CAPÍTULO IX

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Con cierta duda tomo el cofre en mis manos para poder estudiarlo, es similar al que yo uso para guardar mis monedas, aunque este es de un modelo mucho más antiguo.

"¿Le pertenecerá al difunto señor Park?"

Me cuestiono asumiendo lo lógico.

"O quizás el señor Min lo escondió por alguna razón"

Veo el polvo abundante que cubre el cofre y solo puedo pensar en la gran cantidad de años que este objeto debió estar escondido bajo el piso, realmente no tiene sentido que el señor Min lo olvidase aquí cuando me vendió la cabaña.

Soplo algo del polvo que al instante se desprende del cofre y se disipa por mi alrededor casi haciéndome toser; llevo la intrigante caja hacia el interior de la cabaña hasta dejarla sobre la mesa donde Jimin y yo comemos nuestros alimentos.

Llevo también conmigo un retazo de tela para limpiar mejor el cofre y mis manos al mismo tiempo.

Tomo asiento frente al objeto y desde ahí puedo ver a Jimin disfrutar de su sueño, son las suaves plantas de sus pies tan blancas y rosas a la vez las que se asoman por las mantas y parecen saludarme. Me pregunto si debería abrir este cofre junto a él...

Rápidamente niego con la cabeza ante aquella idea, prefiero no exponer a Jimin a algo desconocido, podría haber algo peligroso dentro de este cofre.

La cerradura del cofre no tiene un candado que asegure lo que guarda, lo cual me hace pensar que quizás podría estar vacío.

No espero más y giro con dificultad el gancho que une la tapa con el cuerpo del cofre, aparentemente se ha endurecido por los años de desuso.

Levanto la tapa del cofre y me toma por sorpresa las piezas que brillan dentro de él, hay un pequeño trozo de oro que fácilmente se podría convertir en tres o cuatro monedas, hay también una cantidad incierta de monedas de plata que están dispersas dentro de la caja.

Sin embargo, no es la pequeña riqueza lo que ha llamado mi atención, sino más bien el papel envuelto a modo de pergamino que se encuentra en el centro de todo, está atado con una delgada cuerda que asegura su forma y debajo de él hay una especie de lámina blanca que ocupa casi toda la base del cofre.

Con insegura curiosidad meto una mano al cofre y tomo el papel, he soltado la soga y cuando lo he desenrollado frente a mí se ha revelado un largo texto sin un título.

"Esta es la carta de un hombre que se ha desahuciado a sí mismo en la vida... no tengo nada que dejar en este mundo además de mi historia"

Es lo primero que leo de aquella tinta que perdura definida aun cuando el papel se encuentra ya muy percudido.

"No creo que en esta vida alguien haya probado mayor felicidad y mayor dolor que el mío.

Mi amada está muerta y la luz de mis ojos ha sido robado. No, me los han arrebatado a ambos y yo no puedo comprender tal crueldad.

Telxínoe ❦ Kookmin (Minifanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora