Despierto sintiéndome aturdida en un lugar que desconozco, intento analizar rápidamente si hay algo familiar en lo que estoy viendo pero noto que no es así.
Todo a mi alrededor luce oscuro, lo único que puedo distinguir son estalactitas colgando del techo que apenas son visibles, un escalofrío me recorre y es cuando caigo en cuenta de que estoy congelandome y solo estoy en ropa interior. Cubro mi cuerpo con mis brazos lo más que puedo en un intento de entrar en calor, el cual claramente no funciona.
Escucho un ruido de repente viniendo de algún lugar entre la oscuridad. Me armó de valor y decido ponerme de pie, si bien no puedo ver nada, tendré que descubrir mi cuerpo para poder sentir que hay frente a mi con mis manos y evitar el chocar con algo.
No les voy a mentir, estoy muriéndome de miedo y probablemente me pondría a llorar ahora mismo. Pero no tengo la menor idea de dónde estoy, si existe alguna posibilidad de salir de aquí, voy a intentar encontrarla y de hacerlo pienso tomarla lo más rápido posible. No sé cómo llegué a este lugar y el solo hecho de que esté en ropa interior ya es preocupante, ahora agreguen el hecho de que se siente como si estuviese a -15° y no tengo ninguna fuente de calor.
Avanzo lentamente tanteando a la nada con mis manos para no terminar chocando con alguna pared o cayendo por alguna mala jugada de mis pies.
Me detengo repentinamente cuando vuelvo a escuchar un ruido pero esta vez se escucha un susurro seguido de ese ruido. No soy capaz de distinguir lo que dice la voz pero puedo jurar que alguien acaba de susurrar mi nombre. Comienzo a creer que fui secuestrada, pero por más que intento recordar algo antes de llegar a este lugar nada llega a mi mente. Tengo pequeños recuerdos borrosos de un cartón de leche pero es todo. Lo único que recuerdo es que fui a la tienda y de ahí toda mi memoria se perdió.
- ven
Una pequeña luz apareció frente a mí, apenas iluminando mi alrededor. Pueden llamarme tonta pero intenté tocarla, dándome cuenta de que simplemente desaparece entre el contacto de mi mano con ella.
Seguida de ella apareció otra y otra, así con muchas más. He visto valiente y créanme que no es buena idea seguir unas lucecitas, pero claro que es una película animada y yo una humana, en resúmen; Tomo decisiones estúpidas.
Comencé a seguir las luces, notando que se teletransportan de un momento a otro y seguian haciendo un camino en lo que parecía ser una pequeña curva. En verdad he visto películas de Disney y me siento muy tonta por estar cayendo en esto, con razón mi mamá siempre me regaña por no aprender.
Las luces dejaron de moverse y visualice lo que parecía ser la entrada de una cueva justo en el lugar donde estaba la última luz. Me quedé estática pensando muy bien en si debía de entrar allí, pues bien podía ser mi salida o mi perdición. Voltee hacía atrás, apenas siendo consciente de que no se veía nada y nisiquiera memorice el camino por el que había venido como para decir que podía regresar. ¿Se puede ser más estúpida?
Bueno, de que me quejo si de todos modos no me gusta tanto vivir.
Cerré los ojos, respiré hondo y caminé a ciegas hacía la entrada de dicho lugar, si moría al menos no quería ver a mi asesino. Estoy segura de que sería un chico, siempre lo son. Obsesionados y locos. Pero bueno, que puedo decirles, hombres.
Una vez que toque la entrada, simplemente gatee para poder entrar allí. Pero una vez que entre, no escuché nada más y solo se quedó todo completamente estático. Lentamente abrí mis ojos, notando enseguida una ventisca y copos de nieve caer. De pronto ya no estaba en ese oscuro lugar, sino en medio de lo que parecía ser una tormenta de nieve.
Sentí una mano en mi hombro, lo que hizo que me quedara completamente quieta. Nisiquiera el frío que estaba sintiendo logro que me moviese, ya que el miedo que sentí repentinamente me invadió por completo.
De un momento a otro, estaba brincando en el aire, viendo como me alejaba del punto inicial en el que estaba para dirigirme hacía unas montañas, sintiendo esas manos con un toque tan frío en mi cintura que cualquiera se podría estremecer.
- No tenemos tiempo, quiero que pienses en tu hogar.
Esa voz... Es la misma que había escuchado antes, estoy segura. La puedo distinguir fácilmente.
- Deja de pensar en quien soy, solo haz lo que te digo.
Espera, ¿puede escucharme?
Tarde un poco en darme cuenta de que me habían dejado parada sobre la nieve, ya que me entraron repentinas ganas de vomitar que logré suprimir. Noté que quien me trajo coloco un abrigo completamente blanco en mí. Alcé la vista y me quedé atónita ante la persona que estaba ante mí.
Un chico de cabello completamente negro, pero con una tez completamente blanca cuál nieve, al igual que sus ojos que parecían dar la impresión de ese color debido a sus pestañas, pero con unos labios completamente rojos y en realidad, con unos ojos del color del cielo y del mar. Sus ojos eran azules, con pequeños tonos verdes. Solo portaba un pantalón del mismo color que su piel y una playera usual negra. Por lo que supongo que el abrigo que yo estoy portando le pertenece a él y su evidente falta de protección ante el frío.
- Es la última vez que te lo diré, ese tipo te está buscando por una razón y tú aún no tienes la fuerza para enfrentarte a él. Ve a casa, solo tú puedes darte el poder para volver. Esta vez pude salvarte pero no te aseguro que podré hacerlo de nuevo.
¿Qué se supone que debía de hacer? ¿De qué habla? ¿A qué se refiere con salvarme? Estoy segura de que solo estoy en un mal sueño. Un terrible sueño. Además este es un completo extraño.
Escuché un aullido repentino y ví como el extraño abrió sus ojos repentinamente y adoptó una posición que claramente se notaba a la defensiva. Voltee detrás de mí y toda la nieve se teñia de color rojo. ¿Qué carajos estaba pasando?
– Mierda, tienes que salir de aquí. Ahora.
El extraño se acercó a mí y sin preguntarme coloco una especie de piedra pequeña sobre mi frente, la cuál sentí arder de inmediato.
– ¿¡Qué acabas de ponerme!? –Trate de quitarla pero no podía, parecía que se había aderido.
– Te llevará a casa, deberías de agradecer, era la última que me quedaba y la tuve que gastar en tí. –Dijo ahora hablando en voz alta, mientras de alguna forma creaba con sus manos lo que parecían ser espadas de hielo puro–.
– ¿Quién rayos eres tú? –Grité exasperada–.
– Te lo diré, pero no ahora. Aún no es tiempo.
¿¡Eso es todo!? ¿¡Este idiota solo me dice eso después de todo este lío!?
– No seas impaciente, Ma fille d'hiver. Mi nombre es Erik. Et je suis le prince de l'hiver.
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Ma fille d'hiver = 'Mi chica del invierno'
Et je suis le prince de I'hiver = 'Y soy el principe del invierno'
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♡٤໋໋۪͙࣪࣪۫. La última nevada.
RomanceInvierno es mi estación favorita, pues siempre he creído que las personas se llenan de vida en esa estación. Las fiestas, las personas conviviendo, el cambio de clima, el cambio de cosas rutinarias de un momento para otro se vuelve especial y te hac...