CAP XIV: Closer To The Edge

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 Me encontraba frente a la tumba de mi familia, colocando ahora la urna con las cenizas de Kenji

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Me encontraba frente a la tumba de mi familia, colocando ahora la urna con las cenizas de Kenji. Nunca imaginé que la última sobreviviente de mi familia sería yo. Sequé las lágrimas de mis ojos con el pañuelo negro que Koko me obsequió antes de salir de la mansión. Ran pasó un brazo por mis hombros llevándome hacia él para luego depositar un suave beso en mi coronilla.

— ¿Quieres volver a la mansión? —preguntó en tono suave.

—Sí, encenderé un incienso más y nos vamos—respondí.

Encendí el palito de incienso y lo dejé sobre el quemador. Esperaba que Kenji tuviera ahora tranquilidad, que en el otro lado dejara de sufrir por sus adicciones y que mamá y papá puedan perdonarlo por todo.

Los días siguientes en la mansión me dediqué a entrenar todas mis habilidades. No pesaba dejar solos a los Haitanis en la pelea contra Kyushuu gang que ahora también era mi pelea. Kakucho continuó guiándome en el fortalecimiento de mis músculos, empezamos a trabajar con las máquinas del gimnasio de Bonten. Me hacía fuerte, mis músculos se acostumbraban al ejercicio y ya no me sentía tan deshecha por las mañanas al despertar. Ello también había mejorado mi condición física y mi rendimiento en la alcoba con Ran. Estaba de más decir que el estaba encantado con mi entrenamiento de resistencia.

Rindou me enseñó un poco de muay thai para defenderme cuerpo a cuerpo de mis oponentes. Dada nuestra relación, ahora no era necesario que Sanzu me entrenara en el uso de armas, el propio Ran lo hacía. Un martes por la mañana fuimos al campo de tiro para aprender el uso de armas. Disparé con pistolas, revólveres e incluso escopetas. Nunca era suficiente conocimiento cuando se trataba de proteger a aquellos que quería.

La fecha pactada por Reaper para el ataque a la Kyushu gang llegó. Un doce de diciembre, en el territorio de esa pandilla desataríamos una masacre. Ran y Rindou se protegían el cuerpo colocándose chalecos antibalas debajo de las camisas.

—¿Y mi chaleco?—pregunté.

Rin esquivó mi mirada y se dirigió a Ran.

—No será necesario—respondió él.— Serás el arma secreta, te daremos la señal para salir cuando todo esté bajo control y sea seguro.

—Pero...

—Pero nada

Me silenció con un beso y Rin salió de la habitación para darnos privacidad.

—Hikari, se muy bien que las condiciones en las que nos unimos no fueron las mejores ni las más románticas, pero. Quiero que sepas que te amo. He vivido en la oscuridad por años y no puedo esperar más para vivir de verdad a tu lado.

—Ran...—me sentía conmovida por sus palabras, sentía que incluso podría llorar en ese instante.

—Por eso, quiero darte algo — sacó de su bolsillo una pequeña caja y la abrió mostrándome el contenido. En su interior había dos aros sencillos de color plateado, tomó el primero y envolvió mis manos con las suyas. —Quiero dejar en claro mis sentimientos, quiero ser tu novio, tu esposo y todo lo que desees en el futuro. Si me lo permites.

Reverb - Hermanos Haitani - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora