A finales del siglo XIX, un joven llamado Jungkook llega a un pueblo costero donde decide quedarse de forma permanente debido a su gran amor por el mar, encontrando en aquel lugar una vida que nunca imaginó tener, al lado de un ser muy especial y qu...
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- Aquí está tu pago Jungkook --- dice la maestra con una cordial sonrisa mientras extiende una moneda de plata y tres de cobre hacia mi persona.
- Gracias señora Yun.
- Gracias a ti, hasta los niños de diez años se han entusiasmado con tu último cuento, estoy segura que será lo mismo con esta --- agita sutilmente los manuscritos que le entregué hace unos minutos --- ¿sabías que estamos planeando construir un pequeño teatro abierto en la plaza?
- No lo sabía
- Es algo que hemos acordado entre los pobladores y ya tenemos todo listo para empezar, hablamos sobre ti y pensamos en que quizás podrías escribir algunas obras para ser dramatizadas --- comenta la mujer con claro entusiasmo --- ¿Qué opinas? Te vendrá bien tener otra entrada.
- Claro, cuenten conmigo --- acepto sin más.
Me despido de ella y salgo sin prisa de la pequeña escuela, guardo las monedas en el bolsillo de mi pantalón y monto la bicicleta que dejé estacionada en la entrada.
En el camino a mi cabaña pienso apenas sobre la propuesta que me ha hecho la señora Yun, claro que me vendría bien ganar más dinero ya que debo cuidar de mi chico de hoy en adelante, nunca tuve la intención de escribir algo diferente a los cuentos para niños pero creo que podré hacerlo bien, sobre todo ahora que me encuentro perdido en amor por una persona, seguramente encontraré inspiración en ello.
Solo han pasado unas horas desde que vi a Jimin perderse en el mar y aún me cuestiono sobre lo que sucedió en aquel lugar, pareció ser un sueño, aunque tengo claro que no lo fue.
Me pregunto cuánto tardará esta vez en volver a mí, porque con él lejos siento como si una parte de mi hubiese sido arrancada, pero no hay más que pueda hacer además de esperarlo, y vaya que lo haré, no me importa si debo esperar otros noventa días y noventa noches, incluso si debo esperarlo por el resto de los años que me quedan por vivir... pero sé que volverá, porque le he dejado mi marca y él me ha marcado a mí también.
Él es mío y yo soy suyo, y no encuentro justicia en la distancia que nos separa, pero soy un hombre y debo afrontar el hecho de amar a alguien que quizás está prohibido para mí, por lo que debo soportar y si es necesario hasta luchar contra la misma naturaleza para tenerlo a mi lado.
Cuando al fin me encuentro en mi cabaña me dedico a sacudir el polvo y botar cualquier desperdicio que se encuentre ahí, luego cambio las sábanas y mantas de mi cama por unas limpias, cuando termino con ello voy al jardín trasero para recoger los restos de plantas secas y apilarlas cerca de los leños que uso para avivar la chimenea.
El sol ya se ha puesto para cuando termino con todos mis quehaceres y es entonces cuando caigo en cuenta de que olvidé almorzar, pero no importa porque ahora todo está limpio y preparado para el regreso de Jimin; esta vez sí necesitaré explicaciones acerca de él y lo nuestro, porque no acepto tener que separarme de él cada cierto tiempo.
