabe, de verdad aprecio lo que están haciendo y podre dormir tranquila sabiendo que estoy a salvo pero no voy a vivir prisionera.
No pude ver que expresión había puesto mi hermano mayor pero supuse que había sonreído sarcásticamente y rodado los ojos.
—Tu ganas, Elena. —Escuche decir arriba mío, en su voz se oía molestia.
—Tranquilicense, si aparece yo me encargo, sé como. —Dijo Bonnie tratando de tranquilizar a los dos chicos— Alyssa viene con nosotras también, Elena esta más que segura.
—Por lo que sé, junto a Bonnie y Alyssa es el lugar más seguro que hay. —Habló Elena con una sonrisa.
Me aleje un poco de Damon y le dí un beso en la mejilla como hacia siempre que me iba a la escuela, me regreso el beso y me abrazo por el cuello.
—Cuídate, enana. —Susurró para que solo pudiera escucharlo, asentí y alcance a las dos morenas que iban de la mano, al llegar al lado de Bonnie también agarro mi mano y salimos las tres.
—¡Esperen, yo también voy! —Se escuchó gritar a Stefan.