Miraba a Sadie, sus ojos espontáneamente brillantes, tan cordial, dispuesta a complacerme a cómo dé lugar, me abre la puerta del carro, me invita a comer, me hace de desayunar, me tiene en su casa, todo me confunde ¿porque tanta atención? Me proponía sacarle la respuesta a mi pregunta esta noche sin importar lo que tenga qué pasar
Al llegar al restaurante como de lugar abrió la puerta del auto para que saliera, tomó mi mano y juntas entramos al restaurante, Sadie dio su nombre, luego un mesero vino por nosotras y nos llevó a la mesa, el restaurante era diferente al que me llevó por primera vez, era bastante enorme, una banda de jazz tocaba en un escenario bastante amplio y elegante, realmente costoso a mi parecer, las mesas estaban pobladas, solo pocas se alcanzaban a ver bacías
Una botella de vino tinto hizo que saliera de mi burbuja y prestara atención a mi plan, el mesero se llevaba la botella pero se la quite de la mano
— queremos toda la botella — Sadie no protesto, alce mi copa y esta imitó mi acto — brindo por mi jefa — ella hizo una mueca de disgusto por la palabra "jefa" pero trato de disminuirla algo tarde, chocamos las copas, lleve mi copa a mi boca y le di un sorbo
— ¿Pedimos ya? — mencionó algo incomoda
— si — está llamó al mesero y ordenó los platillos de pasta, la miraba , no podía quitarle la mirada de encima, —¿ jefa tienes novio?— mi pregunta hizo que se atragantara con el vino
— no
— ¿por qué?
— buena pregunta — otra vez llevó su copa a sus labios — No he tenido el tiempo para formar un vínculo amoroso con un hombre
— ¿Y con una mujer? — sus ojos se agrandaron, Sadie soltó una risita nerviosa y justo cuando abrió la boca para contestar el mesero llegó
En silencio nos pusimos a comer de vez en cuando la miraba, pero esta desviaba la mirada, terminamos de comer y era evidente que estaba algo nerviosa
— ¿A dónde quieres llegar Marcela?
— solo quiero conocerte un poco más — su mirada se desvió a la banda de jazz, me volvió a mirar
— pediré la cuenta — pagó la cuenta, tome la botella de vino que ya estaba por la mitad, salimos del restaurante, su chofer llego, me abrió la puerta
Subí al auto y luego ella, el transcurso era silencioso hasta que Sadie hablo— ya todo lo que compramos está en tu departamento
— llévame allá — dije sin pensarlo, esta no dudo y cambió la ruta, al llegar bajamos del auto y subimos hacia el departamento, al abrirlo todo estaba en su debido lugar
— quería darte la sorpresa mañana, pero te adelantaste — mire la botella en mi mano y me di un gran tragó
— tengo una pregunta y quiero que respondas en la habitación — estaba pensando como hugo y actuando como Patricia
Camine hacia la habitación, miré todos los muebles y luego la cama amplia y bien tendida, abrí el cierre de mi vestido dejándolo caer frente a Sadie, ella tapó sus ojos y no pude evitar reír
— mírame — destapó sus ojos con cuidado, me miraba a la cara, no desvió la vista— mira mi cuerpo y dime qué te parece — no bajó la mirada
— Marcela, estás ebria y lo que estás haciendo puede arruinar la amistad
— eres mi jefa y yo tu empleada, no creo que haya amistad de por medio — me acerqué a ella — solo quiero que admitas que te gustó, vamos dilo que te cuesta — me tomo de la mano y beso mi mejilla
— que me gustes no significa que me aproveche de que estés ebria —- se alejo de mi — tus maletas llegarán mañana puedes dormir aquí, mi chofer vendrá y te recogerá mañana en la mañana para ir a trabajar, descansa marcela
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